Capitulo 28: Nuevas amistades

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Saska

Hace apenas unas horas pisamos suelo japonés y la emoción sigue corriendo por mis venas. La camioneta de seguridad de Hari nos lleva directo a la imponente mansión estilo japonés, donde nos hospedaremos durante nuestra estancia en este país.

Hari y yo llegamos al lugar y entramos de inmediato. La servidumbre, que me parece absolutamente estúpida en este momento, nos recibe con cortesía, pero eso no me importa en lo más mínimo. La ira no me ha abandonado desde que salimos de Italia y no puedo dejar de pensar en el maldito Mikhail y en cómo ha buscado entrometerse en mis planes.

Ya no puedo tolerar su presencia. Ha arruinado todo lo que he construido y no puedo permitir que siga. Pero esta vez, me las va a pagar, todo su juego sucio, no quedará impune. No sólo Mikhail, también esa maldita perra que trabaja para él. Ambos serán testigos de mi venganza. No importa lo que tenga que hacer, no descansaré hasta verlos caer y pagar por todo.

Me acerco a Hari, mi esposo actual, con una mezcla de ira y frustración.

-Te dije que no podíamos confiar en Francesco. -Le digo con voz tensa. Su mirada se vuelve hacia mí, y puedo notar cómo su expresión refleja un claro descontento.

-¡Callate Saska! -mee ordena enérgicamente.

Sin embargo, la ira sigue dominando mis emociones y no puedo dejar que esta situación pase desapercibida.

-No me voy a callar. ¿Quién sabe cuántas cosas no le revelaste a esa perra? Y ahora nos toca pagar las consecuencias a los dos, ¡por tu culpa!.

En un momento de completo descontrol, Hari me toma bruscamente del cabello. Siento el tirón y un dolor punzante recorre mi cuero cabelludo. Mi ira se intensifica, hago un esfuerzo desesperado por soltarme del agarre de Hari en mi cabello, pero su fuerza es abrumadora y no puedo liberarme. No puedo permitir que me subestime de esta manera.

Hari se acerca a mi rostro, sus ojos llenos de furia y desprecio.

-Esto también es tu culpa. Tu única tarea era matar a Mikhail y has fracasado miserablemente. ¿O es que acaso aún sientes cosas por él?. -Dice, su voz llena de veneno y odio.

Lo miro con burla y no puedo evitar soltar una risa sarcástica.

-Lo único que siento por ese maldito es asco. No me importa lo que pienses, Hari. Eres tú quien ha traído todo esto sobre nosotros.

En un instante de ira contenida, Hari me suelta bruscamente. Siento alivio al liberarme de su agarre opresivo, pero también sé que esta batalla está lejos de terminar. Las llamas de venganza arden dentro de mí, y no descansaré hasta hacer que todos paguen.

Alla

La suave brisa cálida que entra por la ventana me hace despertar lentamente. Al abrir los ojos, recuerdo de inmediato dónde estoy: en Santorini, junto a Mikhail, mi amante apasionado y peligroso.

Volteo hacia un lado y lo veo durmiendo plácidamente. Su pecho desnudo expuesto muestra sus tatuajes intrincados, y no puedo evitar admirar cada uno de ellos con ganas de besarlos. Recuerdo con intensidad las horas que pasamos juntos anoche, su pasión desenfrenada y su deseo insaciable.

Sin embargo, mientras echo un vistazo a mi propio cuerpo, siento molestias. Cada músculo me duele, recordándome la intensidad de nuestras caricias y la voracidad con la que Mikhail me follaba una y otra vez, mostrando que nunca está satisfecho. Con delicadeza, me separo de él, tratando de no perturbar su sueño tranquilo.

Me deslizo de la cama con cautela, dejando que mis pies toquen el suelo con suavidad para no hacer ruido. Camino hacia el baño, sintiendo los azulejos frescos bajo mis pies descalzos. Con un suspiro de alivio, cierro la puerta detrás de mí, sabiendo que he evitado la tentación de rendirme a la pasión que siempre despierta en mí.

En la línea de fuego Donde viven las historias. Descúbrelo ahora