- Aprendí inglés de forma autodidacta leyendo novelas románticas.- confesó Emir con naturalidad.- De mi madre.- remarcó para no quedar expuesto.- No es un detalle importante.- las novelas románticas leídas por hombres era o parecía ser tan denigrante en occidente, aquella fue la sensación que tuvo Hen Tor, pero perdió la atención y poca importancia le prestó a ese detalle.

- Entonces aprende japonés más rápido. Antes de esta noche te quiero hablando la lengua. Sino, diré que te intentaste aprovechar de mí.

Emir palideció ante aquella amenaza y no entendió el motivo por el que ella podría haber algo así. No era productivo y resultaba contraproducente. Si bien, supuestamente ella debía mantenerse virgen hasta el matrimonio, el chico que había salido de la habitación apuntaba a que estaban en medio del coito. Por eso, ella no era virgen por eso, ella no podía acusarlo de haberla violado, porque a pesar de que. . .

Oh...

Que chica tan lista... No había pensado en aquella posibilidad... Ciertamente sí podían tomarlo a él como el agresor de haber tomado su virginidad a la fuerza.

- De acuerdo.- se sintió como firmar un pacto con el mismísimo diablo.

- Y llámame Héctor.- los oídos de Emir vibraron.

Elevó la cabeza de inmediato hacia ella.

- ¿Héctor?- preguntó. Ella asintió.- Es un nombre masculino.

- ¿Y?- Emir hizo silencio.

No dijo nada más, pues aquella chica no parecía tener un buen temperamento aún cuando tuvieran una clase de enseñanza como la que iban a tener y cuestionarle sobre su nombre no sería lo mejor.

- ¿Qué haces?- exigió saber al verlo sacar una libreta.

- Tomar una libreta para poder anotar tus explicaciones y aprender más rápido.

Su expresión fina y sus ojos perfilados se entrecerraron hasta casi cerrarse por completo. Parecía una mirada amenazante. No comentó nada, por tanto Emir lo tomó como aceptación a sacar la libreta. La apoyó sobre la mesa y rápidamente pasó las páginas y anotó todo lo que tenis almacenado en la mente hasta ese punto. Ella observó en silencio lo que anotaba, sus caracteres en ruso parecían tan incomprensibles... alzó una ceja lentamente sin entender qué era lo que estaba anotando con tanto ímpetu.

- Empecemos con los saludos.- Emir asintió mientras seguía apuntando sin mirar la libreta.

...

Sentía su mente tan colapsada y agotada que no sabía si su cuerpo sería capaz de continuar con su procedimiento natural de sociabilidad como ser humano que era o simplemente desfallecer en una cama y empezar a dormir hasta el siguiente amanecer. Estaba tan agotado y tenso que apenas tenía hambre, y estaba tan drenado mentalmente que no sabía cómo era capaz de seguir pensando. Sus pensamientos no tenían procesamiento, eran simplemente palabras sueltas y sus palabras con un tono abrumado y cansado. Su padre le exigió que mantuviera la compostura durante la cena porque era su responsabilidad y su obligación como huésped y aquello le provocó un escalofrío, y se despertó de golpe como si le hubiera metido la cabeza en agua helada.

- ¿Cómo fueron las clases con mi hija?- preguntó amablemente en un tono atropellado ruso que se le hizo un tanto extraño y chocante para el de ojos azules, Emir contrajo el suspiro pesado, porque había sido lo más agotador y drenante que había vivido en su corta vida.

- Ciertamente fueron interesantes y muy productivas.- mintió sintiendo la mirada de la hija desde el marco de la puerta.

Hen Tor comía por separado. Emir tuvo la tentación de anotar aquella diferencia sexual a la hora de cenar. No sabía si siempre era así o solo era porque eran invitados, pero sí así era siempre, no le extrañaba el recelo y el liberalismo sexual de Hen Tor hacia todo el mundo, es decir, que le importase bien poco que la vieran con sus amantes y aquellos pudiera denigrar la figura de su padre.

No se suponía que tuviera que pensar sobre eso.

- Mi hija es una buena maestra, solo espero que no haya osado ser tan rebelde y arrogante contigo.- Emir sintió un sudor frío recorrer su nuca, casi como si la ardiente mirada de Hen Tor en su nuca le estuviera provocando aquel sudor.

- Es... algo impulsiva...- susurró nervioso mientras sus dedos intentaban deslizarse en los palillos, intentando utilizarlos torpemente.- Pero sí, es una buena maestra...- ¿Por qué sentía que tenía que cumplir con Hen Tor y no dejarla mal si claramente ella tenía un evidente comportamiento peyorativo?

- Además de la lengua, también te enseñará historia, cultura y costumbres...- palideció al notar y escuchar una queja silenciosa y un grito ahogado en rabia a su espalda.- Pasaréis varios días aquí, tu torpeza con los palillos debería corregirse si quieres alimentarte adecuadamente.- maldijo su existencia al sentirte tan nervioso por la mirada de Hen Tor a su espalda que le impedía ser capaz de atinarle a la utilización de los palillos a pesar de que ciertamente estuvo practicando durante varias semanas para no hacer el ridículo delante del patrón de la familia Blue.

- Es posible que esté cansado después de todo el día practicando.- su padre lo salvó convenientemente, Emir se tuvo que morder la carne interna del labio para no hacer una mueca con la boca y torcerla hacia un lado de forma desagradable.- Mañana por la mañana lo hará mejor. Se lo garantizo.

Emir permaneció en silencio el resto de la cena, pues su padre y el líder de la familia Blue iniciaron la conversación en japonés. A diferencia de aquella mañana, en aquellos momentos era capaz de interpretar aquellas palabras y por ende entender el contexto de la conversación aproximado, y escuchar que estaban hablando de negocios hacía que centrara su atención de forma disimulada, porque ciertamente los dos hombres consideraban que su nivel no sería más que básico, pero por suerte o por desgracia, Hen Tor había hecho una amenaza en la que, por conveniencia, se aseguró de no decepcionarla. No quería terminar mal parado y mal visto por su padre. Era capaz de entender el tema de los negocios, pero no todo lo que decían, su forma de hablar era tan culta que no era capaz de interpretar todas las formas de comunicarse y todas las formas de decir una palabra que tenían allí. Centró su atención en el plato de arroz y sintió una gran angustia al imaginarse que tenía que tomar grano por grano con aquellos palillos con los que tan torpe estaba por culpa de la fija mirada de Hen Tor en su nuca. Definitivamente aquella noche se iba a llenar de aire. Además de aquel cuenco de arroz blanco que acompañaba el pescado y la ensalada de lechuga, col, apio, puerro, tubérculos y salsa de soja, les sirvieron varias copas de sake, al menos a su padre, a él agua.

____________________________________________________________________________

He intentado representar de la forma más fiel y real que he podido al Japón de la época samurái.

Las personalidades, las costumbres y todo lo que tiene que ver con el simbolismo es lo que he intentado plasmar con mucho detalle... Igualmente, si hay algo erróneo que les resulte que no debería ser, o que lo haya descrito de mala manera, no duden en avisarme, contestaré todos los mensajes, y si no los contesto, les pondré un corazón uwu.

Aquí las opiniones del capítulo ------------------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1231 Palabras]

52.- Belleza nipona (Gay / Homosexual)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora