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“Y el premio es para…. Min Yoongi” “Min Yoongi, Compositor y escritor de HUBE, el chico del milenio” “Los éxitos del Min Yoongi, han logrado posicionarce en el puesto numero 1 durante 10 semanas seguidas” “Min Yoongi, embajador cultural de Corea del Sur” “Min Yoongi……”

Aquellas palabras me son recordadas en cualquier rincón de mi habitación, Mi estudio.

Todo esta rodeado de placas, premios, cuadros con páginas de periódicos digitales que algunos de mis amigos me habían regalado para recordar mis logros, placas doradas, plateadas, trofeos de distintos tamaños que básicamente se me hace absurdo seguir recibiéndolos porque ya no tengo espacio, además de que ha dejado de ser emocionante desde hace tiempo.

-Agh- suspiré mientras me sentaba en aquella silla giratoria color negro- Espero no volver a encontrarla- pasé mis manos por mi rostro- Es odiosa-

Mi contacto social no es algo común ya que el simple hecho de tener que conversar con alguien que no para de hablar sobre si mismo me es bastante irritable, de hecho soy la persona menos indicada para representar lo que se llama “amable primera impresión” porque cuando estoy solo mi perfil no cambia mucho.

Aquella pared dorada solo es un recordatorio de lo que fui pero no de lo que soy, mi nombre tiene un precio, un valor que le he dado con todo lo que he hecho pero... de que me sirve ver ahora lo que fui sino recuerdo lo que soy.

Soledad.

Esa es la palabra en específico que me describe y que solo cambio en algunas ocasiones, de hecho cuando comenzaba a cambiar y de cierta manera darme a conocer sin tantas capas, bueno…. No quiero recordarlo.

-Ahora- me incorporé y miré el monitor- A donde deje la última pista-

Haber salido a caminar mientras llovía, claramente no había sido la decisión correcta puesto que había terminado mojado por mi propio gusto, pero a pesar de ello creo que la lluvia trajo algo bueno. Y no. No fue la chica con tenis negros y cabellera peliroja.

De hecho lo único que me había aportado era recordarme el hecho de porque me encontraba escribiendo una canción que me ha llevado bastante tiempo.

-Esto no sirve- reproduje el pequeño minuto que apenas tengo- Agh- chasque mi lengua y me incorporé- Regresemos a la vieja escuela-

Me acerqué a la estantería en donde tomé un gran blog de hojas amarillentas, para después salir del edificio y caminar en dirección a aquel lugar en el que me encuentro. Nada especial, solo que no me gusta del todo, preferiría que las paredes fueran de otro color y que los aromas fueran más … amigables en ves de estos detestables olores de plástico y alcohol.

En fin.

No tarde mucho tiempo en llegar a aquel lugar en donde al darme cuenta de que nadie más se encontrará en mi habitación, si en cuanto a eso…. Tengo amigos que en ocasiones me visitan pero como notan que no me encuentro en mi mejor momento, solo cierran la puerta de nuevo y se van.

No todas las personas se quedan contigo.

-Ah- suspiré- ¿Dónde lo deje?- miré a mis alrededores- Oh-

El viejo lapicero color negro con las siglas "MY" en color plateado, se encontraba reposando en la impecable mesa de cristal que ahora se encontraba con una pequeña vela cuyo color me recordaba a las mandarinas.

-Bien- lo tomé- Ahora-

Caminé en dirección a la ventana, en donde horas antes me encontraba sentado mirando a las personas correr de la intensa lluvia, la cual ahora comienza de nuevo. Jugué con el lapicero entre mis dedos mientras miraba aquella hoja en blanco, aquel lapicero tenía un gran peso en las cosas presiadas e indispensables que nunca debo perder de vista y es que este había sido un regalo de mi segundo padre, el único que me apoyó en mi camino como músico.

Me lo obsequió cuando recibí mi primer premio como compositor del año, él había gastado todos los ahorros que había guardado durante todo un año solo para mandar a hacer un lapicero como estos, uno que a simple vista parecía un lapicero bastante convencional sin embargo la cubierta era lo más costoso del artefacto ya que mis iniciales habían sido hechas con algún tipo de extraño metal.

-Lluvia- comenté pensativo mientras jugaba con el click del lapicero- Lluvia-

Cerré mis ojos y me dedique a escuchar aquel sonido blanco que naturalmente se estaba produciendo.

Aquel sonido me recordaba el motivo porque había elegido el camino de la música, la verdadera razón por la que tomé la oportunidad en cuanto la tuve lo bastante cerca.

Recuerdo que en aquel entonces estudiaba el instituto, yo no era el chico más aplicado de la clase ni mucho menos el más popular de hecho solo era ese alguien que pasaba desapercibido en todas las clases y por todos mis compañeros.

Mi vida como estudiante se resume solo a exitir mientras todos vivian en el mundo ideal que sus padres habían elegido para cada uno de ellos, todos siendo moldeados para “su” futuro. Mientras tanto , yo quien hiba en contra de los ideales de la sociedad y  de la ideología popular, me mantenía despierto durante las madrugadas escribiendo algún par de palabras, líneas que se convertían en estrofas que terminaban siendo canciones, mientras que el acompañamiento de cada tarde era escuchar a mi padre discutir con mi madre a causa de la economía familiar, en aquel entonces la economía no era algo estable en nosotros, de hecho es lo que hacía enojar a mi padre y a mi madre; pero a pesar de ello trataban de llevar el asunto con calma, mi padre nunca golpeó a mi madre y en caso de que se atreviera a hacerlo yo no lo permitiría.

El caso es que cuando todo esto sucedía y cuando uno de mis amigos leyó accidentalmente uno de mis escritos, comencé a vender mis letras a distintas personas que se cruzaban en mi camino. Trainers, raperos callejeros, músicos alternativos e inclusive a solo fanáticos de las letras, todo ello me ayudaba a conseguir algo de dinero con el que ayudaba a mi familia.

Creo que desde entonces comencé a conectar con una parte de mi que no sabía el peso que tendría en mi vida.

La música se volvió en mi pasión, una pasión de la que ahora vivo y por la cual tuve que pasar por varios obstáculos solo para ver la luz en medio de la oscuridad.

Viví en una tempestad que solo yo podía entender.

Abrí mis ojos y miré como se encontraba lloviendo del otro lado de la ventana, fue entonces que solo decidí comenzar con ello.

-Esta lloviendo al otro lado de la ventana-

Lo siguiente en mi historia fue solo llegar a la persona correcta con las letras que ya había escrito, continuar en ello, mudarme, pasar por tempestades, tormentas, abismos, accidentes y nuevos lugares;  que me llevaron a conocer a quien llegaría a ser mi segundo padre.

Fue entonces cuando la luz calmo las tempestades, mi segundo padre el único que puso los ojos en mi talento y con ello me regalo el lapicero que ahora escriben las fraces que salen de mi mente mientras escucho la lluvia.

Me sumergo en mi propio mundo hasta que lentamente la ciudad se queda a medio silencio ya que la lluvia continuó toda la noche.

-Ahh- dejé a un costado el blog que ahora contenía algunas líneas desordenadas- Necesito…- bostece- Agh- estiré mis manos sobre mi cabeza- Dejemoslo-

Tomé el bolígrafo y el block para dejarlos a mi costado, atraje la manta gris que decidí colocar en este espacio que he acondicionado como una habitación provisional y comencé a quedarme dormido.

-Extraño…-bostece y me arrope- Agh, seguiré mañana-

Lo último que suelo pensar antes de dormir son las letras que sobrevuelen en mi cabeza hasta que quedo inconsciente.

STAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora