Ella sabe como hacer caer a un hombre con facilidad.
Posee el encanto natural que cualquier mujer desearía tener.
Es hermosa, atrevida, sensual, cautivadora y sobretodo manipuladora.
¿Quién diría que terminaría relacionada con uno de sus pilotos fav...
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Nunca en tu puta vida vueltas a tomar así.
Me repetí unas cinco veces dando vueltas de un lado a otro en la cama.
Jamás había tomado tanto como anoche, mi cabeza la sentía pesada y todo fue culpa de Michael y Checo.
Nadie te obligó a tomar.
Mi subconsciente me recuerda y comienzo a autoinsultarme ya que es verdad, nadie me obliga a tomar grandes cantidades. No solo fue el tequila ya que antes de ir al restaurante bebí dos veces whisky y en durante la cena disfrutábamos de vino aunque no fue mucho pero ya había comenzado antes de ir al club.
Durante la madrugada me levanté a beber agua unas cuatro veces y antes de dormir me metí a la tina un rato ya que si, ebria y todo pero nunca descuidando mi rutina diaria.
Recuerdo que al llegar al hotel Carlos vino hasta la puerta a dejarme a pesar de andar ebrio porque si, a él se le notaba más que a mi y eso que yo había bebido casi el triple de lo que él había ingerido.
Después del beso nada más pasó ya que según él, andábamos tan ebrios que ni quería abusar de la situación.
Cosa que lo tomé como algo realmente absurdo porque no sería la primera vez que tuviéramossexo.
Charles me invitó a bailar y bailé un poco con él y luego se acercaron los demás. También bailé con la novia de Gasly y charlamos un poco sobre cosas de chicas y elogiando nuestros outfits de la noche.
Me pareció una chica muy linda, realmente guapa y con buen sentido del humor, estuvimos platicando y luego llegó la hora de despedirnos y todos tomamos rumbo a nuestras habitaciones.
—Knock, knooock— se escuchó a Michael decir desde el otro lado de la puerta del cuarto para luego tocar y esta se abrió enseguida.
—Quiero seguir durmiendo, vete— presioné una almohada sobre mi cabeza
—Son las 14:30— me quité la almohada, abrí mis ojos y levanté mi cabeza en busca de mi amigo
—¿Lo dices en serio?—
—Si, vine porque me preocupaste, creí que estabas muerta— se burló y le arrojé el cojín que estaba a mi lado.
—Por favor, solo quiero seguir durmiendo— volví a ponerme boca abajo y puse la almohada sobre mi cabeza.
—Ten, te traje esta pastilla—
—Déjala en la mesa— alcé la voz para que este me escuchara
—De acuerdo. Por cierto, iremos a la playa un rato, hay que disfrutar nuestro último día acá— ni siquiera me digné a voltear a verlo —Cuando sientas ánimos, baja—
