Ella sabe como hacer caer a un hombre con facilidad.
Posee el encanto natural que cualquier mujer desearía tener.
Es hermosa, atrevida, sensual, cautivadora y sobretodo manipuladora.
¿Quién diría que terminaría relacionada con uno de sus pilotos fav...
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—¿Por qué tus hamburguesas lucen mejores que la mías?—
—Tú pediste una diferente, yo venía por esta— señalé ambos platos —¿Notas la diferencia? La tuya es más vegetariana que la mía—
—Si hubiésemos quedado para el domingo luego de la carrera, te juro que me comería 3 órdenes— tomó un poco de su limonada —Es un poco cansado a veces, hoy fui a una sesión de fotos y a ver el diseño que se ha decidido utilizar acá— pude escuchar su voz cansada y al ver su rostro me di cuenta que estaba estresado.
—Hágamos un trato— le dije y este dejó de ver su comida y me miró atento —Esta tarde/noche o mientras dure esta salida, no hablaremos de trabajo. Quiero decir que tanto tu y yo no mencionaremos nada que tenga que ver con nuestro trabajo, piensa en el cuando llegues a tu habitación, pero no ahora—
—¿Y tú por qué no?— me miró curioso.
—Porque me pongo en tu lugar. Entiendo que has de estar preocupado por lo que puede suceder este fin de semana, entiendo lo mucho que quieres que todo salga bien pero muchas veces sobrepensar es peor porque el estrés aumenta y las dudas llegan a ti—
—Gracias— sonrió
—A partir de este momento solo quiero estar con un chico que conocí en el gimnasio y tuve un pequeño inconveniente con él y como acto de disculpa le invité a comer. Quiero hablar con él, no con Carlos Sainz, el piloto de Fórmula 1— sonreí amablemente.
Vi un pequeño destello en su mirada al momento que nuestras miradas chocaron, como si le hubiese impresionado mis palabras.
—¿Cómo se supone que se hace?— tragó grueso —La mayoría de más personas con las que me reúno es para escucharme hablar de la vida de un piloto—
—No lo sé— fui sincera —Todo este tiempo mis salidas son con personas de mi mismo círculo laboral, entonces siempre hablamos de lo mismo, aunque otras veces cambiamos de tema, en especial con mis amigos más cercanos, por eso no quiero hablar nada que tenga que ver con lo profesional—
—No soy bueno comenzando una conversación...— aclaró —Perdón por mi falta de educación pero nunca pregunté tu nombre, es decir, tú sabes el mío pero yo nunca tuve la oportunidad de preguntar por el tuyo— me miró avergonzado —Y no es que no me interesara pero como sabes no comenzamos tan bien y nunca tuve espacio para...—
—Mi nombre es Alessa— lo interrumpí.
—Alessa...— susurró mi nombre, tan bajo que si no hubiese estado atenta a él y al movimiento de sus labios no habría deducido.
Y tan bien que se escuchaba mi nombre saliendo de su boca.
Nunca creí que esto pasaría. Bueno, si, pero en mis sueños.
—Tú disfruta la comida— me reí.
—Muy bien, aquí vamos— tomó la hamburguesa y dio una mordida y comenzó a saborearla. Miró la comida y luego me miró a mi asintiendo —Está deliciosa—
