Más de dos horas habían pasado desde que llegaron a la playa, donde desde luego de haber tomado su almuerzo, dicidieron adentrarse al mar para pasar tranquilamente el resto de la tarde entre conversaciones triviales y bromas por parte de los chicos.
Los brazos de Ken mantenían rodeada la cintura de su novia mientras conversaba animadamente con sus amigos.
Rebecca sentía la constante mirada de Narong sobre ella. Se sentía realmente incómoda con esa intensa mirada y aquella sonrisa que no le parecía del todo sincera, sentía que había algo más detrás de ella y eso aún hacía peor las cosas para ella. Ken parecía no notar aquello, lo sabía porque seguía hablando con la acostumbrada animación de siempre con sus amigos sobre las carreras de coches de la fórmula uno.
—No puedo creer que haya apostado tanto para perder. — se quejó Somchai
—A veces se gana, a veces se pierde. — dijo Narong con una sonrisa en sus labios, dando una rápida mirada hacia la novia de su amigo.
Ella al notar aquello, comenzó a jugar ansiosamente con sus dedos, quería hablar con su novio respecto a ello. La comunicación entre ellos era bastante buena, pero tampoco quería arruinarle el resto de la tarde. Su mirada se dirigió a Freen que anteriormente se había ofrecido a cuidar las cosas de todos, se le veía tranquilamente encerrada en su propia burbuja con sus lentes de sol y el libro entre sus manos. Si tuviese un poco más de confianza, iría con ella al menos para platicar, le aburría un poco solo escuchar como los chicos hablaban entre ellos de sus cosas, pero le daba pena interrumpir a la castaña.
—¿Estás bien? — preguntó Ken con suavidad en su oído al notar como esta jugaba con sus manos y parecía perdida en sus pensamientos. Le dejó un suave beso en su mejilla.
—Mhm. Lo estoy. — terminó por decir, dándole una rápida mirada a su novio esperando que este se quedara tranquilo con ello.
—Ven. — Rebecca solo dió un fuerte suspiro.
Tomó la mano de su novia y se alejaron un poco de los amigos de él para poder conversar tranquilos, no sin antes disculparse y que estarían de vuelta en unos minutos. Freen notó aquello cuando los vió pasar frente a ella, no le dió demasiada importancia al pensar que tal vez solo irían a dar una vuelta, pero los vió quedarse a solo un par de metros no muy lejos del lugar. Continuó con su lectura de poemas.
—¿Qué sucede, linda? — Ken arregló un mechón de cabello de la castaña, colocando este detrás de su oreja.
Ella pensó un poco antes de responder.
—Me siento un poco incómoda. — expresó cruzando sus brazos.
—¿Por qué? — el muchacho solo se limitaba a mirarla. —¿Es porque traje a Freen sin decirte nada? — Rebecca frunció su ceño.
—¿Qué? No. No es eso. — respondió inmediatamene, dando un leve vistazo a su cuñada que parecía estar viendo en dirección a ellos. Lo confirmó al ver como volvía su vista al libro. —Es Narong.
—¿Te hizo algo? — ella negó.
—Es solo que no deja de mirarme y me siento incómoda. — explicaba de manera calmada. —Además que me sonríe de una forma extraña.
—Estoy seguro que no sucede nada, Becky. — intentó tranquilizarla. —. Tal vez son solo ideas tuyas. — le sonrió a su novia.
—Yo no lo siento así. — Rebecca lo miró con seriedad. —. No quiero arruinarte el día, pero tampoco quiero pasar el resto de la tarde sintiéndome de esta forma.
—No tiene sentido que te sientas así. — colocó sus manos en su cintura. —. Estás viendo cosas donde simplemente no las hay. Relájate, no seas paranóica. Narong... — no pudo terminar debido al sonoro bufido que dió su novia.
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La última carta.
FanfictionFreen cayó más profundo de lo que esperaba por aquellos ojos marrones que le transmitían un mar de sensaciones indescifrables en sus entrañas. Sabía la respuesta a esas emociones, pero no quería aceptarlo. "Prometo que al amanecer, esta será la últi...