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Desde hace tiempo que he perdido la noción de cuanto llevo en este lugar, pero para ser certeros, ¿Quién no ha pedido la razón un par de veces?

Como sea, me encuentro en Daegu en algún edificio de la ciudad cuya existencia me es bastante nula, en uno de los pisos más cercanos al techo; puesto que actualmente tengo una perfecta vista de la ciudad.

A pesar de que puedo ver una gran cantidad de edicifios a mi alrededor, centro mi atención hacía las calles, en donde miró como cada persona que se encuentra en ellas corre de una tienda a otra en busca de una sombrilla para cubrirse de la intensa lluvia, ya que el pronóstico había vuelto a fallar una vez más y ahora aquellas personas que habían decidido optar por una vestimenta bastante ligera y veraniega, se veían envueltos en una tormenta.

Rojo, amarillo, morado, gris, blanco; los colores y modelos de paraguas son infinitos pero eso no es lo importante; lo que realmente me interesa es por que se cubren de unas pequeñas gotas cuando tendrían que protegerse de las tormentas internas de sus pobres almas. Metafórico y tan profundo como para pensarlo por un par de minutos puesto que... ¿Nunca te has cuestionado sobre que tan profunda e intensas pueden ser tus propias tormentas?

-Tontos- murmullo mientras continúo con la vista baja- Sus pensamientos que no van mas allá de una oficina y folders color manila no los hacen presenciar las belleza que oculta lo ordinario-

La verdad es que últimamente mi vida, pensamiento y creencias habían cambiado tan drásticamente como mis recuerdos, ya que apasar de estar completamente despierto no recuerdo absolutamente nada del día de ayer, o los 28 años antecesores de mi vida.

¿La razón? Aún la desconozco.

Continúe mirando por la ventana mientras que el sonido de la lluvia inundaba mis oídos, las gotas chocaban contra la ventana para que su camino continuará marcando hasta el filo de esta, en donde después desaparecían de mi vista. Seguramente continuarían su curso en las paredes del edificio para terminar en el suelo o una grieta. Aunque no estoy tan seguro.

-Agh- me coloqué la capucha de mi sudadera- Estúpido frío. Eso es lo único que me molesta de esto- me abracé a mi mismo- Café- miré la cafetería que se encontraba al frente del edificio- Ja- bufé- Pésimo café, sería perfecto para servirlo en mi funeral que mi familia estaría  encargada de planear-

Aquella cafetería no vendía exactamente el mejor café que había probado, pero si el peor hasta ahora, su sabor era básicamente idéntico a un vaso de agua carente de cafe, su similitud era más a un vaso de agua sucia teñida por la pintura de los pinceles acupados para pintar a acuarela; al parecer el café no importa cuando se trata de precio. Por que también, el precio era mayor a lo que recibias. Estafas comerciales y publicidad barata es lo que te ofrecen a cambio de dinero que te darán un mejor café de alguna tienda de conveniencia.

-Pésimo-

Perdí mi vista de nuevo en los sonidos de la ciudad.

Autos, tacones, pasos, algunos “bips”, cajones abrirse, puertas cerrarse, lluvia, lluvia, mucha lluvia.

-Ok. Entendí-

Me incorporé de aquel lugar cerca de la ventana para caminar hacía la puerta principal, metí mis manos en el gran bolsillo de mi sudadera pero antes de salir me detuve a mirar a uno de mis costados.

-Agh-

Me quejé y terminé por tomar un paraguas color negro que reposaba en un contenedor al costado de la puerta; por que aunque odiaba admitirlo lo único que compartía con las personas de afuera es que no me gusta mojarme. No sería algo muy correcto si analizo la situación. MI situación.

-Estúpido-

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