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La vida en el hospital es realmente deprimente, mucho más de lo que las películas pueden proyectar. De hecho en la mayoría suelen mostrar como el múltiple personal solo hace su trabajo sin cruzar palabra con alguno de ellos, y aunque a ojos de la mayoría es lo mejor, aveces y cuando estas dentro… lo ves como algo totalmente inhumano. Porque lo que en verdad deseas estando dentro es sentir la calidez, sentirte normal y no que estas apunto de solo irte mientras que ves como tus familiares aun creen que pueden hacer algo.

Eso es verdaderamente estúpido, el código ético de los médicos y todo el personal es  por regla general nunca hacerte tan cercano a un paciente, es decir que no debes generar sentimientos hacia el, lo cual es correcto pero eso no es sinónimo de no dirigirte una palabra al menos para decir buenos días. Aunque estés en el hospital, lo mínimo que deberías pensar es que eres normal. Pero la verdad es que hay muchas personas como yo en este lugar y al igual que ellas yo comienzo a sentir el futuro como irrelevante.

En esta situación, lo más doloroso que he experimentado es sentir esa peculiar sensación de no tener a alguien con quien hablar, de no ver quien esta contigo y de sentirme bastante inútil.

Hoy no era precisamente un día soleado o nuboso, de hecho pasaba bastante irrelevante ante mis ojos, aunque peculiarmente bastante conocido para mí ya que como era costumbre estaba lloviendo como los idas anteriores, todos y cada uno de los míos continuaban con lluvia.

Al parecer el estado climático resumía muy bien mi estado emocional, uno que no mostraba en gestos o lágrimas sino en ambiente. Este era mejor para describirme que yo. Además de que como comenté en un comienzo, la lluvia es el estado constante en e, que se encuentra el ser humano ya que estando triste o no; la vida está llena de problemas tan severos como las lloviznas o tan complicados y sin salida como las tormentas.

Mis pensamientos se vieron  interrumpidos por el sonido de la puerta abrirse, no cambie de posición o aparté la vista de la mesa frente a mi, ya que sabía más que de sobra quien era el único que estaría aquí a estas horas.

-¿Como ha estado tu..?-

-Vete- comente en cuanto puso un pie dentro de la sala- No necesito a nadie dentro- 

No me encontraba bien, no quería a nadie cerca, no quería ver a alguien, no planeaba tener conversaciones profundas con mi hermanastro o siquiera estoy de humor para escucharlo y recordarme que tiene preocupaciones que no deberían estar en su vida. Como yo.

Lo único que esperaba era la hora, la jodida hora para dejar de herir y ser hnacarga para otros.

-El lugar se ve oscuro- comento acercándose a la ventana- Eso debería estar abierto- Changbin tomo las cortinas y las abrió para que la luz inundará toda la habitacion- Eso es mejor, ¿No crees?-

Bah, solo me deja ver más claro el día lluvioso y los tenues ríos de sol que se filtran por algunas partes de la ciudad.

Hice una mueca y recargue mis pies encima de la mesa que se encontraba en una de las esquinas de la habitación, me encontraba agotado, enojado, distante y muy solo como ha sido desde el pasado, actualmente la única diferencia era que había aprendido a tener personas cercanas con las cuales deseaba pasar todo el tiempo que pudiera, pero como lo dije una ves. Minju era y seguirá siendo efímera, así que…. Tendría que acostumbrarme a la soledad. Otra vez.

-El doctor dice que podrías despertar en un par de…-

-Deja a un lado las estupideces- comente- Eres más que consciente de que no pasará, llevo 3 años en la misma situación y para ser realistas a estas alturas yo ya debería de estar muerto.  Por que no mejor no nos ahorrarnos todo esto y mejor desconectame- señale la maquina- Eso nos libraría de un par de problemas. ¿No crees?-

STAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora