Capitulo 3: Respuestas honestas

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Me encontraba en uno de los dilemas más grandes de mi vida, pero después de darle mil vueltas a mi cama durante todo el fin de semana, decidí aceptar la invitación de el Zar a su celda total yo tendría que ir a volver a interrogarlo nuevamente, solo que no sería tan pronto pero de igual modo adelantar lo inevitable tampoco es algo malo y también se que debo aprovechar, quizás el si este dispuesto a ayudarme, quizás y solo quizás se conduela de esta alma que necesita mantener su trabajo.

Mikhail es un ser despiadado y peligroso, su actitud y crímenes lo demuestran. Pero también sé que tengo que tener información sobre él para poder estudiarlo y aprender cómo funciona su mente.

Me coloqué un pantalón de tubo en color negro, una camisa manga larga blanca, colocandome un bleizer grueso del mismo color de pantalón para el frío, salí de mi apartamento para irme rumbo a mi trabajo, el helado del día se síntesis aún cuando tengo toda la calefacción de mi auto encendida, a lo lejos se alzan los muros de la prisión, son en tonos grises y el clima de Rusia le da un completo aspecto tenebroso diferente al que tuvo el primer día que estuve aquí, las rejas se abren dándole paso al guardia que pide mi identificación, se la muestro y me deja cruzar, estacionó mi auto y me dirijo a lugar donde se encuentra Eduardo que al parecer hoy no está de mal humor como los otros días.

-Buen día señorita Whester- saluda alegremente.

-Buen día Edurado.

Camino directo a mi oficina, al entrar encuentro a Katherina, la secretaria de mi jefe, esta dejándome unos folder en la mesa, cuando me ve me sonríe y me saluda amablemente.

-Estos folders se los envía el señor, es para que los leas, son un poco más de información sobre él recluso al cual llevas el caso- recoge los folders de la mesa y me los pasa.

-Muchas gracias Katherina- se los recibo y ella pide permiso, antes de retirarse.

Dejo nuevamente los folders en la mesa, dispuesta a no perder tiempo con lo que ya tengo en mente para hacer , me comunico con eduardo con el citofono que nos permite hablar con los guardias, no tarda nada en llegar y le pido que me lleve hasta la celda del mafioso ruso culpable de mis pesadillas.

Cuando se abren las puertas de la celda, Mikhail esta sentado con una sonrisa en su rostro y no una sonrisa amable, sino una de arrogancia pura, me ha puesto nerviosa pero trato de mantener una actitud profesional. Mikhail me ofrece la silla que esta frente él, parece estar contento de tenerme aquí, lo puedo notar en el brillo malévolo que tiene en sus ojos, me hace sentir un poco incomoda, pero no quiero mostrar debilidad frente a él.

He venido para hacerle las preguntas más difíciles, y estoy decidida a obtener respuestas honestas esta vez, ya que no serán preguntas personales, sino preguntas de los hechos reales que están sucediendo actualmente.

-Necesito que me hables con sinceridad. ¿Fue tu organización la responsable del contrabando de drogas a través de la frontera de Ucrania?

Me mira con la misma sonrisa burlona.

-¿Es eso lo que piensas, Alla? ¿La buena doctora tratando de estudiar a los malos? Muy valiente de tu parte- mi nombre sale delicadamente de su boca, dejándome pasmada en la silla, nunca le di mi nombre, así como nunca le di mi dirección, lo cual me hace entender que a pesar de estar aquí, el maneja todo afuera, evado el nerviosismo que conlleva toda esa información y sigo con las preguntas.

-Esto no es un juego. Tienes gente que trabaja para ti, y si realmente están traficando drogas a través de la frontera, entonces debes responder por ello- le respondo tentandolo, quiero estudiar sus reacciones, sus gestos, por eso esta vez no traje nada, quiero grabar todo en mi mente.

En la línea de fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora