- No lo sé...- admitió.- Tampoco quiero saberlo...- negó con un tono algo extraño, había resentimiento en su voz, emitió un suspiro.- Tengo un poco de miedo a la reacción que puedan tener al saber que no habrá embarazo...- Nico sonrió un poco y enterró su rostro en el cuello y hombro del azabache.
- Héctor tiene mucho temperamento...
- Precisamente... Si no he pasado la noche a su lado es porque Héctor manda sobre mí y no al revés... Lo cual no le veo la lógica, pero al mismo tiempo es mi obligación...- Nicolás emitió un sonido que parecía ahogar una carcajada.- Dije algo muy estúpido... Me siento estúpido...- Nicolás dibujó una sonrisa comprensiva y sus labios se posaron sobre los del azabache degradado a blanco, tomando sus pómulos con una delicadeza impresionante.
- No eres estúpido...- susurró contra sus labios.
Emir ronroneó un poco contra sus labios después del beso y sus gentiles palabras.
- ¿Te quedarás a dormir conmigo?- fue un pedido algo infantil, como si fuera un niño pequeño haciéndole un pedido a su madre, o tal vez simplemente era la impresión que Nicolás tenía al verlo poner aquellos ojos tan enternecedores que sin duda, si es que había alguna, lo convencieron por completo.
- Por supuesto...
Despertó al día siguiente acurrucado contra el pecho parcialmente desnudo del ruso, con sus dedos rozando su blanca piel y deleitándose con los músculos, y recordó que conforme la noche iba avanzando, sus manos fueron colándose en el yutaka porque sentía frío y una inmensa necesidad de rodear fuertemente a Emir de forma íntimamente y acabó rodeando su espalda con sus manos atrapadas entre los prominentes huesos y músculos de su espalda. Al abrir los ojos fue recordando otros detalles, como lo eran los brazos del azabache, que aún tenían el yutaka puesto, se encontraban a su alrededor, envolviéndolo por completo, uno de sus brazos se encontraba siendo su apoyo, su almohada, y el calor tan cómodo que emitía y la posición en la que estaba le hizo preguntarse si realmente Emir estaría bien o se le habría dormido el brazo, seguramente estaría muerto... El otro brazo lo tenía rodeando de forma casi acaparadora su cuerpo, prensándolo en su pecho, y Nicolás no iba a rechazar eso... Desde luego que no.
- Buenos días...- susurró en bajo imaginando que él estaría dormido.
Al no recibir respuesta, levantó los ojos lentamente, su pecho se movía tranquilo, su expresión estaba relajada: seguía dormido, totalmente dormido, y Nicolás sonrió un poco. Acarició su espalda, en un lento vaivén, los huesos de su espalda y el hueco que había entre las vértebras era muy agradable, su piel suave y los pequeños granos o imperfecciones tenía que admitir que no molestaban para nada, en todo caso, tenía que admitir que eran agradables hasta cierto punto. Escuchó un sonido somnoliento, parecía un suspiro, y no supo si era por sus caricias o porque estaba soñando, así que observó su expresión mientras seguía deslizando sus dedos por los huesos de su espalda, y nuevamente emitió un suspiro, aquella vez como un ronroneo. Nicolás sonrió.
- Emir...- susurró en bajo intentando captar su atención y despertarlo.
Su sueño no parecía ser uno que guiara conscientemente sus acciones, así que pudo arrastrarse y alcanzar las vértebras superiores, cercanas al cuello, su piel estaba fría, así que lo cubrió con la tela negra del yukata, colocándolo adecuadamente, como si quisiera limpiar todas las pruebas de que había estado abrazándolo y en contacto con su piel desnuda. Pero no se avergonzaba de ello, solo quería evitar que su piel estuviera fría. Emir apretó el abrazo, y sus brazos rodearon su cuerpo, incluido el que estaba usando como almohada, y, segundos después, Emir acabó acurrucado contra su pecho. Nicolás se sorprendió, pero dibujó una sonrisa. Se posicionó de la mejor forma para que tanto el ruso como él pudieran estar a gusto.
Emir acabó pegado a su pecho, y Nicolás abrazaba con fuerza su cuerpo, pesando los brazos por sus hombros y rodeando sobreprotectamente su cabeza, enterrando sus dedos en su cabello, el cual se encontraba totalmente aleatorio y despeinado, no como acostumbraba a verlo, todo hacia atrás y casi peinado como si le hubiera echado alguna fórmula milagrosa...
- Mamá...- susurró apenas audible, y Nicolás encarnó las cejas, entendiendo el sentimiento de echar de menos a su progenitora, siendo consciente de que el padre la había privado de opinión a ese matrimonio y la había privado de presencia, ella no estaba allí porque seguramente se hubiera negado a ese compromiso.
- Emir...- ronroneó el rubio contra sus cabellos.
Notó como se estremeció y sus brazos pasaron de ser un abrazo inconsciente a un intento de reconocer dónde estaba y a quien estaba abrazando, así que no fue raro que el rubio sintiera como se aplicó un poco más de fuerza en sus manos en su torso y cadera (con cada mano respectivamente) y poco después levantó la cabeza y sus ojos azules impactaron contra los marrones chocolate suyos.
- Nico...- susurró confundido.
Nicolás encarnó las cejas y sonrió de lado.
- Buenos días...- sonrió en el idioma del azabache, pues este todavía parecía desorientado.- ¿Te encuentras bien?
- ¿Te abracé así... toda la noche...?- preguntó encarnando las cejas.- ¿Estuviste cómodo?
- No...- negó.- Me puse así ahora, hace cinco minutos...- respondió sonriendo de forma amable, sus manos seguían en sus cabellos.- ¿Te duele el brazo?- señaló el que había estado usando como apoyo bajo la almohada.
- Agarrotado...- admitió masajeando el músculo después de que el rubio se apartara un poco y casi se enderezara, abandonando las caricias en su cabello.
- ¿Puedo masajear...?- preguntó moviendo sus ojos hacia su brazo.
Emir vaciló unos segundos, dándose cuenta de que era el brazo izquierdo, asintió con la cabeza mientras con el otro brazo agarraba la libreta y la pluma sobre el escritorio.
- ¿Vas a poder escribir así?
- Voy a leer...- respondió.
- ¿No te acuerdas de lo que escribiste?
- Quiero rememorarlo...- admitió viendo como el rubio oro deslizaba sus dedos con precisión y cuidado en su músculo.
- ¿Por qué quieres rememorar el beso si me tienes aquí para besarte las veces que quieras?
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Buena pregunta, Nico, buena pregunta... ewe
DIGO-
Perdón... No soy seria en algunos momentos, debería dejar de hacer estas tonterías XD
Aquí las opiniones del capítulo ------------------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1065 Palabras]
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52.- Belleza nipona (Gay / Homosexual)
RomanceEmir Kozlow es el hijo de un gran negociante con amigos por todas partes, y él, como hijo único y varón, tenía la obligación de aprender el honorable oficio de su padre para reformarlo una vez él tuviera que descansar... Las relaciones mercantiles e...