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-No estés nerviosa- escuché la risa de Sainz mientras su mano se posicionaba en mi pierna

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-No estés nerviosa- escuché la risa de Sainz mientras su mano se posicionaba en mi pierna.

-¿Que no lo esté!- lo miré indignada -Carlos, me llevas a casa de tus padres cuando solo habíamos quedado en ir a tu casa- dije eufórica.

-Pues es mi casa también- dijo mirándome de reojo para no perder la vista por completo del camino.

-Si pero omitiste un pequeñísimo detalle- dije entre dientes.

-¿Cuál?- sonrió con inocencia.

-¡Cuál?- me moví sobre el asiento apoyando mi espalda en la puerta para verlo mejor -¡Qué tus padres están ahí!- grité desesperada.

-Ups, olvidé mencionar esa parte entonces- comenzó a reír como diversión y yo le pegué en el hombro.

-¡Carlos!- chillé y él soltó una carcajada.

-No estés nerviosa, ya verás que les caerás muy bien- dijo con mucho ánimo y mis nervios incrementaron.

Habíamos viajado hasta España supuestamente a su casa ya que tenía entendido que tiene la suya propia y la otra en donde vive su familia, alejados de la ciudad, es decir, en la zona rural.

No había traído muchas cosas, solo nos quedaríamos una noche e iríamos a Mallorca.

Sin embargo, no estaba lista para conocer a los padres de Carlos, es muy raro porque no somos novios, no me ha pedido serlo y que me lleve a casa de ellos es muy extraño para mi.

Él ya fue a mi casa pero no en plan de presentarselo a mis padres, ellos se conocieron en casa de Josh que es muy diferente.

Llegamos al enorme portón que nos indicaba que ya habíamos llegado y si mis nervios ya habían aumentado, hoy ya estaban peor.

Entramos y a medio kilómetro de distancia se pudo ver la enorme casa y yo me acomodé en el asiento y la mano de Sainz tomó mi mano.

-Todo estará bien- me miró.

Por lo visto se dio cuenta que los nervios se habían apoderado de mi ya que dio un pequeño apretón a mi mano dándome apoyo y yo traté de sonreír pero fue en vano.

No creí estar en esta situación, no tan pronto.

El carro se detuvo y yo apreté el cinturón de seguridad cuando Carlos se bajó y rodeó el auto para abrirme la puerta.

-Sainz- susurré preocupada.

¿Qué mierda te pasa Alessa? Tú no eres así.

-Bienvenida a mi primer hogar- dijo sonriendo dándome su mano y yo quité torpemente el cinturón.

Tomé su mano y me bajé mordiendo mi labio inferior mientras miraba la enorme casa.

-Es muy linda- dije sonriendo.

-Gracias- besó mi mejilla -No estés así, no te van a asesinar- rió antes de besar mis labios con delicadeza -Vamos- me susurró.

Burning Desire || Carlos Sainz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora