12 Hogar 💖🔥

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Dos días después

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Dos días después...

—¿Estás listo para hacer esto? —Louis le tocó el brazo a Sage. Este miraba por la ventanilla de la camioneta la vivienda a la que había llamado hogar por dieciocho años.

—Creo que nunca lo estaré. —Era la más pura verdad. Adentrarse en esa casa era ingresar a un mundo que ya no existía, un lugar donde había sido muy feliz.

Salieron del vehículo. Las nubes amenazaban con lanzar un vendaval. Llevaba así dos largos días. Dos días en los que escuchó la voz de Jonas, que le decía que su madre era amante de Douglas Carradine. Días en los que pensó si ese no fue el motivo por el cual su papá se suicidó.

La madera del porche crujió. Estaba deteriorada. Mientras su padre estuvo vivo, la cuidaba muchísimo. Puso la llave en la cerradura y empujó la puerta. El aroma que Sage recordaba impregnaba los espacios. Dulce y maravilloso, la promesa de algo mágico, la dulzura de las tartas de fresas y manzana, los besos en la frente cuando se iba a la escuela, su papá cuando le explicaba los ejercicios de matemáticas —esos malditos ejercicios que nunca entendió—, la belleza de las miradas de sus padres, la forma en que se miraban entre ellos... ¿Todo eso había sido una mentira? Un sueño níveo, un copo de algodón que al humedecerse se tornaba nada.

Sage no tenía consuelo ante una verdad que buscaba negar. Una mentira que había quedado escondida en el tapete de los recuerdos.

Recorrió cada espacio y grabó en su retina las marcas de los muebles, el deterioro, cada jarrón que había en las esquinas, las fotografías ordenadas con belleza en las paredes pintadas de un verde agua, como las recordaba. El piso de madera estaba polvoriento y el sofá, rasgado en algunas partes, cuyo color gris ayudaba a atenuar su estado descuidado junto a dos sillones que hacían juego. Una mesa marrón, y sobre ella un jarrón con flores blancas ya marchitas. Dos aparadores, uno al lado del otro, donde tenían la escasa vajilla.

La vista azul verdosa de Sage fue a las dos fotos que se encontraban sobre la mesita de arrimé cerca de la escalera. En una aparecían sus padres el día de su boda y en la otra, junto a él durante su bautizo. Tomó el portarretrato. El dolor lo estaba carcomiendo.

—Sage...

—Quizá subestimé la situación —dijo cuando aguantaba un sollozo.

—Date tiempo —pidió Louis—. Nada de esto es fácil.

—Nada ha cambiado. Me siento como si tuviera dieciocho de nuevo —aseguró—. Fue allí donde me despedí de mamá hace quince años.

—¿De verdad vas a quedarte aquí?

—Es mi hogar. Ya te dije que voy a construir algo maravilloso.

Los hombres exploraron la casa, los muebles, las cajas que había. Su madre guardó cosas viejas.

—¿Pudiste hablar con Jonas?

Louis hizo una mueca.

—Sí. Me dijo que aceptaba tus disculpas y que no tuvieras vergüenza, que podrías habérselas dado personalmente.

Jonas D. E Libro 2 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora