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Definitivamente no podía estar más feliz. Era una vampiresa demasiada atractiva y hasta se lo he demostrado a Damián en la cama, he mejorado bastante o no mejorado, siempre he sido buena en ese ámbito, pero tener la fuerza para hacer todo lo que quieras hacer, es maravilloso.

Decidí ponerle un nombre a nuestra queridisima bebé que ya parece de 1 año, casi dos años y eso, que lleva solo dos meses de nacida, me preocupa lo que pueda pasar con ella, que crezca demasiado rápido y que no ocurra lo que pasó con papá y bueno, no quiero decir la palabra.

Mi hija se llama Astrid, un nombre raro lo sé, pero es por su significado, lo que significa que es bella, pura y diosa.

Bella, por que claramente es la niña más hermosa que he visto, y su cabello castaño oscuro casi negro, ha ido creciendo y ya lo tiene por sus hombritos, sus ojos son grandes y tiene unas espesas y largas pestañas.

Pura, no quiero que salga tan culera como yo, ni tan idiota como su padre. Así que sea pura, por mí está bien.

Diosa, lo bella lo dice todo, pero algo me dice que sera muy hermosa y aclamada.

Astrid, es muy inteligente, lo que un niño de 5 años sabe, ella lo sabe con apenas 2 meses. Estoy tan orgullosa de ella.

Pero no todo es color de rosas, alguien ha estado poniendo cuerpos de HUMANOS en los bosques, y ¡soy neófita!, no me puedo controlar aún, no puedo controlar mis instintos de matar cuando huelo sangre, la ultima vez casi le arranco la cabeza a Damián, si no fuera por Colin, yo estuviera lamentandome. Gracias Col.

Pero, quisiera saber quien es esa persona o que me enfrente de una vez, ya puedo defenderme sola, no soy la Skyler toda pendeja que era antes. Digo, sigo siendo la misma, aunque dicen que el vampirismo saca lo mejor de uno, de mi no ha sacado nada aún. Damián me ve como si yo fuera una diosa, hasta duramos días enteros en nuestras habitaciones, teniendo sexo duro y si no fuera porque yo le digo que paremos y le dejo el rabo erecto que mágicamente crece y crece, no me deja en paz. ¿De donde Damián saca tanto semen?, digo, es un semental de hombre y eso me encanta.

Le sonreí a mi Astrid, que corría hacia mi velozmente, a modo vampiro, pero con la velocidad que debería ser para un niño, aunque es rápida y un poco traviesa. Reí.

-¡hey, Astrid!- demandé, se fue corriendo hacia un lugar del patio de flores, estabamos en medio, jugando y riendo. Paró en seco y señaló algo, me agaché a donde mi nena señalaba, se veía solo una sombra, de un hombre, alto, colgado de un arbol, queria ir a ver quien era, seguro era el tipo que dejaba los cadaveres, pero era peligroso para mi niña, no la dejaré sola. Mierda, Damián, ¿dónde estas?.

Y si pudiera acercarme con la niña, lo haría, pero eso implica riesgos y no quiero eso para mi niña.

Cargué a Astrid y me atreví a preguntar quien era.

-¿quién eres?- demandé, si era vampiro podía escucharme, además, no lo dudo mucho, estar colgado de ese árbol no es de humanos, ni de lobos tampoco. Escuché su risa cantarina, me dió escalofríos. Mierda, Damián, hijo de puta, ¿dónde estas?.

-soy Jack, Jack Brown a sus órdenes jovencita- si tuviera el corazón latiendo, me hubiera dado un infarto, jurado.

Se bajó del árbol, Astrid se aferró a mi, abrazándome con fuerza, las lágrimas me picaban en los ojos. ¿Qué busca aquí Dios mio?, nada más faltaba esto para querer partirme la cabeza. Su alto y fornido cuerpo, me decía que era el imponente Jack Brown a quién veía en fotos, en recuerdos felices, que no fueron más que mentiras, su cara ya se hacía visible, sus ojos zafiros se me hacían inconfundibles, ese era mi padre, ¿pero qué hace aqui?, después de tantos años.

En menos de dos segundos ya lo tengo en frente, recorrió cada recondito de mi rostro, examinandome, deteniendose en mis ojos.

-ese es el sello que dice que eres hija de Jack Brown- señaló con sus labios mis ojos. Se veía igual de joven que Damián, aunque Damián se veía de casi treinta. Su rostro era perfilado, delgado, pero sus fracciones eran maduras y muy hermosas. Su altura era 2 cabezas, más grande que yo y yo que no soy muy alta que digamos.

-¿Qué quieres?- pregunté seca, sus labios se curvearon en una sonrisa maliciosa.

-quiero que seas parte de mi ejercito Skyler- muy bien dicho, Skyler, no tiene ningún derecho a llamarme Sky, solo las personas que aprecio se atreven a llamarme así.

Aunque casi todos me decían así y así prefería que me dijeran, no permitía que nadie que yo no apreciera me llamara por mi apodo o nombre corto.

Además, ¿qué ejercito?, ¿contra quién?, ¿por qué no espero que Mela y yo estuviéramos juntas para decírnoslo a las dos?.

-¿Qué ejercito?- pregunté incrédula y algo confusa.

-organicé un pequeño ejercito, para derrotar al clan Sall- ¡¿Sall?!, ¡¿qué piensa él?!, ¡¿que lo voy a ayudar?!, ¡está muy loco!.

-¿estás loco verdad?- pregunté ocultando una gran risotada. Mi niña se calmó al ver que no me haría daño. Al menos por ahora.

-he visto todo lo que has sufrido, Skyler es hora de te unas a nosotros, para derrotar a ese maldito- cerré los ojos.

-tss, tss, tss- hice un gesto con los ojos cerrados para que se calle, mientras que con la lengua hacia el ruidito.- ay por favor, se nota que no estas enterado papásito. Yo amo a Damián con todo mi corazón, asi que elije bien a quien contarles tus secretos "padre"- él rodó los ojos, rió amargamente.

-que ilusa eres Skyler, tan masoquista como tu madre- rió de nuevo.

-no te metas con Yona- me agité de momento, que no mencione su nombre en su asquerosa boca. Sonrió negando con la cabeza.

-así, ¿que no me vas a apoyar?- preguntó con falso dolor en su voz. Ahora fui yo la que rodo los ojos.

-si te hubieras quedado en mi vida y fueras conmigo cada vez que te llame a consolarme, a decirme que me amabas, tal vez lo haría, ¡tal vez!, pero no hiciste nada, así que te puedes ir por donde mismo viniste- mascullé molesta, mi voz ya no era el de una mujer femenina con mucha clase, era la de una barriotera sin educación la que estaba usando mi cuerpo en este momento. Me miró con expresión de nostalgia, pero luego se echó a reir, lo voy a golpear, ¡en serio!.

-me hubiera gustado, pero no me gusta ser responsable, amerita tiempo y energías, solo embaracé a las dos mujeres que más he querido en mi vida, las mantuve por... unos años y luego me fui como si no había pasado nada, o al menos eso hice con Alison, ¿cómo estará esa mujer?- se preguntó, rodé los ojos.

-es vampiresa, ve con ella, a ver si te apoya con tu plan de estúpidos- niega con la cabeza.

-ay Skyler, eres tan masoquista, ilusa y tambien ingenua, Damián Sall podrá ser el vampiro más temido por como trataba a sus esclavas, pero yo lo destruiré y cuando vaya, a la primera que asesinaré será a tu bebé y después iré hacia donde ti.

No sé como pasó, pero la manita de Astrid se levantó en el aire y ya Jack estaba en un arbol pegado. Jack luchaba contra la fuerza de mi bebé, se trataba de quitar la cosa que lo ahorcaba apoyandolo en los árboles. Mi mirada estaba completamente pegada a lo que mi hija podia ser, ya cuando supo que ya era suficiente, lo dejó caer. Este despareció casi volando. Astrid me miró y me sonrió con sus pequeños dientes, pero tenía algo escondido.

'Travesura, diversión y un poco de maldad'

-no daño a mamá- balbuceó, oh por Dios, que hermosa, la abracé y le regalé muchos besos.

Tal vez nuestra pequeña Astrid salga igual de culera que yo, no me quejo, ¿saben?.

Esclava del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora