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—When you know you know, when you know you know, it's time, it's time to go...—

Sonreí con nostalgia luego de cantar la canción mientras miraba como el líquido que estaba en en la copa se movía de un lado a otro a causa de los movimientos de mi mano. El vino era tan rojo que cualquira podría confundirlo con sangre si caía sobre la barra.

Hay canciones que a todo el mundo los golpea sin necesidad de haber experimentado lo que la letra describe; a otras no les provoca absolutamente nada y solo se dejan llevar por la melodía y la voz; luego están otras en donde se identifican con cada verso y les hace recordar momentos, ya sean buenos o malos.

¿Qué hay de mí?

¿Cómo influye la música en mi?

¿A qué grupo de personas pertenezco?

No los engaño, siempre interpretaba las letras a mi beneficio a pesar de saber su verdadero significado, golpeaban mi alma de una manera brutal, era una completa masoquista, y esta noche no era la excepción.

—¿Entonces?— escuché a mi lado.

—It's time to leave...— repetí la pequeña frase sin cantarla, dándole a conocer mi respuesta a su pregunta. Sonreí a la vez que una lágrima salía de mi ojo y pasé de tener mi mirada enfocada en la copa a perderla y encontrarme en un pequeño trance.

Suspiré y bebí el vino antes de poner la copa sobre la barra midiendo mi fuerza porque si abusaba de esta de verdad habría sangre sobre la barra a causa que las heridas que me provocaría incrustarme trozos de cristal. Golpeé con la palma de mi mano derecha la barra y moví el asiento para poder bajarme del banco en el que me encontraba sentada. Tomé mi bolso que se encontraba en el otro taburete y me coloqué la cadena sobre mi hombro derecho y me dispuse a caminar hacia la salida sin importarme la mirada que tenía puesta sobre mi.

—¿Así es como termina?— detuve mis pasos.

Podría jurar que esa voz se escuchaba herida.

—Esto terminó hace algún tiempo— dije.

—Que te vayas de su vida no quiere decir que te vayas de la mía— sonreí con amargura ante sus palabras, volteé a su dirección y por primera vez en la noche lo vi directamente a los ojos.

-—ejarlo incluye a las personas que lo rodean. Tú eres una de ellas, eres la persona que más tiempo pasa con él—

—¿Es normal que esto duela?— dirigió su mirada el piso mientras él estaba sentado y luego miró su muñeca y tocó uno de sus brazaletes y sonreía son amargura.

La poca luz que había iluminaban su rostro haciéndome ver que estaba más que triste.

Burning Desire || Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora