Capitulo 4: Extrañas sensaciones

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Me sentía cada vez más frustrada por mi incapacidad de entender la mente de Mikhail. Había pasado tanto tiempo tratando de evaluarlo, que sentía como si me hubiera quedado atascada en un laberinto sin fin. Los días pasaban, y cada vez me resultaba más difícil encontrar la respuesta a mis preguntas. Estaba en una encrucijada, y no sabía qué hacer.

Mikhail por su parte, parecía disfrutar de mi dilema. Siempre estaba ahí, minando mis esfuerzos de alguna forma u otra. Era como si le gustase mantenerme en un estado de confusión constante. Me enfrentaba a una pared invisible cada vez que intentaba atravesar la barrera que él había construido en torno a su mente.

Me estaba volviendo loca. No tenía idea de cómo superar esto, y comenzaba a pensar que nunca conseguiría entender a Mikhail.

Me levanté temprano esa mañana, dispuesta a continuar mi investigación sobre él, no iba a dejar que me venciera. A pesar de sus negativas, sabía que había algo más detrás de su resistencia a dejarme estudiar su mente. Me di cuenta de que, si quería tener éxito, tenía que intentar un enfoque diferente.

Me vestí con ropa cómoda y me dirigí a mi trabajo, hoy seria el día y no estaba dispuesta a tener un mal día hoy por culpa de ese estúpido.

*****

Entre nuevamente a su celda, estaba sentado en la silla del comedor, con un libro en la mano, levantó su vista.

-¿Otra vez tú?- dijo.

-Otra vez yo- respondí con una media sonrisa forzada, me senté en la silla frente a él y lo observé mientras volvía a su lectura.

-¿Qué estás haciendo?- pregunté.

-Estoy leyendo las noticias- respondió sin levantar la vista.

-Ya veo- dije - ¿Alguna noticia interesante?

-No realmente-  respondió con indiferencia.

Durante unos minutos, estuvimos en silencio. Yo estaba tratando de encontrar una manera de acercarme a él, pero parecía que cada vez que intentaba hacerlo, él se alejaba más.

Finalmente, decidí probar algo diferente. Me incliné hacia él y lo miré directamente a los ojos.

-Mikhail, sé que no quieres que estudie tu mente, pero creo que hay algo importante que necesitas decirme- dije en un tono suave pero firme.

Mikhail me miró fijamente por un momento y luego suspiró.

-¿Por qué estás tan obsesionada con mi mente?- preguntó.

-Porque creo que hay algo que estás ocultando y este es mi trabajo- respondí.

Mikhail se quedó en silencio por un momento antes de responder.

-Está bien, te diré lo que quieres saber- dijo finalmente - Pero no esperes que sea fácil.

Levantó una ceja y me miró con una sonrisa seductora.

-De hecho, tengo una propuesta para ti- continuó -Si quieres estudiar mi mente, tendrás que jugar un juego conmigo.

-¿Un juego?- pregunté perpleja.

-Sí, un juego- repitió -Si puedes ganar, tendrás acceso completo a mi mente. Si pierdes, tendrás que renunciar a tu investigación.

Me quedé en silencio, considerando su oferta. Sabía que era arriesgado, pero también sabía que no podía renunciar a mi investigación.

-Está bien- dije finalmente -Acepto tu desafío.

Mikhail sonrió satisfecho y se levantó de la silla. Me tomó de la mano, lo cual me hizo sentir un tanto extraña con la sensacion que recorio mi cuerpo elevando los bellos de mi piel, me llevó al juego de ajedrez que estaba en su cama.

En la línea de fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora