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Multimedia: Damián.

Todo se vino abajo.

No. No. No. No puedo estar embarazada. No, mi cara de terror debe de ser épica. No, no puede ser. No quiero estar embarazada tan joven. No quiero desperdiciar mi vida con un bebé. No quiero. No quiero estar embarazada de un inepto. Pero lo más importante, no quiero morir.

Yona me miró. Por supuesto que sabía el peligro que esto presentaba. NO PUEDE SER. Tendría un hijo vampiro, o eso creo. Mi vida se ha disolvido como mierda. Yona me abrazó y puso mi cabeza en su pecho, las lágrimas salían descontroladamente.

El doctor veía mi reacción con sorpresa. De seguro nadie se ha molestado, o llorado por estar embarazada. Al menos en este pueblo. Necesito irme. Pero no, ¿cómo se supone que criaré a un niño vampiro?, gruñí, o fuera lo que fuera, aún no estoy lista para esto, soy muy joven.

Me paré de la camilla, aún descalza, tengo que llamar a alguien.

Me dirigí al doctor, y metí mis manos en sus bolsillos, lo tomé por sorpresa, agarré su Iphone entre mis manos, el doctor solo me miró no hizo nada, marqué el numero y le dí al botóncito verde.

-¿Loren?- pregunté.

-¿Qué paso?, ¿te paso algo?- su voz era de preocupación, negué con la cabeza, como si ella fuera a verme.

-no, ven a buscarme al hospital...- Miré al doctor.

-Wills Stephan- dijo el doctor confundido.

-ya lo escuchaste loren, por favor ven- susurré.

-cuando escuches el aullido, sal de ese hospital, te estaré esperando- masculló, y después cerró, suspiré y miré a Yona, me sonrió.

-¿vampiros?- susurró.

-lobos- dije de la misma manera. Ella abrió los ojos, sorprendida.

-jamas ví uno- murmuró, sonreí.

-¿quieres ir conmigo?- le pregunté, me miró y negó sonriendo.

-tengo que llegar a New York, mis nietos me esperan- Suspiré, agarró mi cabeza suavemente y me regaló un beso en la frente. Y por primera vez en la vida, sentí el amor de una madre.

La miré irse por la puerta, no sin antes, regalarme una de esas sonrisas que te alegran el alma.

Caminé en círculos por la habitación, no podía estar embarazada, y menos de Damián. ¡no había tenido sexo con nadie más!, ¡solo con él!.

Puse mis manos en mi vientre y lo acaricié. Voy a ser madre. No puede ser. Quiero llorar. Estoy llorando.

Ví mis botas al lado de la camilla, me las puse. A los pocos minutos, escuché un aullido, me acerqué a la ventana rápidamente, la loba gris me esperaba, salí por la puerta corriendo por todos los pasillos, bajando por las escaleras, ¿para qué elevadores?, las emociones las tengo a flor de piel.

Mi vida ahora está jodida. Muy jodida.

Abrí la puerta haciendo que esta choque con la pared, corrí hasta la parte trasera, donde me esperaba Loren. La ví, gimió como preguntándome que pasaba. Loren, estoy putamente embarazada. Estoy jodida, Loren, realmente jodida.

Sin pensarlo mucho, me subí al lomo de la amiga, olvidándome hasta del bulto donde tenía ropa y dinero, pero ahora lo que menos me importa es eso, comenzó a correr y yo solo la abracé, sollozando. En un momento dejó de cabalgar.

*que no es un caballo, ¡por Dios, Sky!*

Abrí los ojos, estabamos en la aldea, me bajé, mis rodillas flaquearon, ya no aguantaban mi peso, me dejé caer, mis rodillas no se golpearon, Peter ya me tenía abrazada, sin dejarme caer, lloré como niña. Lloré como cuando no te dan lo que quieres. No quiero esto, soy muy joven, puta protección, ¿por qué no te recordé en medio de esas relaciones?.

No podia hablar en medio de mi llanto, Loren apareció ya vestida delante de mi.

-Sky, calmate, por favor- me pidió Loren. -¿Qué ocurre?- susurró, la miré.

-estoy embarazada Loren- murmuré con pesar, ni yo puedo creerlo. Ella se incorporó.

-ya lo sabía- susurró.

-¿Qué?- me paré de la roca.

-eso es imposible, pero puedo oir como claramente alguien habita dentro de ti, Sky- dijo.

-¡¿y no me lo pudiste decir?!- le grité.

-quería que escaparas, si te decía, te ibas a quedar, no quería que sufrieras más por esos vampiros- se defendió, negué con la cabeza.

-¿y ahora qué hago?- mi voz tembló, no puedo con esto sola.

-tienes que decírselo al inmortal, ir con él, él es padre, a menos que te hayas acostado con alguien más- dijo tranquilamente, la golpeé en el brazo.

-solo me acosté con él, Loren- a menos que sea sonámbula.

Lo mejor era decírselo, no podía con esto sola, asentí.

-le voy a decir- murmuré.- podrían llevarme.

-no quiero vestirme en frente de esos inmortales, así que vamos en autobús, te acompañaré en todo y te apoyaré- le sonreí, y la abracé. -ahora vamos.

Buscamos a Peter, resulta que tambien sabía. Idiotas. Todo se resumió en montar autobuses y yo encaramarme en la espalda Peter, por que no estaba dispuesta a caminar esos diez kilómetros, cruzando el bosque y el gran terreno de flores, es la primera vez que regreso por mi cuenta. Me dormí en la espalda de Peter, mientras él sostenía mis muslos, ya que me solté de su cuello sin ni siquiera darme cuenta. Y él como buen amigo que es, me protege.

De pronto, escucho unos grititos, abro los ojos, Lilith, Anne y Mela, están gritándome que despierte, abro los ojos y me incorporo, me bajo lentamente de la espalda de Peter y observo como se miran con odio las especies enemigas, abracé a Mela, la extrañaba mucho. Abrace a Anne, quien me sonrió y abracé a Lilith, quien me sonrió también, miré hacia atrás, ahí estaba James, me sonrió un poco tímido, me acerqué a él y lo abracé, aunque no hablemos mucho, que sepa que tiene a alguien con quien hablar aquí, me devolvió el abrazo, un poco tarde, pero lo hizo, me aparté y ví a Duke y a Colin saludarme con la mano, les sonreí y a un lado, estaba... Damián.

Lo miré, pero luego, bajé la mirada.

-necesito decirles algo, y quiero que sea adentro por favor- murmuré, todos asintieron. Rachel apareció al lado de Damián. La miré mal. Nunca la soportaría.

-okey- masculló Damián, se le veía molesto y no quería que se molestara más al saber que iba a ser papá.

Yo halé a Loren, y a Peter, para que me acompañen adentro y ellos no se negaron.

-¿para donde van los perros si se puede saber?- preguntó Rachel, mirándolos con asco.

-te callas o, ¿te callo?, tú decides maldita perra- murmuré molesta acercándome a ella peligrosamente.

-no podrás conmigo- se burló.

-no me provoques -gruñí, su cara se ensombreció en miedo, lo ocultó un poco para que no me diera cuenta, pero obvio, es tan estúpida que ni disimular sabe la muy perra. Choqué hombros con ella, y Loren y Peter, pasaron agarrados de la mano. Entramos y ya estaban todos sentados, y Damián sirviéndose un poco de licor, tosí, para que me pusieran atención.

-lo siento mucho por irme así, quise averiguar verdades, pero la mayoría del tiempo me la pasé haciendo tonterías, y no supe nada, asi que Damián, espero que me expliques todo.-Suspiré, pero antes de que siquiera respirara, alguien bajaba las escaleras, subí la mirada. Y ahí se encontraba una mujer.

Alison. Mi madre.




Esclava del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora