Nagini || Draco Malfoy

IV.II

La familia Malfoy como todas las familias en el mundo contaba con sus secretos, y en el caso de los Malfoy, estos contaban con una profecía.

Varias decadas atrás, cuando el abuelo paterno de Draco, Abraxas era solo un niño una profecía llegó a su casa.

La profecía solamente se iluminó una vez desde entonces y no lo volvió a hacer hasta que Halley Potter llegó a la mansión Malfoy en las navidades de 1991.

La profecía hablaba de una chica que llegaría a la familia, la cual al traer un hijo al mundo traería la paz consigo.

La profecía nunca se iluminó con Narcissa, ni la primera vez que visitó la mansión, en su compromiso o cuando se casó.

Pero esta profecía brilló cuando Halley llegó, y desde entonces la profecía ha brillado todas las veces que Halley había estado aquí.

Así que Lucius y Narcissa ya tenían algo claro, sabían que tarde o temprano Halley terminaría siendo una Malfoy.

Pero había un pequeño inconveniente, Halley era mestiza. A Narcissa realmente no le importaba demasiado, pese a que se había criado en una familia supremacista de la sangre, silenciosamente siempre se posicionó del lado de su hermana Andromeda y de alguien más, Sirius.

Es por eso que ahora que no está su familia para tacharla de traidora, intenta ser lo más amable posible con Sirius, por que además sacó a Halley de casa de sus tios y sin duda lo agradece.

A Lucius en su lugar, no le hacía tanta gracia, pero su padre le dijo una cosa antes de morir, fuera quien fuera esa chica, la familia Malfoy iba a necesitarla, por lo que Lucius cumpliría la palabra de su difunto padre aunque para su desdicha tuviera que ir en contra de los ideales de su familia.

Pero Lucius y Narcissa no eran los únicos que conocían la profecía, había alguien más que la conocía, Snape.

Lucius y Narcissa se la contaron, al igual que él les contó sobre el estado de Halley.

Pero quienes no lo sabían y no lo sabrían por el momento serían Draco, Destiny y Halley, de momento eran demasiado jovenes para saber de la profecía, todavía les quedaba madurar un poco.

Así que por el momento, Lucius y Narcissa solo tendrían que esperar a que llegara el momento de que la profecía se cumpliera, aunque esperaban que ese hijo del que hablaba la profecía no llegara muy pronto.

Así que por el momento regresarían a la realidad.

Narcissa tenía algo que hacer con las chicas hoy, y eso era llevarlas a comprarse un vestido elegante, puesto que en la carta de Hogwarts de este año, a los alumnos de a partir de cuarto año se les pedía un vestido elegante.

Además, también le había preguntado a Sirius si a Harper le gustaría ir con ellas y para su sorpresa pese a que no se conocían realmente, ella aceptó.

Además todo lo que estuviera relacionado con pasar tiempo con su hermana claramente lo adoraba.

Narcissa terminó de arreglarse finalmente y fue hasta las habitaciones de las niñas para ir a buscarlas.

Primero fue hasta la de Halley, dónde la encontró terminando de arreglar su maquillaje.

-Querida te falta mucho? Tenemos que ir a por tu hermana también-aclaró Narcissa

-Viene mi hermana? Pensé que estaba en la madriguera-respondió Halley

-Me pareció un bonito gesto invitarla-sonrió ella-a mi también me gustaba pasar tiempo con mis hermanas cuando tenía tu edad. Ahora me temo de que no puedo pasar tiempo con ellas