Capítulo 3

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Los minutos pasaban con lentitud, las horas aún más lentas todavía.
Poco a poco el sol se movía de su posición, llegando así la tarde casi el anochecer.
Por fin casi estaba por acabar, sólo le quedaba un último paciente más.

— Monkey D. Garp.

— Por aquí, Príncipe.

Ya estaba agotado, había sido un largo día rodeado de trabajo y pacientes. Además seguían los Omegas pegados a el, buscando su atención.
Controlar su gran instinto de Alfa Dominante era lo más agotador de todo.

Siguió a aquella mujer pelirroja, mientras bostezaba y estiraba sus brazos. Debía estirarse un poco para descontracturar todos sus huesos.

— El paciente está en nuestra humilde casa, pase por favor.

Dadan se inclinó con amabilidad, dejando pasar al Alfa pelinegro. Allí se encontró con tres jóvenes; dos Alfas y por el aroma dedujo que el tercero era un Omega.

— Bienvenido, señor Príncipe.

— Gracias por tomarse la molestia de venir a ver a nuestro abuelo.

Sabo y Ace se inclinaron para agradecer. Luffy no dijo nada, solamente imitó a sus hermanos en símbolo de respeto.
Law asintió con su cabeza, siendo guiado por la mayor hacia la habitación de Garp. También era seguido por Beppo, quien era observado por Luffy, le parecía muy tierno y divertido; sus dos ayudantes y sus guardaespaldas que lo vigilaban de cerca.

En aquella habitación tomó una jeringa de metal esterilizada, para acercarse a Garp y así tomar una muestra de sangre de su brazo. El Alfa canoso estaba dormido y ni siquiera sintió el pequeño pinchazo.
Luego colocó la sangre en un tubo de cristal en el cual escribió su nombre.

— Buen trabajo, Law-sama. Hemos finalizado las extracciones.

— Bien... Ahora queda lo más importante.

Al salir de la habitación del Alfa canoso, quien estaba completamente dormido por su malestar, observó por unos segundos el gran comedor con la gran mesa que tenían en aquella casa. Law limpio el sudor de su frente con una toalla, para mirar a la pelirroja con una sonrisa amable.

— Disculpe, señora...?

— Dadan, llámeme Dadan, Príncipe. Necesita algo?

— Bien, Dadan-ya. Podría realizar los análisis de las muestras aquí? Estoy muy cansado para ir a otra parte... Si no es mucha molestia, claro.

Expresó masajeando su adolorido cuello por estar incluinado y en mala posición por tanto tiempo. Luego dejó escuchar el tronar el mismo.

— Por supuesto que si, Joven Príncipe. Es todo un honor.

— Muchas gracias... Llamen a los médicos y traigan el equipo, por favor.

— Enseguida, Príncipe.

Mientras sus ayudantes iban a cumplir sus órdenes, Law tomó asiento en una de las sillas, para recostar su espalda en la misma y dejar escapar un gran suspiro; estaba totalmente agotado.
Todos notaron eso, pero fue Sabo quien se acercó amable al Príncipe.

— Law-sama, le apetece alguna bebida? Para recuperar energías.

— Un café negro sin azúcar, por favor.

Aceptó con gusto el ofrecimiento del rubio, quien fue a la cocina junto a Ace; ambos molierom granos de café que ya habían secado al sol.
En su granja y sus hectáreas de cosechas tenían todo tipo de plantas, incluidas la del café.
Luego de unos minutos mientras Dadan estaba atenta al joven Príncipe, Sabo volvió con la taza de café.

El Príncipe de ojos grises | LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora