¿Cita doble?

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Ken se encontraba en el sofá de la sala de su novia esperando por ella mientras intentaba distraerse con su celular.

Habían pasado un par de días desde que no compartía mucho tiempo con ella. Apenas y se veían durante el colegio y se hablaban luego el resto del día por mensajes.

Extrañaba pasar tiempo con ella.

—Estoy lista. — Ken se levantó girándose para encontrarse con Rebecca y sonreírle de esa forma tan encantadora que tenía para ella.

—Lista y guapa por cierto. — Rebecca sonrió sintiendo sus mejillas arder.

—Exageras.

—En lo absoluto. — dijo tomando ambas manos de Rebecca una vez estuvieron cerca. —. Siempre estás preciosa.

—Gracias. — dijo arrugando su nariz tiernamente.

Ambos salieron de la casa de la castaña, tomándose de las manos.

Rebecca estaba feliz de volver a pasar tiempo con Ken. Después de todo, le hacía bien verlo nuevamente luego de pasar un par de días donde se sentía rara porque apenas se veían y hablaban. Realmente incluso pasaba más tiempo con la hermana de él que con él, pero tampoco le desagradaba pasar su tiempo con Freen. Era realmente divertida y los temas de conversación entre ellas fluían de manera natural y bastante interesante.

Ken le abrió la puerta del coche a su novia que le agredeció, pero antes de ella entrar, la tomó de la muñeca evitándolo para apegarla a él con un poco de fuerza y posar su boca en la de ella en un beso un poco brusco que de cierta forma nunca dejó de ser suave, demostrándole que la había extrañado.

El muchacho retrocedió un poco, haciendo que la castaña pegara su cuerpo del auto. Sus labios danzaban entre sí en una sincronía que estaba haciendo delirar al más alto. Rebecca tomó el labio inferior de Ken, mordiéndolo ligeramente, cosa que lo hizo sonreír entre el beso. Rebecca tuvo que separarse por la evidente falta de aire en sus pulmones.

Sus frentes estaban pegadas una a la otra. Ken dejó un corto y rápido beso nuevamente en los labios de su novia.

—Te extrañé, ¿Sabías? — Ken posó su mano en la mejilla de la más baja.

—Yo también lo hice. — Ken dejó otro corto beso.

—¿Ah, sí? — preguntó coquetamente.

—Mhm. — Rebecca arrugó su nariz. —. Vamos ya, que seguro Heng me mata si no estamos a tiempo.

—Pueden esperarnos un poco más. — dijo Ken besándola nuevamente.

—Ken. — intentó detenerlo. —. Tenemos toda la tarde para esto.

—Pero...

—Pero nada. — esta vez fue ella quien dejó un rápido beso, despegándolo de ella. —. Anda a tu lugar. — ella le dió un guiño para luego subirse al auto.

Ken sabía que estaba completamente colado por ella cuando luego de cada beso se quedaba con el corazón en las manos y sus labios hormigueando.

Se subió al coche poniéndolo en marcha luego de colocarse el cinturón de seguridad.

—¿Qué tal han ido tus días? — preguntó el muchacho con su vista fija en el camino.

—Bastante bien, la verdad.

—¿Bien sin mí?

—Mhm, pero hubiesen sido mucho mejor contigo. — Ken sonrió.

—Eres una tierna. — dijo riendo. —. ¿Qué tal las clases de Freen?

La última carta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora