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𝕾𝖚𝖊𝖓̃𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓𝖆 𝖛𝖎𝖉𝖆 𝖒𝖊𝖏𝖔𝖗 𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖔𝖘 𝖇𝖗𝖎𝖑𝖑𝖆𝖓𝖙𝖊𝖘

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𝕾𝖚𝖊𝖓̃𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓𝖆 𝖛𝖎𝖉𝖆 𝖒𝖊𝖏𝖔𝖗 𝖞 𝖋𝖚𝖙𝖚𝖗𝖔𝖘 𝖇𝖗𝖎𝖑𝖑𝖆𝖓𝖙𝖊𝖘

LA PRIMERA VEZ QUE Evey usó el poder prestado de Belphie, fue mucho tiempo atrás, cuando el mismo cayó dormido más tres días por una maldicion

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LA PRIMERA VEZ QUE Evey usó el poder prestado de Belphie, fue mucho tiempo atrás, cuando el mismo cayó dormido más tres días por una maldicion.

El problema de pedir prestada magia de sus hermanos es que ellos están dispuestos a entregarla toda sin rechistar, y la chica siempre tuvo miedo de quitarles de más.

Además, cada vez que lo hacía, el pecado de cada uno de los chicos intentaba apoderarse de ella.

Así que al instante de entrar al sueño de Riddle, Evey tuvo que luchar contra fueron bostezos, la pesadez de sus párpados, y unas ganas muy intensas de acostarse allí mismo y dormir hasta el fin de los tiempos.

Resistirse a los impulsos de los pecados era lo más difícil, así que fue lo primero que Solomon le enseñó a hacer.

Concentró todos sus sentidos en lo que estaba buscando. Cuando abrió los ojos, se encontró en una gran casa, fría y oscura. Todo estaba en blanco y negro, incluida ella.

Tragándose un gran bostezo, comenzó a recorrer los pasillos, mirando casualmente algunos cuadros. Se encontró con los grandes ojos grises del prefecto, varios años rejuvenecido, pero opacos y bajo la sombra de una mujer de rostro severo y vestida siempre formal.

Todo el lugar tenía un aura deprimente, casi hostil. El aire se sentía igual de denso que cuando Riddle entró en overblot.

Pero había algo más... Una presencia oscura.

Avanzó por la casa sin encontrarse con nadie, hasta que un sollozo ahogado la hizo detener. Giró sobre sus talones, mirando la puerta que acababa de pasar. El sonido había salido de allí, estaba segura.

Giró el picaporte y se adentró en la habitación, que estaba totalmente oscura. Sin embargo, una pequeña luz brillaba en una esquina, haciendo que Evey abriera los ojos como platos por la impresión.

Se trataba de Riddle, que lloraba escondiendo su rostro en sus rodillas sentado en el suelo. La luz salía de su pecho, escondida por la posición en la que el chico se encontraba.

𝕀𝕄ℙℝ𝕆𝔹𝔸𝔹𝕃𝔼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora