Jonas agarró un trozo de fresa y lo llevó a la boca. Sage estaba mudo.
—¿Qué? —preguntó Jonas al cabo de unos momentos de silencio.
—¿Qué? —dijo con asombro—. ¿Es en serio? ¿Cómo carajo pasamos de un adolescente que apenas conocía el porche de su casa a un promiscuo que follaba con dos gigolos?
—Bueno, si lo pones así... —Jonas se encogió de hombres y rio.
—Y yo que pensaba que mi vida había dado un giro de ciento ochenta grados.—Sage bebió un sorbo de café.
Jonas se mordió el labio inferior de costado y sonrió.
—Vamos, no te hagas el santo. Te casaste con un playboy. Atrapaste a un soltero muy codiciado.
—No atrapé nada —aclaró Sage—. Sony me atrapó a mí, y ya no sé si estoy con él.
—¿Cómo sería eso?
—Terminamos mal antes de venir. Si lo mantengo como marido, será por mi carrera, eso es todo.
—¿Tan mal? —Jonas frunció el ceño.
—Sí, bueno, no sé...
—¿Podrías explicarte?
—Lo conocí un año después de irme de aquí. Y me embelesó. Es mágico al principio, pero luego caes en la realidad.
Jonas hizo una mueca.
—Quizá vale la pena la lucha.
—Se folla todo a su paso.
Jonas chasqueó la lengua.
—Quizá debas mandarlo a la mierda entonces.
Ambos rieron. La verdad era que Sage ya no sabía si reír o llorar.
—Dios...
—¿Qué te pasa ahora?
Sage miraba a Jonas como si se tratara de una obra de arte.
—Han pasado solo quince años, ¿por qué luces tan diferente?
—Porque tengo veintinueve años y te perdiste el paso de mi adolescencia, por eso —bromeó—. Además, ¿piensas que es diferente? ¿Que es bueno o malo?
—Muy bueno, a decir verdad.
—Tú sigues siendo una belleza —afirmó Jonas sin un ápice de vergüenza—. Más bello que nunca.
—No tanto. —Sage se ruborizó. Agarró la mano del hombre y la apretó con la suya.
—¿Qué sucede?
—¿Me ayudarás a hacer mi sueño realidad? ¿A construir mi paraíso?
—¿Tienes algunas ideas?
—Quiero una casa enorme, similar a la de tu padre, con frutales y el lago de fondo.
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Jonas D. E Libro 2 (Romance gay +18)
RomanceHace diez años que Sage no vuelve a su pueblo natal. Después de todo, nadie regresa al lugar donde le rompieron el alma. Fausto Carradine fue su gran amor de juventud, uno que lo humilló y lo dejó cuando más lo necesitaba. Sin embargo, hay personas...