Capítulo 14

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El carruaje iba a toda velocidad, siendo tirado por cuatro hermosos corceles de color negro azabache.

El cielo se veía oscuro a pesar de que apenas era mediodía.
Las nubes se unían, signo de que una tormenta estaba por venir.

— Maldito Doflamingo, maldito sea ese hijo de puta.

— Capitán, no pierda la compostura.

Law estaba inclinado hacia adelante, con su rostro escondido en sus manos, las cuales lo apretaban con fuerza.
Estaba furioso, enojado y se sentía un idiota. Siempre que confiaban plenamente en su tío, siempre les fallaba.
Ya no volvería a cometer aquel error.

— Ya falta poco. Los caballos van lo más rápido posible.

— Lo sé... Lo sé.

Sabía que iba a ser una situación muy difícil.
Probablemente Luffy no quiera verlo y sus hermanos no se lo permitan. Sabía perfectamente bien que si llegaba a lastimarlo todos estarían en su contra. Y aunque nada era su culpa, debía ser él quién enfrente las duras consecuencias.

Con el pasar de los minutos, las gotas de lluvia comenzaron a golpear suavemente el techo del carruaje.
Había comenzado a llover, pero ya estaban por llegar. Podía divisar a lo lejos aquel pueblo donde su amado vivía actualmente.

Ésta vez Coby no estaba allí para avisar de la llegada de algún carruaje, pues estaba dentro de su casa para protegerse de la lluvia.
Sólo estaban los tres hermanos trabajando juntos en el campo para resguardar la cosecha; no podían permitir que suceda algo como la última vez nuevamente.

Pronto Ace divisó el carruaje blanco que ya conocían de memoria, eso lo hizo fruncir su ceño.

— Luffy, ve a revisar que los animales estén bien resguardados.

— Oh, tienes razón.

El menor salió corriendo hacia la zona de los establos y los corrales, para asegurarse de que todo esté en perfectas condiciones para soportar la tormenta que se estaba formando.
Ace le aviso a Sabo, quien también se puso serio al notar aquel vehículo. Así que juntos fueron a la entrada del pueblo.
Claramente no tenían buenas intenciones.

Una vez que el carruaje se detuvo, Law se bajó del mismo sin importarle el barro bajo sus pies ni la lluvia que mojaba sus hombros.
Notó que los hermanos de Luffy estaban ahí, así que armado de valor se acercó a ellos.

— Vaya, mira a quién tenemos por aquí.

— Vete. No eres bienvenido. No me importa si eres el Príncipe o quién sea.

Cerró sus ojos por unos segundos, sin querer se veía envuelto en una situación horripilante; de las peores de su vida. Parecía una pesadilla.

— Escuchenme, por favor.

— No dejaré que te acerques a Luffy de nuevo, ya lo lastimaste lo suficiente.

— No! Yo-

Antes de que pudiera decir algo más, Ace le soltó una fuerte bofetada en su mejilla.
Estaba furioso, ver a su hermanito triste y verlo llorar por ese idiota era lo peor que podía pasarle en su vida.

A Law no le importó aquel doloroso golpe, pero sus guardias se acercaron a los dos jóvenes, apuntándoles con sus armas.

— Es un crimen golpear al Príncipe! Quedan bajo arresto!

El Príncipe de ojos grises | LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora