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Lo miré a través del espejo y luego me di la vuelta para verlo frente a frente con mi corazón aumentando su frecuencia cardíaca

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Lo miré a través del espejo y luego me di la vuelta para verlo frente a frente con mi corazón aumentando su frecuencia cardíaca.

—¿Qué?— dije incrédula.

—Lo que escuchaste— me alzó una ceja —¿Qué hace el piloto de mi escuderia buscándote a ti?— se cruzó de brazos.

—¿Se supone que te debe de buscar a ti?— lo miré divertida.

Este iba a hablar pero lo interrumpí.

—Espera, ¿lo dejaste parado en el pasillo?—

—Si, no sabía qué hacer! ¿Qué harías tú si viene Hamilton preguntándo por mi?— dijo desesperado.

—PUES HACERLO PASAR, IDIOTA— le dije acercándome a él y alcé mi mano para darle un manotazo pero me contuve y bajé la mano haciendo una mueca.

—Voy a ir a decirle que pase— se rió como tonto y salió de mi habitación.

Sainz está acá.

Una sonrisa se dibujó en mi rostro y respiré profundo, luego exhalé; me puse perfume y salí de la habitación.

Cuando me iba acercando a la sala escuchaba con mayor claridad las voces, la música ya la habían quitado así que solo se escuchaban ellos y el sonido de mis tacones golpeando la madera.

Llegué a la sala y efectivamente Carlos Sainz estaba sentado en uno de los sofás y Michael estaba en el que estaba frente a él.

Carlos me miró de pies a cabeza y se puso de pie para acercarse a mi y darme un beso en la mejilla, en eso vi a Michael sonreír con picardía y yo rodeé mis ojos mientras me alejaba de Sainz.

—Carlos, qué sorpresa— estiré mi mano en dirección al sofá —Por favor, toma asiento—

Aún no olvidaba lo que me había dicho horas antes.

–¿Quieres algo de beber?— me di la vuelta y caminé hacia la cocina que estaba a tan solo unos metros de la sala.

—No, así estoy bien— se escuchó.

—Yo quiero un whisky— escuché decir a Michael.

Desde donde estaba podía verlo y este sonreía con inocencia. Rápido puse mis manos sobre la barra, ladeé mi cabeza y entrecerré los ojos.

Caminé hacia el mini bar y serví un poco de whisky en un vaso.

Comencé a caminar de nuevo hacia la sala y escuché a alguien detrás de mi.

—Es en serio, Alessa?— este se puso a mi lado y me mira a mientras caminábamos —Estamos en Miami, por una vez en tu vida usa algo colorido— se escuchó solo su voz por todo el salón principal.

—Ya lo hará— gritó Michael con sarcasmo.

—¿Bebiendo antes de ir a comer? Vaya que vas evolucionando. Y quién carajo quitó la música?—

Burning Desire || Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora