Su piel no era tan nívea como la de Hen Tor, el tono rosado de sus mejillas posiblemente se produjo por la vergüenza que las palabras de la mujer le produjeron.
- Te dije que me llamaras Héctor.- exigió con una mala mirada cuando apenas había sido capaz de abrir la boca para disculparse.
El violento acento inglés con un tono nipón le provocó escalofríos. Asintió obediente a pesar de la abismal distancia de estatura que había entre ellos. Había olvidado mencionar que ella era extremadamente baja para lo violenta que era, pero no iba a juzgarla por eso, sino por estar a punto de tener relaciones consagrando un coito prohibido con su amante en plena luz del día y sin vergüenza ninguna sabiendo que había invitados en la casa.
- Siéntate.- ordenó y por el tono despreciativo con el que lo dijo, parecía estar hablándole a un perro y no a un humano.
De todas maneras no iba a cuestionarla sabiendo el fuerte carácter que poseía y terminó obedeciendo y sentándose al otro lado de la mesa baja, igual que el día anterior. El joven, que parecía de la misma edad que Hen Tor... Héctor/?, se sentó a su lado, siendo mediador en aquella conversación, pues Hen. . . Héctor se sentó delante de él, en una elegante postura sobre sus tobillos. Emir no estaba cómodo en aquella postura, por ello se cruzaba de piernas como los nativos americanos.
- Él es Nin Las.- Por fin sabía su nombre, tenía que apuntarlo disimuladamente en la libreta.- El hijo mayor de la familia...- su mente se paralizó en ese momento.- pero es bastardo porque nuestra madre tuvo una aventura con un extranjero antes del matrimonio con mí padre. Así que no es el heredero.
- ¿Hijo mayor... de...?- deseó no haber entendido aquellas palabras.
Subió los ojos hacia ella con una expresión pálida. Los dos nipones lo observaron con evidente extrañeza por aquella fatídica expresión llena de temor e incluso algo de disconformidad. Había una mezcla muy controvertida en el interior del cuerpo de Emir en aquellos momentos. Por un lado, estaba la sensación asqueada de haber sido espectador de un acto endógamo en aquella familia, y por otro lado, estaba el sentimiento de curiosidad gritando: "Waku, Waku" como loco. ¿Sabía lo que significaba aquella expresión? No. Pero parecía expresar emoción, así que la usaría para aquella ocasión. Y por un tercer lado, estaba la sensación de vacío de no saber cómo reaccionar, y aquello era lo predominante y lo que en su cara se había reflejado al procesar y conectar los acontecimientos que había visto entre el día anterior y aquel, y la información que Hen... ¡Héctor! le había dado.
- Tampoco hagas como que es el fin del mundo...- rodó los ojos Héctor.
- En occidente el incesto es. . .
- Cállate.- ordenó nuevamente, nuevamente el "Damare".
- ¿E-Eres la hija menor?- intentó recomponerse de la mejor manera, era difícil digerir aquello.
- Hijo.
- ...
Nin Las se apoyó en la mesa con los brazos cruzados, inclinado hacia delante, concretamente hacia él.
- Síguele el rollo.- ronroneó en bajo, Emir tembló un poco y se estremeció por el tono y el acento inglés del rubio, fue totalmente inesperado, además, tenía un acento bastante disimulado a pesar de ser nipón, una buena pronunciación, ciertamente.
- ¡Oye!- exclamó Héctor con el ceño fruncido.- Soy el hijo menor, solo que padre no quiere aceptarlo.- se cruzó de brazos.
- No puedes ser varón si no tienes pol. . .
- Bien que te satisfacen estos...- sonrió con malicia mientras sus dedos se deslizaban por la mesa como si su dedo índice y su dedo corazón caminasen por un desfile de moda, o al menos eso fue lo que su mente proyectó, haciendo un paralelismo con la pasarela de las prostitutas y el movimiento de sus dedos como si fueran pasos, recorrieron el camino sobre la mesa de té hacia el brazo del rubio.
Aquella información se la entregó su padre por si dudaban. Él no había pisado un prostíbulo y no iba a pisarlo jamás. Y era consciente de que en occidente se solía decir: "De este agua nunca beberé", que ciertamente era un buen refrán español. Pero Emir estaba totalmente seguro de ello, pues no había nada en los prostíbulos que pudiera interesarle para tomar anotaciones en su libreta y tener rienda suelta en su insana sed de conocimiento: Había una luz molesta enfocando a las mujeres, y no al público, cosa que no le permitía tomar anotaciones correctamente; había fumadores, en muchas ocasiones fumadores de opio y marihuana, ambas drogas ilegales y el olor de ambos era tan desagradable que le producía náuseas; las mujeres se ofrecían y rozaban su cuerpo sobre todos los dispuestos y sobre los tímidos, y no resultaba agradable, mucho menos cómodo estar tomando anotaciones cómodamente y que su vista se viera opacada por un exuberante busto que más que excitarlo, más bien lo irritaba, fastidiaba y asqueaba, pero no era excéntrico.
- Y no es necesaria una polla para que lloriquees como un bebé...- sonrió con cinismo.
Nin Las apartó los brazos inmediatamente y los cruzó con una muy mala mirada hacia Héctor, era necesario mencionar que estaba notablemente sonrojado y avergonzado.
- Ignora todo lo que diga.- recomendó.
Emir no sabía cómo reaccionar, qué cara poner o qué contestar en esa circunstancia, se había quedado en blanco. Incluso había dejado caer la pluma con la que anotaba todo en su libreta, incapaz de procesar nada. Su mente estaba teniendo una secuencia de imágenes que resultaron tan sumamente desagradables, pero estimulantes al mismo tiempo, que su cabeza empezó a doler porque sabía perfectamente que imaginar aquello no solo era (o seguramente se consideraría) un pecado, sino que también era...
- Creo que lo perdimos...- susurró Héctor hacia el rubio con un susurro.
- ¿Está más pálido o me lo parece?- preguntó este mismo.
Los dos nipones se quedaron en silencio durante un par de minutos.
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El que se me queje en los comentarios diciendo que doy asco por escribir incesto y no darse cuenta de que literalmente el contexto histórico de la historia se sitúa en un momento en el que la nobleza se casa entre primos, tíos y hermanos para preservar la sangre azul (aunque no sean nobles como tal, pero sí una familia rica), lo baneo de los comentarios :3
Soy una autora que está en contra del incesto y no lo defiendo. Yo defiendo el CONTEXTO HISTÓRICO de la historia, y si en una historia estamos en un momento de la historia donde esas prácticas eran comunes, yo no soy nadie para cambiarlo solo porque eso actualmente no es ético.
Es por tener un poco de rigor y ser tan fiel como pueda a la realidad.
Aquí las opiniones del capítulo ------------------------->
Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo
Bye~
By Silvia Line
[1162 Palabras]
P.d.: "Waku, Waku" es una expresión que puede traducirse como: "¡Emocionante!" O "¡Qué emoción!". Por si alguien tenía dudas UwU
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52.- Belleza nipona (Gay / Homosexual)
RomanceEmir Kozlow es el hijo de un gran negociante con amigos por todas partes, y él, como hijo único y varón, tenía la obligación de aprender el honorable oficio de su padre para reformarlo una vez él tuviera que descansar... Las relaciones mercantiles e...