15 Tu cuerpo y el mío💖🌈

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Sage era consciente de que nada tenía que hacer estacionado cerca del hogar de Jonas

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Sage era consciente de que nada tenía que hacer estacionado cerca del hogar de Jonas. Había llegado hacía media hora, y el arquitecto todavía estaba solo. Salió con la bolsa de basura y la arrojó en un contenedor a algunos metros más allá. Estaba limpiando su casa. Sage se preguntó por qué no contrataba a nadie para hacer ese servicio. Las luces de la casa estaban encendidas. A medida que la noche se instalaba podía verse la figura del hombre a través de los amplios cristales. Se paseaba de un lado a otro con un celular en la mano y una copa de vino.

Se cambió de ropa media hora después. Llevaba una camisa púrpura muy entallada que se amoldaba a todos los grupos musculares. Se percibía tranquilo. Salió al balcón y se afirmó en él con el celular y su copa a un costado.

«¿Vas a quedarte aquí toda la noche?».

Sage sabía que debía comportarse como un adulto, salir de la camioneta y hablar con Jonas. Se miró en el espejo lateral. Vestía un pantalón de lino blanco y una camisa verde manzana que caía con elegancia sobre su delgado cuerpo. Se arregló el pelo y se colocó perfume en su cuello y en sus muñecas. Siempre llevaba una fragancia en su auto junto a un kit de higiene personal. Olía a frutas y madera ahora. Caminó hacia la casa. Sus pisadas se sintieron claras en la madera del porche. Dio dos golpecitos a la puerta y esperó.

—¡Un momento!—exclamó Jonas, quien se movió a la puerta y la abrió con una sonrisa, que se congeló cuando se encontró con Sage.

—Hola. —Sage levantó la mano con una sonrisa nerviosa.

—Sage, ¿qué haces aquí? ¿Ha pasado algo?

El ruido de las ruedas sobre el sendero hizo que Sage cerrara los ojos. Sabía quién era. Maldición.

—No te acuestes con él.

—¿Disculpa? —Jonas no alcanzaba a entender.

—Por favor, solo... no lo hagas.

—Sage. —Soltó un suspiro cuando él comenzó a retroceder.

—Perdóname, de verdad. Perdóname. —Y sin pensarlo demasiado, dio un par de pasos hacia delante, lo sujetó del rostro y lo besó. Un beso corto e intenso.

Cuando Jonas le sujetó las manos, Sage se apartó y salió corriendo.

La cita de Jonas era un hombre musculoso un poco más alto que él. Se detuvo y miró a Sage, quien pasó a su lado sin darle importancia. Jonas se había quedado en la puerta de casa. El hombre se acercó y ambos fueron testigos de cómo Sage abandonaba el lugar a toda velocidad.

—Mierda, ¿ese es Sage Williams? ¿El modelo?

—Ese mismo. —Jonas se cruzó de brazos.

—¿Y qué quería?

—A veces solo pienso que quiere volverme loco.

****

Sage apenas veía la carretera. Las lágrimas caían como vendaval incontrolable. El celular no paraba de sonar y lo distraía. No le importaba quién fuera. No tenía ganas de hablar con nadie. Quería llegar a su casa, meterse en su cama y no salir de allí jamás. El maldito teléfono le hacía la tarea muy difícil. Tenía que detenerse si no quería terminar ruedas arriba o matar a alguien.

Jonas D. E Libro 2 (Romance gay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora