STAY

40.

El ruido de las gotas chocar contra el suelo creaban una peculiar melodía muy bien conocida para mi, para ambos. La ciudad parecía demasiado distorsionada a mi paso, un efecto que se logra si corres a una gran velocidad, y eso es exactamente lo que sucede porque temo llegar tarde con Minju.

El panorama a mi alrededor es algo irrelevante, no me importa si las luces están en verde, si las calles se vuelven más solitarias e inclusive si el cielo está a punto de caerse debido a la lluvia que ahora se encuentra mojando cada centímetro de la ciudad; soy inconsciente al entorno pero muy consciente al hecho de que deseo ver a Minju para decirle un par de cosas y aunque no soy alguien de promesas, por primera vez quiero hacer una que podría definir el final de esta historia.

Mis pasos chocaban contra el resbaladizo pavimento, todos y cada uno de ellos provocaban ligeros charcos que salpican el borde de mi pantalon, mis piernas comenzaban a cansarse y yo también lo estaba, mis mejillas se pintaban de un color carmesí debido a que trataba de mantener la resistencia para no detenerme a descansar, mi cuerpo se sentía pesado y tenía demasiadas ganas de cerrar mis ojos. Instantáneamente un gran peso y cansancio se apoderaba de mi cuerpo, pero temo que si cierro por un par de segundos mis ojos no volveré a despertar, así que aparto aquel pensamiento de mi mente y continuo.

No tenia la menor idea de donde encontrarla, las posibilidades eran unas cuantas pero había descartado el hecho de que se encontrara en su apartamento, ella no es de ir temprano a descansar, la empresa era otro escenario pero la última vez me dijo que había renunciado, así que si sus planes continuaron como deberían.,  ella probablemente esté trabajando en la misma empresa que yo pero….

-Ella no estará- afirme con voz agitada- Solo hay un único lugar- me detuve un par de segundos- Un lugar que no cambia-

El parque.

Aquel peculiar lugar era un punto de encuentro en el  que probablemente  nos encontraríamos una y otra vez sin importar los años o las vidas que compartamos, porque en el pasado fue el lugar en que deberíamos de habernos conocido, donde le brinde un paraguas para cubrirse de la lluvia, donde conversamos, nos volvimos más cercanos, peleamos, nos alejamos y probablemente el último lugar de encuentro.

Un par de calles más y me encontraba en la peculiar entrada del lugar, esta vez  se miraba más colorido debido a que la lluvia habia hecho su trabajo con los arboles y el césped. Todo parecía estar cambiando.

Mire desesperado en todas las direcciones. Minju no se encontraba por ningún lugar así que continúe buscando.

-¡Minju!- grite- ¡Dónde estás!- grite de nuevo-
Pero no recibí respuesta alguna, di un par de vueltas más y cuando estaba a punto de rendirme la mire pasar a un par de metros de mi, llevaba aquella sudadera con la que la conocí, un par de jeans y sus tenis negros. Su peculiar caminar me hacia saber que en efecto era ella, así que con el último aliento que tenia grite con fuerza.

-¡MINJU!- Ella no volteo- ¡MINJU!- grite de nuevo y ella se detuvo- ¡Minju!- comence a acercarme a ella hasta poder tocar su hombro- Minju-

Ella dio la vuelta y me miro sorprendida, parecia no entender el hecho de que yo me encontraba de pie frente a ella, de nuevo. Como si nunca me hubiera ido, sin embargo inmediatamente me miro con tristeza y angustia.

-Espera- me miro- Tu….- guardo silencio- Debo de ir al hospital- afirmo mientras comenzaba a caminar apresuradamente- ¡Tengo que ir al hospital!-

-¡No!- grite y corrí hacia ella-No tienes que ir- la detuve- No vayas- la tomé dela muñeca- Por favor,  No vayas- comente suplicante-