XXIII

4 2 0
                                    

Los pómulos del azabache, conjunto con su pálida piel, habían enrojecido de forma exagerada, no sabía si era por vergüenza, si era por la rabia, si era por las circunstancias, o simplemente porque su piel se enrojecía con facilidad, pero no podía evitar sentirse enternecido con aquel enrojecimiento. Pegó sus labios contra los suyos, evitando más réplicas.

- Te escucharán si gritas así...- Emir encarnó las cejas al darse cuenta de ese detalle.

- Lo siento...- susurró casi inaudible.

Nicolás se rio entre dientes y volvió a besarlo.

- Arriba...

- P-Pero no leas todo lo del beso.

- Tarde...- ronroneó.

Emir desvió la mirada y acabó de levantarse de la cama y ponerse la ropa adecuadamente, ignorando por completo que Nicolás seguía en la habitación mientras se cambiaba, y que se había quedado mirando fijamente su espalda y partes un poco inferiores. Fue cuando acabó de vestirse para dejar la ropa doblaba sobre la cama que sus ojos azules se clavaron sobre los ojos de Nicolás.

- No he visto nada...- apartó la cabeza enterrándola de nuevo en la libreta, notando como su rostro estaba totalmente enrojecido e incluso echaba humo.

- Lo siento...- murmuró rápidamente saliendo de la habitación.

Nicolás se quedó unos segundos en silencio y quieto, dejó la libreta abierta por la página sobre la mesita y agarró uno de los pequeños cojines. Enterró su cabeza contra la almohada y gritó haciendo temblar toda la habitación aún con el silenciado que suponía enterrar la cabeza contra la almohada.

- Okay, puede que sí quiera follarmelo.- admitió despegando la cabeza de la almohada.

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Tener ciertos privilegios y confianzas da cierta sensación de estabilidad y poder. No sabía hasta qué punto aquella oración podía ser cierta... Se sentía bastante privilegiado y poderoso al lado de Emir, tal vez por su imponente figura, pero no sabía qué creer, tal vez era simplemente porque estaba en un territorio extraño del cual no conocía nada y se sentía seguro al lado de Emir... Tal vez simplemente fuera eso, pero sabía cómo describirlo o si tan solo era cierto. Después del matrimonio concertado entre Emir y Hen Tor (Héctor); ella pasaba a ser mera propiedad de la familia (así fue como le calificaron, o como el padre dio a entender que se estaba refiriendo a su persona) y por concluido se daba que los negocios habían finalizado y podían regresar a casa. Fue todo extraordinariamente rápido, tenía que admitirlo. Ahora fue Héctor quien tuvo que hacer su mayor esfuerzo por aprender el idioma. Emir no entendía el esfuerzo que él había hecho para que de repente Héctor se trasladara con ellos, pero de todas maneras ayudaba a Héctor tanto como podía, pero sus dotes y la poca paciencia de Héctor no daba mucho margen de maniobra... Y acababan siendo Nico y Emir los que terminaban hablando de lo que se les pudiese pasar por la cabeza para tranquilizarse y calmar los ánimos.

- ¿Entonces ahora tu padre sí te ha puesto al día de todo...?

- Sí...- suspiró pesadamente.- Soy oficialmente heredero de su familia, y cuando el señor Blue muera heredaré tanto los negocios turbios suyos, como los de mi padre... Aunque no quiera comprometerme con nada de esto, la verdad es que no tengo otra opción.

- ¿Por qué no te han consultado nada de esto antes?

- Imagino que mi padre ni siquiera pensó en mí porque asumió que sería y que pensaba igual que él. Por tanto, no me importaría heredar todo esto... Aunque a lo mejor ni siquiera le importa mi opinión y simplemente esto me toca porque es mi herencia y porque he nacido en la familia Kozlow...

- ¿Y qué vas a hacer con Héctor...? Me refiero... ¿Tú padre no se ha quejado de que no hayas... yacido... en su misma cama? Por decirlo de algún modo...

- Ignoro olímpicamente su conversación a partir de ese punto.

- No creo que mi padre acepte formalmente mi interés por los varones, y en la extremadamente escasa situación en que lo acepte, ejercerá su influencia en terapias y maltrato psicológico hasta que cambie de opinión y me folle a Héctor hasta que se conciba un heredero.

- No esperaba que las palabras: "interés por los varones" fueran a salir de tus labios jamás... De hecho, incluso llegué a pensar que tal vez habría alguna oportunidad de que una chica linda estuviera a la altura.

- Desgraciadamente no...- negó lentamente.- Me refiero... Solo he compartido lecho contigo, Héctor me "odia" por ello, y no es que me haya relacionado con grandes influencias femeninas por esta zona, de hecho, con ninguna que me haya parecido atractiva hasta el punto que me haga dudar de sí realmente siento algo por las mujeres...- Nico acercó sus labios y besó sus labios.- No, no siento nada por ellas...- concluyó decidido, provocando una sonrisa en los labios del rubio.

- No te besé para que me complacieras con esa respuesta, pero lo agradezco gratamente...- ronroneó contra sus labios volviendo a posar un beso contra los labios del azabache degradado.- Y tampoco te creas que te odia, solo te mira con odio... No es lo mismo...

- ... Sí, es lo mismo.

- Intento suavizar el golpe...- admitió.- Además, Héctor sabe perfectamente que estoy un poco... harto... de ser su marioneta o su muñeco sexual anti-estrés... Ni siquiera me follaba como tal, solo. . .

- No hace falta.

- Perdón...- se disculpó de inmediato.

____________________________________________________________________________

Nico hizo una gran revelación...

Y si creen que voy a narrar algo sexual, ya pueden ir olvidándose de eso, porque lo más explícito que voy y que he narrado de estos dos en esta historia es el beso.

Y ya.

Ósea, Nico y Emir, en esta historia son demasiado soft para corromper esa ternura con una escena de ese calibre.

Aquí las opiniones del capítulo ------------------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[978 Palabras]

52.- Belleza nipona (Gay / Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora