CAPITULO 16

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ATENTADO

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Antonella Rinaldi

Kiev, Ucrania.

—¿Entonces cambiaron la ubicación?—cuestione mientras terminaba de guardar mi arma

—Si, era peligroso seguir reuniéndonos en la misma mansión.—respondió Franco

No volví a ver a Annika desde que la entregué, hoy sería la primera vez y la última también. Entramos a la zona desierta de la ciudad, recorremos kilómetros de terracería hasta que a lo lejos se alza una construcción de dos pisos. Al llegar note que somos los primeros, es raro siempre solemos ser los últimos; todos bajamos de las camionetas.

—Esto se puede poner feo.—dice Franco—. No sabemos si alguien nos rastrea o alguien nos traiciona. Entonces necesito gente cuidado quien llega y quién se va.

—Lo hago yo, en caso de cualquier cosa yo soy la que tiene mejor puntería.—me ofrecí—. Subiré a la azotea y desde ahí cuidaré el perímetro.

—Eso suena bien, mantén el celular cerca para que avisen cualquier cosa.

—Muy bien, denme un francotirador.

Kaan saca de una camioneta lo pedido, lo toma y revisa que esté bien. Me doy una última mirada a Franco antes de entrar a la mansión, recorrí los pasillos hasta el segundo piso, una de las ventanas tiene un pequeño balcón que tiene unas escaleras que me dan acceso a la azotea. Voy subiendo poco a poco hasta que alcanzó la gran altura, el viento azota con fuerza y me veo obligada a atar mi cabello en un moño alto.

Me acercó a la orilla, desde ahí veo aún a mi hermano que también esperaba mi llegada, me tomo el tiempo de ver el horizonte, el sol me quema la piel pero lo dejó en segundo plano, saco el celular para llamar a Franco.

—¿Todo bien ahí arriba?—cuestiono

—Si, pueden entrar yo les avisaré cualquier cosa.

—Perfecto, nosotros estaremos esperando dentro.—colgó la llamada

Acomode el francotirador mientras esperaba la primera aparición, debía mantener oculto el arma pero a la vez con una buena vista, los siguientes minutos corren lentos, escuchó la llegada de más camionetas, reconozco a los que bajan de ellas. Rodrigo Spencer, Kaito Takashi, Adal Müler y por último Fiodor Sakolev, el ruso está a la defensiva y se mantiene alerta, aún forma parte de la jerarquía italiana y aunque no le guste esta reunión es importante, pese a que no sabe lo que está a punto de pasar.

Todos entran, rápidamente envió el mensaje a Franco de la llegada de los líderes, sigo en guardia mientras la reunión se lleva a cabo, pasan los minutos dónde no se escucha nada, miró al horizonte con los binoculares.

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Walter Meyer

Media hora antes.

Kiev, Ucrania.

—¡La jerarquía italiana se reunirá a las afueras de Kiev!—anuncio mientras ajusto el chaleco antibalas—. ¡Franco Rinaldi estará ahí, es nuestra oportunidad de acabar de una vez con él!

Mi equipo se mueve rápido ajustando armamento y equipos, guardo mi Glock en el cinturón que me rodea el muslo, debo guardar las tres granadas de alto impacto junto con la navaja en caso de emergencias; ajustó las cuerdas de las botas, mi equipo sube a las camionetas, en esta ocasión los tres escuadrones nos acompañaran, al ser toda la jerarquía la seguridad será difícil de sobrepasar.

OBSESIONES QUE QUEMAN [1°] [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora