—Dios mío, de verdad eres un idiota —dijo Louis al borde de las lágrimas de risa cuando Sage le contaba lo sucedido.
—Deja de burlarte o te juro por Dios que voy a golpearte.
—Pues date un golpe tú mismo por imbécil, hombre. —Se limpió las lágrimas—. Tenías ganas de acostarte con él, así que ¿por qué no lo hiciste? Y lo que es peor, ¿por qué le trajiste a la conversación a Fausto?
—No lo sé —respondió con angustia, mientras a su amigo le parecía de lo más divertido—. ¿Qué hago ahora?
—Limitarte a lo que te dijo Jonas. Es tu arquitecto, nada más.
—No, no me gusta eso.
—¿Por qué? A mí me parece lo más lógico.
—Es que no quiero alejarme de él.
—Sage, ¿a ti quién mierda te entiende? —Esta vez Louis lo regañó.
Sage se agarraba la cabeza.
—Se supone que eres mi amigo. Dame un consejo.
—¿Qué consejo puedo darte si terminarás haciendo lo que te venga en gana? Y, por favor, está bien que me mientas a mí, pero deja de mentirte a ti mismo.
—¿De qué hablas?
—Puede que le tengas cariño al recuerdo de Fausto, pero ya no lo amas, de lo contrario no habrías anhelado meterte en los pantalones de Jonas.
—Yo lo amo.
Louis le dio una sonrisa ladeada.
—¿Seguro? Lo amabas cuando llegaste, pero cuando Jonas apareció los sentimientos comenzaron a cambiar. Y ten la amabilidad de aceptar que lo que digo es la puta verdad.
Sage estiró los mechones de cabello dorado y se hizo una coleta.
—¿Está mal que no esté seguro de nada? Cuando comencé a ver las cosas que había dejado, vinieron muchos recuerdos a mi mente, todas las acciones que he llevado adelante en mi vida. Las buenas y las malas.
—¿Y a qué conclusión llegaste?
Sage tenía vergüenza y miedo de aceptar lo que su corazón le gritaba.
—Creo que después de quince años estoy listo para cerrar mi historia de dolor con Fausto y dejar atrás un matrimonio sin sentido. Quiero algo más de la vida, algo que ninguno de los dos me dio.
—¿Y qué sería eso? —indagó Louis contento de llegar a un punto—. ¿Sexo? ¿Amor incondicional? ¿Contención? ¿Protección y ternura? ¿Fidelidad? ¡Vamos! ¡Ponle un nombre! Solo estamos tú y yo aquí.
—¿Todos ellos?
Louis quedó en silencio tanto tiempo que Sage pensó que se dormiría.
—¿Qué te pasa?
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Jonas D. E Libro 2 (Romance gay +18)
RomansaHace diez años que Sage no vuelve a su pueblo natal. Después de todo, nadie regresa al lugar donde le rompieron el alma. Fausto Carradine fue su gran amor de juventud, uno que lo humilló y lo dejó cuando más lo necesitaba. Sin embargo, hay personas...