«𝗘𝗶𝗻»

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ᶠʳᵉʸᵃ ʸ ʰⁱᵖᵒ

ᶠʳᵉʸᵃ ʸ ʰⁱᵖᵒ

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Diseñar toda una nueva aldea no era fácil, menos con el bendito hielo azul que no se derretía

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Diseñar toda una nueva aldea no era fácil, menos con el bendito hielo azul que no se derretía. Nuestra única opción era construir sobre él y usarlo para las estructuras. Era una maldición, pero también una bendición.

Valka había sido de mucha ayuda en todo momento. Lo primero que hice al ser jefa fue empezar a contruir las casas de las personas. Yo misma me hice mi propio hogar. Una cabaña de dos pisos, algo modesta. Había dos habitaciones en la parte de arriba, una era mía y la otra de Ojos Azules. Dicha habitación tenía un gran hueco para permitirle a la dragona salir volando y entrar por ahí. La parte de abajo era el centro favorito de reuniones de mis amigos. Y también donde escapaban.

Más de una vez tuve a Brutacio durmiendo en mi sala, porque llegaba a media noche diciendo que Brutilda lo había hechado de su cabaña y no tenía donde quedarse. Esos dos eran todo un caso, no se soportaban pero tampoco se separaban.

En fin, Patán y Patapez también fueron visitas recurrentes, solían llegar ebrios y llorar porque no tenían ninguna chica en sus vidas y siempre iban a estar solteros. Pues, Astrid no mostraba el más mínimo interés en ellos, y Brutilda estaba fascinada con Eret, llegando al punto de acosarlo.

Hablando de Guapote, a él también lo había tenido durmiendo en mi sala un tiempo, cuando empezamos a construir las casas y él no tenía donde quedarse. Era de gran ayuda en la aldea y había traído a una hermosa chica, su nombre era Mether, su hermana menor por un año. Astrid parecía encantada con ella.

En cuanto a Astrid, la rubia prácticamente vivía conmigo a pesar de tener su propia cabaña. No me quejaba, me gustaba su compañía, pero en una ocasión llegó a casa cuando Hipo estaba de visita y decidió que su cabaña era mejor para vivir. Al igual que Brutilda, mis dos amigas tuvieron que aprender a la mala a no entrar a mi cabaña sin tocar.

Brutilda nunca había llegado a mi puerta buscando donde dormir. Pero en alguna ocasión, en una reunión, había caído dormida en mi sofa y pasó la noche ahí. Como sea, ella era más de hechar a Brutacio de la cabaña que compartían. Hipo decía que algún día ellos iban a matarse.

𝐅𝐋𝐘| httyd ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora