Cerró la libreta frustrado y dejó la pluma encima, en diagonal de derecha a izquierda y acto seguido se dirigió hacia el comedor cuando el olor de la comida se difuminó en el ambiente y sus fosas nasales se vieron atraídas por los hongos shiitake y algas marinadas y acompañadas de arroz blanco. Tal vez no sería algo que él solía comer en su tierra, porque ciertamente no había tanto arroz en su dieta, pero sí que se veía apetitoso.

- Buenas tardes, padre.- saludó cordialmente.- Buenas tardes...- inclinó ligeramente la cabeza hacia el señor Blue.

- Parece que las lecciones de mi hija dan sus frutos...- elogió.

- Aún me confundo con la escritura y en alguna que otra palabra o pronunciación, aún no soy del todo bueno con el idioma...- su padre, a su lado, le dio un fuerte golpe en el centro de la espalda, contuvo y absorbió el golpe, era una especie de golpe reconfortante y alentador.

- Seguro que mejorarás. Tendremos que buscar a un intérprete o maestro nipón. Las negociaciones están finalizando... Podrían ser finalizadas antes del final de esta semana.

Emir se estremeció un poco y un genuino sentimiento de felicidad llenó su cuerpo al darse cuenta de que, por fin, su padre había o parecía haber alcanzado un acuerdo con el señor Blue.

- De acuerdo...- asintió con la cabeza.

Aquella noche el arroz no se le hizo tan pesado como se le había estado haciendo toda la semana. No sabía sí era porque se estaba volviendo un experto con los palillos, sí estaba feliz porque su padre estaba avanzando en la negociación o era por otros motivos... Tampoco le prestó mucha atención a ese pensamiento, simplemente cenó con calma.

- Nin Las es uno de mis sirvientes, generalmente está al cuidado de mi hija, pero últimamente ella está en una fase muy rebelde y prescinde mucho de él. Pueden tomarlo como tutor, dudo que a mi hija le importe.

"Lo más seguro es que haga un berrinche de magnitud estratosféricas al darse cuenta de que le quitaste a su 'juguete favorito' y me lo diste a mí". Emir no pudo evitar tener aquel pensamiento cuando escuchó las palabras del señor Blue. Y ciertamente prefería evitar contraer una mala relación con Hen Tor, principalmente porque se había dado cuenta perfectamente del mal carácter que podía tener, y se había dado cuenta de que Nico actuaba como fuerza opuesta que absorbía esa "mala leche" y pacificaba su carácter. Aunque eso implicaba que posiblemente Héctor terminase por "tener actos endogámicos" con el pobre de Nico. Emir tendría que preguntarle disimuladamente al rubio si estaba de acuerdo con eso o simplemente lo hacía para que Héctor estuviera contento o satisfecho, según su respuesta, podría intentar pararlos. Aunque seguía siendo contradictorio porque no tenía derecho a separarlos si ambos estaban de acuerdo en aquellas cosas, o si era algo que entre ambos acordaron a pesar de que Nico no estuviera de acuerdo...

No sabía qué creer, en su punto de vista, tal vez Nin Las no estaba de acuerdo pero aguantaba por su hermano.

O al menos eso era lo que quería creer.

- Me veo en la obligación de denegar la oferta... Nin Las es de su pertenencia y sería demasiado aceptar ese regalo.

Emir sintió que las palabras de su padre continuarían con algo similar a: "además, eso haría que saliera desventajado de las negociaciones", pero no sabía si realmente su padre estaba pensando eso, por su expresión amable pero curva y torciendo el labio evidenciaba ese posible pensamiento.

- Aceptaré lo que usted considere conveniente para la educación de su hijo.- contestó Blue.

Después de aquella incómoda cena (había empezado bien, pero había acabado incómoda a partir de aquella conversación), Emir se retiró a su habitación para poder descansar un poco. Deslizó la puerta corrediza y observó la libreta. La pluma se encontraba sobre la libreta de izquierda a derecha... algo le hizo pensar que tal vez había habido alguien en su habitación, pero fue un pensamiento fugaz que rápidamente fue ignorado y agarró la libreta nuevamente para pasar las páginas con lentitud hasta la última que estuvo escribiendo y fue ahí donde relató los eventos y sus sentimientos y sensaciones durante la cena, así como el sentimiento satisfecho de haber sido capaz de terminar el cuenco de arroz sin plenas dificultades.

Al día siguiente, después del desayuno, inició su "rutina habitual", dirigirse a la habitación de Héctor y seguir practicando el idioma. Pero al llegar allí, el pelinegro no estaba, en su lugar, el rubio se encontraba recostado en la cama, holgado en ropa, leyendo unas hojas. Emir se quedó en shock al ver esto y volvió a cerrar la puerta corrediza, notando un enrojecimiento en sus pómulos que no era ni medio normal. Era la primera vez que veía a alguien en condiciones de encontrarse con tan solo la ropa interior y una prenda fina y semitransparente en su pecho, pero abierta, y perfectamente visible el torso entero. Ni siquiera el día que llegó y se cruzó con el rubio casi en las mismas condiciones no tuvo la misma reacción ante el acontecimiento. No entendía su reacción, pero desde luego había sido alarmante.

La puerta se deslizó lentamente. El chico llevaba su habitual yukata azul celeste con la representación de los símbolos familiares que todos los empleados del hogar llevaban, cosa que lo hizo soltar un suspiro aliviado.

- No esperaba que terminases de desayunar tan rápido. Héctor aún está desayunando...- emitió avergonzado mientras le daba paso.

- P-Puedo esperar a que regrese.

- No. Da igual... podemos iniciar con un poco de conversación para practicar la pronunciación...

- Bien...- asintió vacilante.

Fueron los quince minutos más incómodos de su vida. Pero la llegada de Héctor no alivió el ambiente, de hecho, lo empeoró todavía más si cabe... Pues Héctor llegó con un carácter tan empalagoso que no parecía otra cosa que haber consumido un par de botellines de arcilla beige llenos de sake. Ese pensamiento hizo estremecer a Emir, quien miró a Nicolás sin saber si irse y dejarlos a solas, o si tenía que quedarse allí y ser una figura "intrusiva" que cortase el erótico ambiente que Héctor estaba dispuesto a imponer. Se decidió por dejarles el momento y cuando Héctor se aliviara, volvería. Pero cuando fue a levantarse, sintió un agarre alrededor de su muñeca que intentaba rodear todo el radio de sus dedos alrededor de su muñeca, cosa que provocó que Emir girase la vista hacia atrás, viendo a Nicolás negar con algo de desesperación, sus ojos desorbitados y sus labios ocupados por los de Héctor a pesar de su resistencia y su lucha por quitárselo de encima.

Definitivamente Nico no quería aquello.

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Seguramente se darán cuenta con el tiempo, pero el problema que tiene Héctor, en parte, es ser algo impulsivo, pero si tenemos en cuenta que literalmente Héctor se emborrachó con sake (muchos grados de alcohol), es posible que no esté siendo consciente de lo que está haciendo...

O tal vez sí...

Nah, es broma uwu

Aquí las opiniones del capítulo ------------------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1208 Palabras]

P.d.: Por cierto, el detalle de la libreta 👀✨

52.- Belleza nipona (Gay / Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora