Narrador omnisciente. Tiempo pasado.
De nuevo, retrocedemos en el tiempo para volver a la época de la Antigua Grecia. En esos tiempos remotos, en una ciudad griega, vivía una joven llamada Psique. Era la tercera hija de los reyes de la ciudad; su vida era perfecta, exceptuando un pequeño detalle: que era demasiado guapa.
Y no me refiero a una belleza normal, no. Psique poseía una belleza que, según se decía, llegaba a rivalizar con la de la mismísima diosa Afrodita. Era tan terriblemente guapa, que tenía admiradores por todas partes y prácticamente no podía hacer nada sin ser perseguida por un montón de muchachos desesperados por verla.
A pesar de todo, no era creída, ni presumida. Más bien, todo lo contrario. Era discreta, y la mayoría del tiempo deseaba ser una "guapa normal", como sus hermanas mayores y el resto del mundo. No le apetecía rivalizar con Afrodita, ni con ninguna otra diosa. Psique no quería problemas con divinidades.
Por el momento, se limitaba a permanecer encerrada en el palacio, maldiciendo su belleza y huyendo de sus perseguidores fanáticos. Pero eso fue hasta que llegó la hora de casarla; porque a pesar de que era la mortal más hermosa que nunca nadie había visto, ningún príncipe se atrevía a pedir permiso para casarse con ella.
¿Por qué?
Pues porque Psique era tan sumamente perfecta que todos ellos pensaban que no estaban a su altura. Prácticamente pensaban que era una diosa, una especie de segunda Afrodita. Y por eso, la joven se quedó sola en el palacio, con sus padres, ya que sus hermanas ("guapas normales") habían conseguido casarse sin ningún tipo de problemas. Suerte para ellas.
Entonces, los padres de Psique pensaron que, ya que su hija era tan famosa, podrían aprovechar para fomentar el turismo local. Así que erigieron una estatua enorme de su hija en modo diosa y la plantaron en mitad de la ciudad, para que todo el mundo la pudiera ver bien. Al cabo de nada, miles de visitantes acudían a la ciudad con la esperanza de ver la estatua o verla a ella. Llegaban incluso a dedicarle alabanzas y oraciones, como si fuera una verdadera diosa.
Psique odiaba aquella situación, pero no pudo hacer nada por evitar que su popularidad se disparara hasta alcanzar niveles alarmantes. Auténticas muchedumbres llegaban a la ciudad desde todo el Mediterráneo para verla, dejando los templos a Afrodita descuidados.
Obviamente, la diosa se molestó.
- ¿Dónde está la gente? ¿Por qué nadie me reza?
Entonces se dio cuenta de que todas las personas que faltaban en sus templos se encontraban adorando a Psique en su ciudad. Aquel detalle la enervó todavía más.
- ¿Cómo puede ser que una niñata me esté eclipsando de esta manera? ¡No es una diosa! ¡Yo sí! ¡Argh! ¡Cupido, Eros!- llamó, a punto de tener un ataque de nervios- ¡Venid aquí ahora mismo!
Cupido y Eros entraron en la sala, ambos con sus alas de plumas blancas y aspecto de supermodelos de infarto. Cupido iba resplandeciente con su túnica lila y su pelo arreglado, mientras que Eros prefería jugar a ser el "brutal y malote chico sexy". Ambos llevaban sus arcos a la espalda.
- ¿Qué queréis, madre?- inquirió Cupido.
- ¿Sucede algo? Te noto irritada- comentó Eros con despreocupación, sacudiendo su melena dorada.
- ¡Sí!- chilló Afrodita, rabiosa- ¡Mis templos están vacíos! ¡Nadie me reza ni me hace caso!
- ¿Y eso?- se extrañó Eros.
- Hay una mortal, llamada Psique, que está acaparando toda la atención que debería ser mía- explicó Afrodita, hablando con desdeña para mostrar su desagrado-. ¡Estúpidos mortales! No saben apreciarme.
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Los Dioses también tienen Instagram
Teen Fiction(CONCLUIDA) Hace unos cuatro mil años, en la lejana Grecia, el Oráculo de Delfos pronunció una fatídica profecía: que la Caja de Pandora volvería a ser abierta, para desgracia de todos. Y el cumplimiento de dicha profecía ya ha comenzado. La Caja ha...