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No me quería levantar

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No me quería levantar.

Era lunes y lo que menos quería era levantarme, no me importaba la hora, solo quería descansar, estar todo el día en cama sin hacer absolutamente, bueno, tal vez bañarme y comer pero no quería caminar.

Me dolía el cuerpo.

Jamás, pero nunca jamás había tenido este dolor, parecía que había hecho el cuádruple de mi rutina de ejercicios. No sé cuántas calorías quemé, pero si sé que pasé una de las mejores noches de mi vida.

Había disfrutado cada maldito segundo.

No puedo describir en realidad lo que viví anoche con Carlos, solo puedo decir que tener cuatro orgasmos en una sola noche te deja casi deshecha, Carlos no había ido a la fiesta después de nuestra ronda de sexo y se tomó tan en serio mi petición que si alguien supiera diría que eramos unos malditos ninfómanos, insaciables que no paran de tener sexo.

Mi celular sonó, estiré mi mano y contesté sin ver de quién se trataba.

—¿Hola?—

—¡Mi amor!— escuché la voz de mi madre.

—Mamá...— me senté en la cama.

—¿Cómo estás? Te extraño, ya no trabajas en aviones pero te siento más lejos de casa—

¿Tú qué crees?— pregunté con sarcasmo —¿A qué se debe tu llamada?—

Cariño, la fiesta es este fin de semana— la escuché decir.

—¿Y a mi qué?—

Somos los anfitriones, Alessa— dijo como advertencia —Cuida ese tono y vocabulario conmigo, que yo no soy de tu grupo de amigos

No dije nada, me contuve por ser ella pero a la misma vez quería decirle de todo.

Qué tengan una buena fiesta— fingí entusiasmo y colgué.

Tiré el celular a un lado y la puerta de la habitación se escuchó y maldecí.

Ni siquiera sabía qué horas eran.

Me puse de pie y caminé hacia la puerta, abrí escondiéndome detrás de esta y miré hacia afuera.

Max estaba de pie sonriendo.

—Verstappen— dije un poco sorprendida.

—Hola— se acercó y besó mi mejilla.

—Hola— imité su acción —¿Gustas pasar?— pregunté.

—No, no— dijo rápidamente —Solo quería invitarte a una cena esta noche— sonrió uniendo sus manos sobre su espalda baja.

—¿Una cena?— pregunté curiosa mientras sonreía.

Burning Desire || Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora