Capitulo 18: Tortura

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Alla

Llevo más de cinco días encerrada en esta habitación, no he tenido ganas de salir. No he visto a Mikhail en todo este tiempo y el miedo a encontrarme con algún familiar suyo me paraliza. Estoy encerrada en mi propio dolor y en mi propia angustia.

La única persona que ha venido a verme es Katrina, quien me trae la comida dos veces al día. Se preocupa por mí y me pregunta cómo estoy, es de las pocas personas que ha sido amable conmigo en este lugar, las náuseas y mis mareos se hacen más presentes y mucho peores, por eso en parte también prefiero estar encerrada en este lugar.

No voy a negarlo, tengo miedo. Miedo a salir de aquí y enfrentarme al mundo después de la última vez que estuve afuera. Así que agradezco en parte que nadie viniera por estos días.

La puerta se abre de repente y ahí estaba él, Mikhail. Mi corazón se acelera y un nudo se me forma en el estómago. Después de tanto tiempo sin verlo, no sé cómo reaccionar.

Va vestido de manera casual, con unos jeans desgastados y una camisa negra ajustada que resalta su musculatura. Entra en la habitación con cara de molestia que me desconcerta un poco, pero no me da tiempo a decir nada antes de que se acerque a mí y me bese de manera salvaje.

Mis brazos lo rodean automáticamente, como si tuviera necesidad de aferrarme a él. Mi cuerpo lo extraña tanto que no quiere dejarlo ir. Me besa con tanta fuerza que me hace olvidar todo lo demás, como si el mundo se hubiera detenido en este momento. Cuando finalmente se separa de mí, me miró a los ojos con una mezcla de ira y deseo.

Comienza a caminar por la habitación, como si estuviera tratando de controlar su ira. Tiene esa expresión seria en su rostro que me hace sentir incómoda. Finalmente, después de unos minutos, se vuelve a mí.

-Mañana tienes que reunirte con Tania para tu cambio de imagen. Esta misma semana tenemos que empezar la infiltración de Hari -habla serio.

De solo escuchar el nombre de Tania, mi cara se transforma en una mueca de desagrado y el estómago se me revuelve. ¿Por qué siempre me tienen que arruinar el genio? ¿Realmente es necesario reunirme con ella para el trabajo?

-¿En serio tengo que verla? - pregunto con una leve mueca.

-Sí, es importante que tengas una buena imagen para el trabajo. Y Tania es la mejor en su área - respondie Mikhail, haciéndome voltear la cara para poder rodar mis ojos sin que me vea.

-¿Y ella vendrá aquí?

-No te preocupes. La reunión será en nuestras oficinas.

Mikhail camina de un lado a otro, con la mirada perdida y la mandíbula apretada. Puedo sentir su tensión desde el otro extremo de la habitación, y me preocupa un poco. No sé qué diablos esta pasando por su mente, pero estoy seguro de que no es nada bueno.

Me acerco lentamente hacia él y acaricio su brazo. Me mira por un momento, un poco sorprendido por mi contacto repentino, pero empieza a relajarse lentamente.

Lo abrazo fuertemente, aferrándome a él como si fuera lo único que me mantuviera a salvo. Puedo sentir su tensión desaparecer poco a poco, su cuerpo relajándose en el abrazo que le ofrezco, sin embargo, él no corresponde  a mi abrazo. Permanece dereno por un momento, sin moverse ni abrazarme, simplemente dejándome sostenerlo.

-No sé que pueda estar pasando, pero puedes decirme lo que desees -paso mi mano por su espalda, él no me aparta simplemente se queda ahí dejando que de alguna manera lo reconforte.

Después de unos minutos, siento que Mikhail se estaba relajando aún más y, finalmente, escucho su voz.

-Hueles bien -dice, con un tono un poco adormilado y ronco.

En la línea de fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora