5 Louis Warner 💖🔥

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El hotel cinco estrellas sonaba como una buena idea después del viaje y del ataque de pánico y dolor que lo había invadido en el aeropuerto. Sage necesitaba descansar, aclarar su mente y darle un respiro. Se registró en la recepción. Uno de los empleados llevó sus maletas a su habitación en el décimo piso, a la suite donde se quedaría durante dos días.

Le echó un vistazo al celular. Tenía tres llamadas perdidas de Sony. La vista a la ciudad desde la altura era magnífica. Los muebles de la suite tenían un agradable color crema. Contempló la mesa de arrimé y la mesa principal de roble marrón oscuro, donde había un ramo de rosas blancas. Luego leyó uno de los mensajes que su marido le había enviado y puso los ojos en blanco.

«Volvamos a empezar, ¿sí?».

Sony era tan manipulador.

Sage pasaba por alto muchas cosas, pero cada vez toleraba menos. Eran un buen equipo a la hora de negociar, eso resultaba innegable. Sony negociaba contratos suculentos para él, de los mejores, pero nada tenían que hacer como pareja sexoafectiva.

Sage se pellizcó el puente de la nariz y arrojó las flores al basurero. No había sentido fingir. Sage de seguro continuaría a su lado así le pusiera los cuernos con todo Nueva York. No le importaba por la sencilla razón de que nunca lo amó.

Caminó hacia la recámara, colocó su equipaje a un costado de la cama y se sentó en el suave colchón donde dormiría. Recordó que hacía quince años no hubiera imaginado una cama así ni en el más loco de sus sueños. Su cama en esa época era dura, y más de una vez amanecía con contracturas. Sage soltó un suspiro. Frente a la cama había un tocador con un espejo rectangular. Se observó en él. Sus ojos azules exploraron su interior, el mar de incertidumbre que fluía en su cuerpo.

Sage se echó hacia atrás y cayó sobre la mullida estructura. Se hizo un ovillo una vez más. Se abrazó fuerte y cerró los ojos para conciliar el sueño. A lo lejos sintió que su celular sonaba. De seguro era Sony. No iba a responderle todavía, pues no tenía ganas de escuchar su voz.

No fue difícil caer en sueños, soñar con su madre y su padre, volver a ese lugar, al último suspiro, a su último amor. El teléfono que estaba en la recámara comenzó a sonar una y otra vez. Sage abrió los ojos y sintió los párpados pesados. Tenía sueño, y el bastardo que lo molestaba recibiría un gran insulto.

—¡¿Qué?! —gritó cansado.

—Vaya, ¿así tratas a tu mejor amigo después de quince años?

—¿Louis? —Sage frunció el ceño. ¿Era posible?

—Vamos, maricona. Estoy abajo. ¿Tienes tiempo para mí o no?

—¡Sube! —Contuvo las maldiciones que quería lanzar, estiró sus brazos y emitió un enorme bostezo. Esto era inesperado.

Sage iba a pasar por el estudio jurídico. Jamás pensó que su amigo se adelantaría en una visita.

Oyó dos golpecitos en la puerta, por lo que se despabiló lo mejor que pudo y corrió a recibirlo. Ya no tenía el cabello largo ni músculos exuberantes. Aun así, lucía más caliente que el sol de verano.

Jonas D. E Libro 2 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora