18.

35.4K 2.4K 214
                                    

Multimedia: Melanie.

El amor es un campo de batalla. Donde simplemente mueres en los recuerdos mas lejanos, o vives para siempre con esa persona.

**Sky**

Es hermoso, el amor es hermoso.

Quien diga que no, está loco. Tampoco voy a ser hipócrita señores, yo siempre he dicho que el amor no existe, que ha desaparecido en el tiempo y hasta he imaginado en conseguir una máquina del tiempo, y enamorarme de algún caballero de armadura. ¿Soy la única que imagino eso?.

Pero ahora que lo tengo en frente, la luz que emana es hermosa, te hace quererlo. Te hace querer poseerlo tú también.

Loren se acercó a mi con cara de felicidad.

-gracias, gracias, gracias, gracias- murmuró en un tono cantarín, sonreí.

-y eso que no querías- mascullé muy contenta.

-me he equivocado, ahora lo sé, si eres una flor negra, pero una muy bella, no te dejes cambiar, ¿si?- mi sonrisa no podía ensancharse mas, estaba muy feliz por ellos dos, no sé, me da alegría, nostalgia.

Ahora todo lo que tengo que pensar, es en irme, Mela estará bien con Duke y aunque la invite a irse conmigo, no va a querer. Es tan ilusa. Pero lo único que quiero es que sea feliz, y con Duke, creo que eso se va a hacer realidad. Espero y en Dios, que todo salga bien, me encaminé hasta la tienda de Loren, entré y en la hoja que había preparado para la carta que iba a hacerles, me voy de aquí, regresaré a estudiar, quiero estudiar.

El amor es un campo de batalla. Donde simplemente mueres en los recuerdos más lejanos, o vives para siempre con esa persona.

Me voy, lejos, quiero desaparecer de aquí, donde nadie me encuentre, no intenten buscarme, estaré bien, pero aquí nunca estaré segura, quiero escapar de las garras de Damián cuanto antes, disfruten su felicidad y que dure mucho. Bye.

Me paré del piso, pero cuando me dí la vuelta, ahí estaba Loren, miró mi mano, en su cara reinaba la tristeza.

-no hace falta leerla, te vas- caminó hacia mi y me abrazó con fuerza.-no te detendré, sé por que lo haces- se alejó de mi y me sonrió triste- cuidense mucho- ¿cuidense mucho?, pero nada mas me voy a ir yo, se alejó de mi antes de que le preguntara.

Salí con un bulto pequeño con comida, un poco de ropa limpia y dinero que Peter me había dado.

Dejé la carta en la cama, para Peter y la loba de Loren convertida, me esperaba afuera, para llevarme a la estación de autobuses, empezó a correr y yo solo sentía el aire chocar con mi cara.

Llegamos a una estación de autobuses, me despedí de Loren muy triste, se ha convertido en una chica muy importante para mi y ella con tristeza, volvió a agradecerme.

Compré el boleto, todo iba normal, hasta que empecé a sentir mareos, náuseas, mi estómago daba vueltas, al igual que mi cabeza, iba a caer pero una señora me ayudó, puso mi mano en su hombro.

-¿estás bien jovencita?- preguntó con una voz dulce. La miré, su cabello encanecido era corto y su cara era arrugada, pero se veía la juventud internada en ella, sonreí, pero negué.

Me encaminó hacia un muro bajo, donde me podía sentar, la miré, me sonrió con sus hermosos dientes blancos, ninguno le faltaba y sus ojos azules eran la reencarnación del mismo mar.

-te acompañaré al hospital, antes de que te pongas peor- murmuró. Se paró del murito y caminó hacia un lugar desconocido para mi.-¡Taxi!, ¡Taxi!- escuché que gritaba, sus tacones bajitos se acercaron a mi. -ayudame, no se siente muy bien- le dijo al taxista, a quien veía borroso.

Mi cabeza daba vueltas, sentía que iba a desfallecer.

Entramos al taxi, no podía sostenerme por mi misma y el taxista tuvo que casi cargarme.

¿Qué carajos me pasa?.

Mis párpados pesaban, y me desmayé en pleno auto.

Desperté en pleno hospital. Achiné los ojos, al sentir una luz blanca directo en mi cara. Mierda.

Me quejé, levantándome lentamente, mis píes tocaron el frío piso, los encogí de acto reflejo, esta muy frío, escucho a la señora correr hacia mi, sin siquiera tropezarse con sus tacones, wao, la admiro.

-no hija, no hagas eso.

-me siento mejor, muchas gracias - murmuré, oh no, pagó el taxi ella sola, tengo que pagarselo, estiré mi mano agarrando mi bulto, saqué varios dolares, ni siquiera me dí cuenta cuantos eran, además, no soy avariciosa, el dinero y la mierda no hacen ninguna diferencia para mí.

Agarré su mano y se lo entregué.

-gracias- agradecí.

-oh no niña, Dios me lo pagará algún día, no te preocupes querida, no lo necesito.

Wao, ojalá yo ser como ella cuando sea viejita, si es que llego a esa edad, cosa que dudo mucho, con las cosas de Damián, aunque pensándolo bien, si puedo.

Ahora puedo.

Me sonrió, yo no pude evitar sonreir. Era la viva imagen de la bondad. Ojalá volvermela a encontrar algún día.

-por cierto, me llamo Joana, pero todo el mundo me dice Yona.

-mucho gusto Yona- aunque pensaba que la gente mayor, olía mal, era antisocial y cascarrabias, pero no, me he equivocado. De nuevo.- lo siento, por mí perdió el autobús- dije apenada. Sonrió acomodando su carterita en su hombro.

-esto es mucho mas importante que un tonto autobús niña, era mucho mas importante estar contigo, aveces nadie te ayuda cuando necesitas de alguien, lo he pasado muchas veces, y juré nunca despreciar a nadie que necesite de mi ayuda- se sentó el la camilla.- ¿y para qué viniste sola hasta aquí niñita?- preguntó. ¿Cómo decírselo?, que un vampiro me secuestró vaya a saber por que mierda, me violó, me maltrató, me hizo el sexo más rico que he tenido en la vida. No, si le diría eso, me dirá que estoy loca y se irá corriendo. Aunque lo dudo. Si no lo ha hecho, no lo hará.

-vine por...-murmuré nerviosa, no sabía que decirle, me agarró los dedos, que estaban asfixiandose uno a los otros.

La miré y me sonrió.

-fuiste esclava de un vampiro, ¿no?- preguntó, me quedé en shock, sonrió.-pensé que eso había desaparecido ya.

-¿c-cómo...-me interrumpió, levantó su mano hasta su cuello y quitó un poco de su cabello blanquecino, para dejarme ver dos agujeritos, ya cicatrizados.

-fui una cuando tenía tu edad, pero logré escapar, e irme muy lejos. Habían mas de 10 vampiros que elegían la dinastía de esclavas, solo para su placer y alimento, yo fui una, me secuestraron cuando tenía 16, me usaron durante cuatro años, me cansé y organicé un plan, y a la luz de Dios, aquí estoy.- me sonrió.

-¿Cómo supo que yo era...?- me volvió a interrumpir.

-tus agujeros casi cicatrizados- dijo señalando con su dedo, mi cuello, lo toqué de acto reflejo, iban cicatrizando lentamente. De repente entró el doctor, lo miramos, tenía una sonrisa en su rostro.

-felicidades, está embarazada.

Esclava del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora