POV. María
Recapacitar...a veces nos preguntamos de que sirve esa tonta palabra, si ya cuando has recapacitado de algo que hiciste mal es demasiado tarde, no hay vuelta atrás, lo echo, echo está, y por mucho que tú quieras el pasado no se puede cambiar, a menos que tengas una puta máquina del tiempo, pero eso no es así ¿verdad?
Me concentré tanto en culpar a Miley de las acciones de mi padre que no me detuve a pensar que los hijos no tenemos la culpa de las decisiones que tomen nuestros padres, culpé a Miley de algo de lo que ella ni siquiera estaba enterada, y cuando recapacité ya era demasiado tarde, por culpa de esta tonta venganza que tomaba hacia ella perdí el amor del único chico que me ha importado de verdad en la maldita vida, y aunque tuviera miedo de enamorarme y ser dañada, de que mis ojos soltaran lágrimas de un dolor amoroso, sabía que Dariam jamás me habría echo daño, pero para eso también es demasiado tarde.
-¿María? -escucho su voz y me parece algo de mis pensamientos -No creo que me merezca que me ignores -abro los ojos como platos y rápidamente me doy la vuelta.
-¿Dariam?, Si estás aquí -sonreí afirmando lo obvio, se encontraba delante de mí, traía el cabello un poco alborotado y se le notaba algo mojado -necesito pedirte perdón por...
-No necesito que me pidas perdón -interrumpe mis palabras -necesito que estés a mi lado y no te separes nunca más, eso necesito fisgona.
-Entonces eso es lo que haré -me acerqué a él -Blanducho -dije juguetona recordando el momento en el que nos conocimos.
-Cada día estás más hermosa -coloca un mechón rebelde detrás de mi oreja, va acercándose poco a poco hasta que corta completamente la pequeña distancia que había entre ambos, juntando nuestras bocas en un tierno beso.
-Ven conmigo -su voz sonaba ronca y su respiración se escuchaba algo agitada.
-¿A dónde quieres que vallamos? -susurré con algo de duda.
-¿Confías en mí? -Lo miré a los ojos y sonreí.
-Siempre -seguí sus pasos sin perder el ritmo en ningún instante, llegamos hasta un jacuzzi lleno de jazmines, desprendía un excelente olor a flores que te dejaba embelesada con solo sentir su aroma.
Lo miré y sin mencionar ni una sola palabra me lancé encima de él, envolviendo mis piernas alrededor de su cadera y mis brazos alrededor de su cuello, lo besé, lo besé como si se fuera acabar el mundo o como si quisieran arrebatarlo de mi lado y está fuera la despedida, dolorosa pero exquisita, tal y como me gusta me agarró de las nalgas apretándolas y conmigo en brazos caminó hasta el jacuzzi entrando en él.
Besó mi cuello y fue bajando muy lentamente, se detuvo al llegar a mis pechos y al desabrochar el bikini que traía puesto llevó uno de mis venís a su boca, lameando y mordiendo mientras masajeava el otro, no pude evitar soltar un suave jadeo y enarcar la espalda echando la cabeza hacia atrás, encima de la pequeña mesita que había dentro de este había una botella de champagne metida en un cubo de hielo, la cogió y la abrió dejando caer el frío líquido encima de mí para después pasar su lengua, causando que mi cuerpo se extremezca.
Bebimos juntos del líquido y juntamos nuestros labios una vez más antes de dejar la botella de lado, con mi mano lo agarré del cabello acercándolo más a mí para profundizar más el beso, con rapidez nos decicimos de la ropa restante, nos dimos la vuelta quedando yo encima de él y dejando que me penetrara, comencé a mover mis caderas, al comienzo con algo de dificultad acostumbrandome a su tamaño.
Nuestras bocas se juntaron desesperadamente mientras no dejaba de mover mis caderas y sus manos se movían por todo mi cuerpo estrujandome con fuerza contra el sintiendo los gemidos del otro y ahogándolos en lujuriosos besos.
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Miedo De Enamorarme (Miedo #1) ¡Terminada!
Romantiek«Solo hay una vida y nosotras la disfrutamos al máximo» ese es el perfecto lema de Miley, Ágata y María. Tres chicas que luchan por su título en el instituto, las (P-U-T-A) llamadas así por sus compañeros de colegio, se dice por ahí que pertenecer a...