Juego del huevo de pascua I

Capítulo 11: Grito en la biblioteca II

En el momento en que los números cambiaban, el corazón de Lin Jue dejó de latir y se enderezó nerviosamente por el pánico, sin saber qué hacer.

«¿Cómo puede ser?» Lin Jue pensó con incredulidad, ¿cómo podría haber personas vivas en esta biblioteca?

¿Quién era? ¿Un zombi, un jugador, Judas?

—¡Escóndete primero!—Lin Jue quería escapar inconscientemente, pero Song Hanzhang lo interrumpió tan pronto como salieron sus palabras.

—¿Por qué estás en pánico? Dado que la otra parte no se escabulló del corredor para atacar, significa que podemos hablar—Song Hanzhang miró cómo el ascensor ascendió lentamente del primer piso, sin sorprenderse—Quedémonos aquí, no importa lo que sea, siempre tenemos que enfrentarlo.

El segundo piso, el tercer piso, el cuarto piso...

"Ding-"

El ascensor se detuvo y el sonido de la parada sonó en la sala del ascensor. Lin Jue se sintió extremadamente nervioso, como si una serpiente venenosa y fría se arrastrara detrás de él, mostrando silenciosamente sus colmillos y sacando su lengua escarlata.

La puerta del ascensor se abrió lentamente y Lin Jue sostenía el tubo de hierro en la mano con fuerza, listo para atacar en cualquier momento.

Sin embargo...

—¿Eres tú?—dijo Lin Jue con asombro.

Zhou Yuxiu se estremeció de frío en el ascensor. Agarró la bufanda con ambas manos, solo mostró un par de ojos grandes, y miró a los dos tímidamente—Yo... yo...

Lin Jue suspiró de alivio e incluso estaba un poco agradecido, después de todo, después de llevarse bien por un tiempo, y debido a que ella es una niña, su percepción de Zhou Yuxiu no es mala. Pero Song Hanzhang no lo creía así.

—Te dije que no vinieras otra vez—la voz de Song Hanzhang sonaba fría, sin el menor indicio de simpatía.

—No te causaré ningún problema—Zhou Yuxiu salió del ascensor y lo miró con ansiedad, sus piernas aún temblaban un poco, no parecía convincente en absoluto.

Lin Jue miró su minifalda y sus medias finas rotas, y no pudo evitar suspirar en su corazón, la belleza venía con una carga.

—¿Cómo sabías que estábamos aquí?—preguntó Song Hanzhang agresivamente, sin dejarla ir a pesar de su apariencia avergonzada y lamentable.

—Te seguí desde lejos y te vi entrar en el garaje subterráneo de la biblioteca. Pensé que deberías haber entrado en la biblioteca. Luego vi los cadáveres de muchos zombis en el vestíbulo y los que yacen fuera del ascensor. Así que pensé que probablemente tomaron el ascensor...—Zhou Yuxiu bajó la cabeza y susurró.

Song Hanzhang dejó de hablar, solo asintió, se apoyó contra la pared y continuó descansando. Levantó la mano para comprobar la hora después de pensar en algo, 21:05. Zhou Yuxiu no se atrevió a hablar más, solo se sentó en silencio en un rincón lejos de los cadáveres de zombis, mirando fijamente, volvió a esa mirada angustiada.

—Gululu...—protestó el estómago vacío. Lin Jue se frotó el estómago y se rascó la cabeza angustiado.

—Hay una cafetería en el tercer piso de la biblioteca. Si tienes hambre, puedes ir allí para encontrar algo para comer—dijo suavemente Zhou Yuxiu, que estaba sentada aturdida en la esquina.

—Ah, no es necesario...

Lin Jue solo quería negarse, pero Zhou Yuxiu volvió la cara y lo miró con entusiasmo—En realidad, también quiero ir al baño, pero... tengo miedo de encontrarme con zombis.