Alla
Me despierto y me doy cuenta de que no estoy sola. Miro a mi lado y veo a Mikhail durmiendo plácidamente. Me sorprende mucho, ya que siempre he amanecido sola después de pasar la noche con él, siento el calor en mis mejillas de solo recordar. Lo observo y debo admitir lo perfecto que es: su cabello desordenado, su piel suave y sus brazos tatuados. Me siento atraída hacia él, pero siento una gran culpa al mismo tiempo.
No puedo evitar sentir que he traicionado a mi familia y a mi compromiso al disfrutar lo que rsta pasando entre nosotros. Mi familia debe estar preocupada por mí y que probablemente estén buscándome en este momento. Pero yo estoy aquí, en esta cama, observando a Mikhail y sintiéndome atrapada en un conflicto interno.
Me levanto con cuidado para no perturbar el sueño de Mikhail. Me siento agotada y dolorida tras la noche que acabamos de compartir. Salgo de la cama completamente desnuda y me dirijo al baño que está dentro de la habitación.
El baño es amplio, con azulejos blancos y una gran ventana que da al exterior, lo que permite que la luz natural entre y llene el espacio de una agradable luminosidad. El aire fresco del exterior se cuela por la ventana, proporcionando un alivio bienvenido al denso aire de la habitación.
Con cuidado, lleno la bañera de agua tibia y, después, añado un generoso chorro de gel de baño. Me sumerjo en el agua y siento cómo me envuelve un suave manto de espuma. Cierro los ojos y dejo que la embriagadora calidez de la bañera me relaje de pies a cabeza.
Pero, a pesar de mi intención de simplemente descansar y relajarme, no puedo evitar que la fatiga me venza poco a poco. Mis párpados se hacen más pesados y, sin darme cuenta, vuelvo a quedarme dormida allí mismo, en la bañera, mientras el agua todavía está tibia y burbujeante.
Después de un rato de haberme quedado dormida en la bañera, despierto un poco al sentir cómo me tocan suavemente las mejillas. Abro los ojos y me encuentro con los ojos castaños de Mikhail, cuyos ojos me miran con un deseo ardiente.
Él está desnudo y siento cómo mi piel se eriza ante su contacto. No puedo evitar dejarme llevar por el momento mientras me mira con intensidad, no puedo evitar que la mirada se me desvie, su pene erecto reposa en su pierna.
Al percatarse de que lo he notado, me sonríe con un brillo pícaro en los ojos. Me siento avergonzada y trato de cubrirme con mi brazo, pero él me lo aparta suavemente para poder admirar mi cuerpo a su antojo. Me siento expuesta, vulnerable y excitada al mismo tiempo.
-Insisto en que no debes taparte, ya he visto hasta lo más profundo de tí- dice burlón, el calor me subo al rostro con sus palabras.
No puedo evitar mirar nuevamente hacia abajo de su cuerpo, admiro su miembro grueso y perfectamente formado. Me pongo roja de la emoción y él lo interpreta como si estuviera disfrutando de la vista, que claramente si es así, lo disfruto y mucho, acaricia mi cabello suavemente mientras me mira fijamente.
De la nada se pone de pie y me saca rapidamente de la bañera en un solo moviemiento, dejandome completamente sorprendida. Pero no me da tiempo de procesarlo porque, en un segundo, ya me encuentro encima del lavabo con las piernas abiertas y él entre ellas.
Busca mi boca mientras a la vez que aprieta mi mandibula, su beso es intenso. Sus labios son suaves pero a la vez ásperos, su lengua explora cada rincón de mi boca. Me toma por el cuello, acercándome más a él, siento como sus manos recorren todo mi cuerpo desnudo.
No puedo evitar gemir en su boca mientras él sigue acariciándome con deseo. Nuestros cuerpos se juntan, su miembro duro roza mi zona íntima, causando una sensación de placer que me recorre por completo.
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En la línea de fuego
RandomAlla Whester una psicóloga clínica quien siempre ha sido una persona amable y compasiva, pero su trabajo le ha enseñado a tener una coraza para protegerse emocionalmente, le ha llegado la oportunidad de su vida cuando le ofrecen un trabajo en una cá...