Ella sabe como hacer caer a un hombre con facilidad.
Posee el encanto natural que cualquier mujer desearía tener.
Es hermosa, atrevida, sensual, cautivadora y sobretodo manipuladora.
¿Quién diría que terminaría relacionada con uno de sus pilotos fav...
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-¿Te gusta?- pregunté dejando el lienzo a un lado al sentir como Carlos pasaba sus manos sobre mi abdomen y su torso hacia contacto con mi espalda convirtiéndose en un abrazo.
-Me encanta, amor- besó mi mejilla.
-¿No crees que le falta algo?- pregunté analizando el cuadro.
-No creo, para mí así está bien- acomodó su mandíbula sobre mi hombro izquierdo.
-Entonces le falta algo- bromeé y ambos reímos y este besó mi mejilla.
-Una patada dolía menos- dijo riendo y yo le di un beso en los labios.
-Sabes que bromeo- susurré sobre sus labios y pude sentir como sonreía.
-Lo sé, cariño- depositó un beso sobre mis labios.
Se escuchó un estruendo provocando que ambos volteáramos a ver hacia atrás. Lo que vimos nos hizo reír un poco. Piñon estaba jugando con Krenshnik y Khione.
-Yo iré a limpiar, sigue con lo tuyo, amor, vale?- deshizo su agarre y colocó sus manos sobre mis hombros y yo asentí sonriendo.
-De acuerdo-
Sonrió y besó mis labios antes de irse y yo volví a tomar el lienzo apreciando la pintura que estaba terminando.
-¡Me duele la espalda!- grité dejando nuevamente el lienzo a un lado y me di la vuelta para ver como Carlos recogía el desastre que habían hecho los perros.
-¡Cariño, haz estado todo el día pintando!- me reprochó y yo asentí con una enorme sonrisa.
-¡Es que... quería terminarla antes!- dije poniéndome de pie.
Los perros dejaron de jugar para observar como mi novio se ponía de cuclillas para recoger las últimas cosas y yo sonreí al ver que estos estaban en fila obervando cada movimiento.
-Cariño, ¿no debes prepararte para mañana?- pregunté cruzándome de brazos.
-Si, todo está bien, Charles vendrá un rato, quiere pasarla en el simulador un rato, no hay problema con eso, ¿o si?- preguntó colocando las cosas sobre la mesa.
Sabía a lo que se refería...
-¿Por qué habría problema?- me acerqué a él con una cálida sonrisa y lo abracé por la espalda -Es nuestro amigo- apoyé mi cabeza sobre él.
-Lo sé- tomó mis manos y dio media vuelta provocando retroceder mi cabeza y alcé la mirada -Pero me refiero a que ocuparé tu simulador, no permitiré que ponga su sucio trasero sobre tu asiento- hizo una mueca graciosa provocando una risa -Pero si pondré el mío- me guiñó un ojo y yo me puse de puntillas para depositar un beso sobre sus labios.
-Mientras sea tu trasero y no el de otra persona, todo bien, cariño- pronuncié.
Las manos de Sainz tomaron mi cintura para luego alzarme y solté una risa llena de nervios.