LA PRINCESA DE LA MAFIA
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Alessandra Rinaldi
Sicilia, Italia.
Bianca no deja de llorar desde que recibí la llamada de Kaan, ni yo tampoco,me rehusó a que todo acabara de esta manera, me rehusó a que no los volveré, simplemente no puedo con la idea de perderlos. Gerónimo destrozó nuestros celulares antes de entrar al búnker, hay al menos quince hombres con nosotras, Franco Jr. está inquieto y yo siento que me voy a volver loca.
Gerónimo se acerca a Bianca, le entrega los pañales y ropa limpia para mi nieto, ella la recibe con los ojos enrojecidos y me duele no poder ser más fuerte por ellos, pero también soy humana y no puedo reprimir el dolor de saber que tal vez me mataron a los hombres que adoro. Gerónimo se me acerca y deja una de sus manos sobre mi hombro, se ve que también quiere llorar pero resiste, le doy una pequeña sonrisa antes de que se aleje.
—Revisaremos para cerciorarnos que sea seguro.—aviso un escolta
Salen tres y esperamos impacientes su regreso, ayudó a Bianca a cambiar a Franco Jr. mientras que se me pasan por la cabeza los miles de escenarios horribles de que les estarán haciendo o si sus cuerpos siguen enteros. Deseo con todo mi ser llamar a Antonella y claro que lo haré, reuniré a toda la jerarquía para ella, es momento de que regrese a la realidad, que tome su puesto de sottocapo y me regresé a mi sobrino y mi pareja.
Pasan varios minutos hasta que regresan los hombres, la mansión y todo el territorio es seguro, la seguridad aumenta y me muevo a la sala de estar para tomar el teléfono, marcó la tecla que hace la llamada de emergencia a todos los integrantes de la jerarquía. Bianca se sienta en el sofá y yo tecleo rápido el número de Antonella, pero no hay respuesta, intentó dos veces más y tampoco.
—Es Aarón McQuaid.—Geronimo me extendió el celular, el cual tome
—Dime qué te equivocaste de tecla.—pidió el candiense
—Lamentablemente no.—dije con el alma en un hilo—. Los Tödliche tienen a Franco y Kaan.
—¿Estás segura de que son ellos?
—¿Quiénes más?
—Voy para allá ahora mismo, Mao no debe tardar y Adal seguramente está despegando ahora mismo.
—No tarden.
—Llegaré lo más pronto posible, asegúrate de que Antonella esté enterada y presente en la reunión.—pidió antes de colgar
Si tan solo respondiera, hago el intento por mucho tiempo hasta que desisto, a las horas los integrantes de la jerarquía se abren paso en la mansión, el primero en llegar es Adal Müller, después Mao Wang, Rodrigo Spencer, Kaito Takashi y finalmente Aarón McQuaid.
Todos se apuran a la mesa donde se llevó a cabo la última reunión, yo no me siento simplemente me quedo cerca.
—¿Qué haremos?—inicia Mao—. No está Franco ni Kaan, esto es alarmante pues seguramente los van a torturar.
Las palabras son como baldes de agua helada, me corta la respiración y me quedo en shock.
—Lo principal es mantener la calma, pensar en el siguiente movimiento.—se adelantó Adal—. ¿Sabes si Antonella tardará?
—No me responde.—dije
—Pues tendrá que, es el sottocapo y ahora es cuando más la necesitamos.—se quejó Rodrigo
Adal la empieza a llamar, todos lo hacen y no puede ser más tenso el ambiente, después de varios intentos vuelvo a llamarla y en esta ocasión sí que responde.
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OBSESIONES QUE QUEMAN [1°] [EDITANDO]
RomanceDesde que Antonella tiene uso de razón sabe las leyes de la mafia. 1.- Da tu vida por el líder. 2.- Se leal al líder. 3.- Elimina las piedras del camino de tu líder. 4.- Jamás te enamores del enemigo. Esas son unas cuantas de las leyes que regían a...