Esclava del Vampiro

2.

Multimedia: Melanie Brown.

Entré lentamente, mi hermana me veía desde los brazos de aquél chico, miré alrededor.

Lilith se encontraba ahí, cosa que ni me impresionó y sinceramente no sé porqué. La cara de terror de mela era épica, me hubiera reído en otra situación, pero, esto es... Raro. Además, ¿por qué estoy tan calmada?, debería de estar dandole su merecido al tipazo hermoso que tiene contra la pared a mi hermana. Era alto, tenía el cabello negro como la noche, tenía un maldito cuerpo, se le notaba por encima de la ropa, tenía unos ojos azules hermosos, casi grises y su cara era como si fuera tallada por los mismos dioses.

Había otro chico, tenía cabello negro y unos ojasos azules preciosos, era alto y fornido, su cabello era negro y despeinado.

-¿Qué pasa aquí?- susurré, el chico soltó un poco a Mela, sus ojos se pusieron de un rojo escarlata y aspiró en el aire, miró a Lilith y asintió, ¿acaso están locos?.

-nada especial, solo un festín- murmuró muy campante la voz de aquel sujeto -ay, pero que maleducado soy, mi nombre es Damian Sall, él es Duke Sall, a ella ya la conoces- me sonrió y olfateó el cuello de mi hermana, Mela sollozó, sabía cuando tenía miedo.

-sueltala imbécil- demandé, la cara de Lilith y el tal Duke se distorsionaron, como si lo que acabo de decir estuviera muy mal. Damián me miró furioso, pero despues tomó un respiro y me contestó.

-ella es solo comida, no te angusties, o, ¿quieres cambiar con ella?, el olor de tu sangre me embriaga desde aquí, si eres su hermana, cambia de lugar con ella.- ¿sangre?, ¿pero qué clase de mierda sale de esos labios tan apetitosos?, pensaba que yo estaba loca por enamorarme de mi misma, pero ya veo que me equivoqué. Miró mi cuello, tengo que seguirle el puto juego al puto loco.

-hecho- sonrió, su perfecta hilera de dientes me desconcertó, ¿acaso no tenía ningun defecto?, ah si, uno, ¡es un cabrón y un completo loco!.

Damián soltó a mela, pero Nash la agarró antes de que llegara hacia mí, ví como acariciaba su brazo, para que se calmara y la abrazó para que se sintiera mejor, Mela no se quejó, pero tampoco le regresó el abrazo.

Me acerqué a Damián, extendió su mano, la agarré, su mano era fría y gigante en comparacion con la mia.

Acarició el torso de mi mano con sus dedos, lo miré, no fue brusco, levantó mi cuerpo con sus brazos y me puso en la misma situación, miró primero mis ojos, luego mi nariz y luego mis labios, se acercó lentamente, mi corazón se aceleraba, pensaba que me iba a besar, pero no, pasó de largo hacia mi cuello, acarició mi cabello haciendo que tire la cabeza hacia atrás, cerré los ojos cuando senti 2 agujones insertarse en mi, gemí bajito, no era desagradable, era más bien placentero.

Comenzó a beber, me agarré de sus extremidades, para no caerme, agarré su cabello empuñandolo, me estrelló lentamente contra la pared, mis sentidos no respondían, lancé un gemido ahogado, sentí su ereccion, apretó mis piernas y se pego a mi, cortando lá distancia entre nosotros.

Se separó de mi cuello y me miró, ví mi sangre en su boca y lo único que me llamó a hacer, fue besarlo. No sé por que lo hice, lo tomé de sorpresa, pero no por mucho, sus grandes brazos me estrecharon. Yo devoraba sus labios, el sabor metálico inundó mi lengua, lo que hizo que pasara mi lengua por sus labios para luego morderlos, abrí los ojos, me separé, ¿qué carajos hice?, ¿acaso estoy loca?, ¿por qué lo bese?.

Me miró con una sonrisa y me acarició la mejilla con sus largos dedos.

-es imposible preguntar pero, ¿puedo probar hermano?.