Aquel carruaje blanco aguardaba en la entrada del pueblo.
Apenas había llegado hacía unos segundos, temprano por la mañana.
Debían partir lo antes posible para poder llegar a tiempo o antes al castillo, donde el Príncipe ya lo estaba esperando con ansias.
No podía dormir de la emoción.— Luffy, no te olvides de comportarte. Vas a estar en el lugar más importante del reino.
— No te alejes del Príncipe por ningún motivo. Podría ser peligroso.
Sus dos hermanos lo ayudaron a terminar de enlistarse. Todos se sentían nerviosos, no se sentían listos para dejar ir solo al menor de la familia.
Pero debían hacerlo, ya no era un niño. Era un hombre ya preparado para buscar su propio rumbo en su vida.
Una vez listo, le dieron una pequeña maleta con todo lo que podía llegar a necesitar.
Lo acompañaron a la entrada, para así despedirlo mientras era guiado por un ayudante al vehículo.— Me llamo Brook, yo seré su acompañante. Aquí está su carruaje, joven Luffy. El Príncipe lo aguarda en el castillo.
Asintió con su cabeza, subiendo por esa pequeña escalera de madera hasta entrar al mismo. Luego sacó su cabeza por la ventana para saludar a su familia.
— Cuídate mucho! Espero que todo salga bien!
— Adiós Luffy!
— Suerte hermanito!
Una vez allí dentro, suspiró con un poco de miedo. Nunca había estado lejos de sus hermanos ni su familia. Además era la primera vez que iba a estar tan lejos de su casa.
Se sentía muy ansioso, pero el también debía madurar.
Era una crisis muy grande para todos los miembros de esa familia.— Los amo! Volveré mañana!
Aquel carruaje partió para comenzar el largo viaje que lo esperaba.
Los mayores venían como poco a poco iba desapareciendo entre las colinas.
Con lágrimas en sus ojos, sentían que un pedazo de su alma los abandonaba.
Aunque todos eran unos exagerados, apenas se iba por un día.
Pero sabian que todo comenzaba ahí, que poco a poco iba a irse más seguido hasta que se iría para siempre junto al amor de su vida.
Ya todos lo tenían en claro y no podían aceptarlo aún. Todo había sido demasiado repentino.— Ya está tan grande...
— Recuerdo cuando aún debíamos ayudarlo a limpiarse...
— Ace, eso es asqueroso.
(...)
Luffy miraba por aquella ventana mientras el tiempo transcurría. Estaba viendo nuevos paisajes y pueblos desconocidos. Ahí supo que su familia no era la única que trabajaba todos los días con esmero en el campo.
Habían muchas personas y familias como ellos.Por unas horas solo se veía el campo. Hermosas hectáreas de pasto verde y cultivos. Algunas casas se alcanzaban a ver a lo lejos y en medio de éstos. Además habían animales como vacas, caballos, ovejas y cerdos que se alimentaban del fresco pasto.
Algunas veces aquel acompañante le hacía preguntas, para distraerlo del largo viaje. Luffy las respondía con emoción y amabilidad, después de todo no estaba para nada aburrido.
— El Príncipe habla mucho de usted en el castillo, siempre repite que quiere verlo; Y el Rey tiene muchas ganas de conocerlo.
Luffy miró aquel señor bien vestido con sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillantes por escuchar eso. Saber que ambos sentían la misma emoción y ganas por verse, llenaba por completo su alma.
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El Príncipe de ojos grises | Lawlu
RomansaEl Príncipe del reino disfrutaba de viajar, conocer los pueblos y a la gente de su reino. Pero su rostro siempre estaba serio, no mostraba emociones. Aunque era un Alfa Dominante muy atractivo y muy codiciado en su territorio, los Omegas morían por...