OBSESIONES QUE QUEMAN [1°] [EDITANDO]

CAPITULO 29

CONTACTO
MÉXICO: PARTE 2

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Antonella Rinaldi

Sinaloa, México.

La llamada que recibo me hace despertar en medio de la madrugada, Walter no se despierta así que tomo mi celular y salgo de la habitación.

—¿Ciao?—respondí adormilada

—Mi niña, que bueno que respondes.—dice Alessandra—. Tenemos todo el día tratando de comunicarnos contigo.

—Es de madrugada, ¿sucede algo?—frote mis ojos

—Atacaron la mansión en Sicilia.

—¿Qué?—la noticia me despierta por completo—. ¿Cuándo?

—Hace dos días, eran los rusos, reconocimos la voz de Fiodor y bueno, con suerte pudimos escapar.—informó

—¿Por qué no me dijeron nada?—cuestioné

—Franco nos dijo que no, ya sabes cómo es, además estaba muy alterado.

—¿Por qué?

—Anto, creo que eso debemos hablarlo en persona, y lo más pronto posible.—el tono no me gustó nada

—Bueno, justo ahora no estoy en Europa, pero en cuanto regrese prometo ir a visitarlos y hablar de eso.—dije

—Lo más seguro es que sea en unos meses, en el nacimiento de Franco Jr.

—Haré lo posible por ir antes, debo colgar por su seguridad.

—Cuídate mucho mi niña, y por favor, cuidado con tus decisiones.

—Si tía, dale un beso a todos por mi, excepto a Gerónimo.—bromee antes de colgar

Regrese a la habitación donde me volví a meter a la cama con Walter, pero no pude volver a dormir en lo que resto de la noche, me daba vueltas en la cabeza lo que mi tía me dijo, si los rusos fueron capaces de ir a nuestro territorio y entrar a la mansión sin que la seguridad se diera cuenta, eso era muy peligroso.

A la mañana siguiente seguimos nuestra rutina de besos y caricias hasta que decidimos levantarnos, nos dimos un baño y al salir a desayunar platicamos un poco de nuestra estancia en México, nos quedamos unos días más de los planeados.

—¿Qué quieres hacer hoy?—cuestionó Walter—. Vamos a recorrer la hacienda con los caballos o quieres salir a conocer la ciudad.

—Me gusta mucho la primera idea, además si nos quedamos más días tendremos tiempo para recorrer la ciudad.—me emocionaba todo lo que tuviera que ver con caballos

—Bien, en ese caso les diré a los cuidadores que preparen los caballos.

—Te acompaño.—me pegue a su brazo

Walter le dijo al matrimonio que saldríamos con los caballos, nos llevaron a los establos dónde había tres caballos, uno blanco, uno negro y otro café. Note cómo el cuidador le decía algo a Walter, yo no entendía mucho el idioma pero lograba captar unas palabras.

Deducí que los caballos fueron comprados en una subasta del mercado negro, osea que son de sangre pura y por su tamaño y porte se ven muy caros. Además que la hacienda le perteneció a un narcotraficante que fue asesinado hace unos meses, dejaron todo como estaba y como no comprobaron que los caballos fueron comprados en el mercado negro, decidieron que el matrimonio los cuidara.

—¿Lista, ojitos?—me sonrió antes de subir de un brinco al caballo

—Claro que sí, mause.—le seguí el paso, subiendo sobre el caballo blanco