Las clases habían culminado y la mayoría de sus amigas se hicieron camino a casa con la excusa de que tenían que estudiar para el próximo exámen de literatura que tendrían dentro de dos días.
Freen se encontraba en uno de los pasillos casi vacíos esperando por Noey, a la cual había citado con carácter de urgencia.
Estaba dándole vueltas al mismo asunto cada día que pasaba, cada noche se sentaba en su cama esperando que cada letra que escribía pudiese dar una vía confiable para drenar los pensamientos invasivos en su cabeza que no le permitían dormir rápidamente.
Una vez dejó de prestarle atención a su cabeza, escuchó dos voces masculinas hablando en voz baja en la soledad del pasillo a unos pasos de ella.
—¿Hasta cuándo lo entenderás? — le preguntó aquella voz que pudo reconocer inmediatamente.
—¿Por qué no dejas de decir estupideces? No te incumbe. — su ceño fruncido era una clara señal de confusión al reconocer la segunda voz.
—Por Dios, Ken. ¡Deja de ser tan iluso! — le gritó casi en un susurro. —. Encontrará alguien que te reemplace una vez te vayas.
—¿Y por una mierda así quieres que le deje? — respondió este mostrándose enojado.
—Deja de ser injusto con nosotros. ¿No es suficiente con lo que pasa entre nosotros? Nos hemos besado en algunas ocasiones y le sigues haciendo caso omiso a lo que sea que estamos sintiendo. — el libro que permanecía en las manos de Freen cayó al suelo, alertando a ambos chicos.
Ken fue el primero en asomarse al cruce del pasillo encontrándose con su hermana, su rostro estaba en shock, pero al haber sido vista, sus ojos se llenaron en una mezcla de decepción y enojo.
—Freen...
—¿Qué excusa dirás ahora? — intentó mantenerse serena.
—¿Qué le dirás? — preguntó Narong.
—Tú cállate. Lárgate. — Freen lo miró de mala gana. —. ¿Ese era tu miedo? — le preguntó a Ken.
—Puedo explicarlo.
—¡Por un carajo, Ken! — exclamó en voz baja. —. Esperaba todo menos esto.
—¿Te molesta que los rumores de que tu hermano es gay sean ciertos? — preguntó Narong incrédulo.
—Es lo que menos me importa. Al menos pensé que tenía mejores gustos.
Narong intentó acercarse peligrosamente a la castaña, la cuál se demostró sin ningún tipo de miedo sosteniéndole la mirada. Ken enseguida lo evitó poniéndose en medio.
Noey se acercaba a la escena sintiendo toda la tensión en el ambiente, apresuró su paso para encontrarse con ellos inmediatamente.
—Sarocha. — la llamó y esta volteó su mirada para encontrarse con la de su amiga.
—Ya vámonos. Tenemos cosas más importante que hacer.
—Hablemos. — propuso su hermano, quien la miraba con temor y palidez.
—Primero resuelve tus problemas y luego me buscas. — lo miró con desaprobación. —. Aunque a mí no me debes nada.
Luego de tomar el libro del suelo, Noey fue tomada del brazo con algo de brusquedad por su amiga que caminaba a su lado rápido hecha una furia.
Freen no podía procesar absolutamente nada.
Sentía que las cosas habían pasado de forma tan rápida y tan lenta a la vez que su sangre hirviendo y su corazón bombeando con fuerza la hacían sentir fuera de sí.
ESTÁS LEYENDO
La última carta.
FanfictionFreen cayó más profundo de lo que esperaba por aquellos ojos marrones que le transmitían un mar de sensaciones indescifrables en sus entrañas. Sabía la respuesta a esas emociones, pero no quería aceptarlo. "Prometo que al amanecer, esta será la últi...