27 Mi estrella 💖🔥

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Dos meses después

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Dos meses después...

Sage se acarició los labios y contempló su imagen frente al espejo. Las luces del tocador mostraban cada «imperfección» de su rostro. Cada marca o línea de expresión que comenzaba a formarse. Sage sonrió. Nada de eso importaba ahora porque dentro de una hora todo habría terminado. Se despediría de la pasarela, de lo que alguna vez fue.

«El hombre más bello del planeta».

Una de las revistas lo había llamado así solo un par de semanas atrás, cuando regresó a cumplir con sus obligaciones laborales y dar por finalizada una batalla legal con Sony Evans, su exesposo, el hombre que había movido sus hilos como si fuera marioneta durante quince años.

«Eres un bastardo desagradecido».

¿Lo era? Tal vez Sony tenía razón en insultarle y hablar mal de él en cada programa de televisión. No obstante, la felicidad que llenaba cada célula de su cuerpo desde hacía más de dos meses impedía que se sintiera mal o tuviera algún tipo de remordimiento. No había palabras que lo hirieran, ya no.

Sus ojos fueron a su dedo anular izquierdo, al anillo de platino y diamante que lo decoraba. No se cansaba de mirarlo. Era una belleza, y el mensaje en su interior lo ponía sentimental cada vez que lo leía.

«Mi estrella».

Sage solo quería ser estrella de ese hombre que había puesto esa joya ahí. Vivir una vida junto a él, en donde se dieran todo el amor que la vida les negó. Curar cada herida con besos dulces y pensar que todavía hay personas buenas y sinceras en el mundo.

Sage pensó en los días posteriores a cuando Jonas decidió decir no al importante proyecto de Tokio. Había mucho dinero en juego, y Sage habría entendido si lo dejaba y se marchaba. De seguro Jonas estaba un poco cansado de esperarlo. Aun así, se quedó a su lado. Apostó por un amor a futuro con un ser que también formaba parte del pasado. Eso era lo que ellos eran, dos almas que se conocían desde siempre, que conocían cada herida del otro, y por ellas se amaban un poco más ahora.

Jonas siempre le decía que era su estrella. Estaba equivocado. Sage comprendió que Jonas Carradine era más que eso porque lo iluminaba a cada paso con sus conflictos, sus desavenencias y su cariño y ternura. Todo ello los hacía las personas más felices del mundo, no porque carecieran de problemas, sino porque en su corazón tenían la fuerza para superarlos.

Se colocó un poco más de corrector de ojeras sobre los párpados y dio pequeños golpecitos con la yema de los dedos. Luego siguió la sombra color piel y el rímel. Sus ojos eran un sueño, el cielo cuando se toca con el océano puro, cuando lo besa y le da su cariño. Un azul verdoso que deslumbraba como cada parte de su anatomía. Metió los dedos entre su largo cabello rubio, ese que llegaba debajo de los hombros y no pensaba cortar. Cuando le preguntaban el motivo, les decía que le daba un toque más natural, aunque la verdad era que a Jonas le encantaba jalarle el cabello en la cama, y Sage no le quitaría ese gustito culposo a su prometido.

Jonas D. E Libro 2 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora