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-Lessa, tenemos que hablar- me dijo Charles y yo lo miré confundida

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-Lessa, tenemos que hablar- me dijo Charles y yo lo miré confundida.

-No tenemos nada de qué hablar- dije revisando mi celular mientras caminábamos por el paddock.

-Me mandaste un mensaje diciendo que íbamos a dejar todo, te pido reunirnos y no me respondes ningún mensaje- dijo entre dientes.

-Charles- sonreí tratando de disimular la tensión que se había formado -Estoy saliendo con Carlos y no quiero arruinarlo, no quiero arriesgarme a nada-

Y no mentía, me sentía tan bien con él que no quería arruinarlo, era momento de poner todo en orden y dejar de lado mi vida llena de libertinaje, en especial si era de revolcarme con Leclerc que básicamente solo lo utilizaba cuando estaba disgustada con Sainz.

Por alguna razón él se había aferrado tanto a mi como un perrito a su dueño, estaba atento a cualquier cosa que hacía y no temía en demostrarlo cuando habíamos aclarado que solo iba a ser sexo sin sentimientos.

Sin embargo quería seguir jugando con él, no por mi, si no por querer hacerlo sufrir así como Ferrari ha estado haciendo con Sainz.

Lo siento, pero lo mío con ellos ya era personal y si podía desquitarme con ellos, ¿por qué mejor no hacerlo con el niño mimado de la escuderia?

Pero algo dentro de mi me gritaba que me detuviera, que respetara mi relación con el español.

Me sentía bien con él, estaba feliz, me hacía feliz así que lo más prudente sería detener esta estupidez con Leclerc.

-Lessa- pronunció mi nombre y yo desvíe la mirada para verlo a los ojos.

Pude ver que en su mirada había un poco de nostalgia.

No, no quería niñerías viniendo de él.

Desvíe la mirada regresándola a mi móvil para evitar cualquier contacto visual con él.

-Charles, no debemos hablar de esto acá- dije sonriendo -ni en ningún otro lugar- dije entre dientes.

Algunas personas se acercaron para tomarse fotos con él y unos me saludaban y pedían fotos.

-Muchos creíamos que ustedes dos serian pareja- dijo un chico y yo miré a Charles y comencé a reír.

-Si, los vieron en muchas ocasiones juntos antes de que hicieran apariciones tú y Sainz- habló una chica y yo sonreí.

-Solo somos amigos-

-Muy buenos amigos- dijo Charles.

Sentí la maldita doble intención.

Gracias a Dios ninguno de ellos lo entendió.

-Gracias, chicos, suerte, Charles- dijo un chico y seguimos caminando.

-¡Less!- escuché.

Dejé de ver a los chicos y miré al frente.

Sainz venía corriendo y yo sonreí.

Burning Desire || Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora