19. Gaz

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Rascaste tu brazo con timidez aguantando el inmenso dolor que se implantaba en tu pierna, limpiaste la sangre de tu cara para darte la vuelta sobre tus pies para alejarte de aquel sitio, moviste ligeramente tu cabeza una vez fuera de aquella tiend...

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Rascaste tu brazo con timidez aguantando el inmenso dolor que se implantaba en tu pierna, limpiaste la sangre de tu cara para darte la vuelta sobre tus pies para alejarte de aquel sitio, moviste ligeramente tu cabeza una vez fuera de aquella tienda mirando a Price el cual se acercaba apurado.

—Sargento, porqué no estás con Gaz?—preguntó extrañado al verte en dicho estado.

Bajaste tu cabeza con cierto dolor en tu pecho y pequeñas lagrimas en tus ojos, mordiste tus labios con fuerza y únicamente elevaste los hombros con desinterés.

—___.—exclamó.—Qué pasó?

Un sollozo salió de tus labios al momento que te dejaste caer en el suelo por el horrible dolor de tu pierna, apurado Price se agachó mirando la herida de la bala en tu pierna.

—En donde está Gaz?

—Con la cadete.

Price arrugó su rostro con disgustó, hacia unos meses no era un secreto que estabas en una relación con aquel moreno, un año lleno de amor y alegría para ti, se había ido al caño cuando Gaz te pidió un tiempo al sentirse incómodo con aquella relación, en menos de dos semanas Gaz demostró un tipo de interés en una cadete, Price aún no se imaginaba como el chico tímido y tranquilo que él conoció se convirtió en lo que tú más odiabas pero amabas al mismo tiempo.

Apretaste con fuerza tu pierna cerrando los ojos con fuerza, aún escuchando risas detrás de ti en la tienda al momento que caíste de espalda en el suelo viste al moreno y a la cadete salir de la mano, la cadete sin ningún rasguño después de lo sucedido.

—En donde está ___?—Una voz llena de ansiedad y preocupación te hizo respirar con preocupación.

Cuando Gaz escuchó al austriaco decir aquello se giró hacia aquel sitio, su corazón se aceleró al ver tu cuerpo caído ahora en los brazos de König, su preocupación fue tan grande que quiso correr hacia ti, pero la mano de la cadete lo hizo retenerse.

—Me habías dicho que no la amabas.—pareció recordarle.

Gaz bajó su mirada aún recordando todo lo que te había dicho, había estado de lo mejor contigo, nunca se había sentido tan querido, pero aquella mala noche de copas con la cadete y los demás lo llevaron a un paso más con ella obligándolo a terminar la relación para que no sufrieras, pero aún viendo como König demostraba un gran interés en ti, lo hacía sentir furioso.

—Hola bonita.—Una sonrisa salió de tus labios al escuchar a König decirte aquello, aún con el sol pegando casi en tu rostro, la sombra de König te dejo mirar los ojos claros del chico.

Sabias que ese chico de dos metros que parecía intimidante, gustaba de ti, rosas, cartas, dibujos hasta comida, aquello nunca te hizo falta cuando lo malo con Gaz se había pasado factura en ti, nunca estuviste sola, aún cuando König se te confesó, nunca lo apartaste y por más que pidieras tiempo, él lo respeto.

—Ven, vamos a sanar esa herida.

Gaz dejó salir un suspiro pesado y lleno de estrés cuando la cadete que tenía de la mano se enfadó al verlo mirarte aún con amor, hasta que Price se acercó palmeando su hombro.

—Me está doliendo todo esto Price.—Susurró Gaz pasando su mano por la cara.—Estos días han sido una tortura.

—No actuaste de la mejor manera, pero al menos terminaste con ella evitándole más dolor, si no estás conforme con un lado, aléjate de ahí.

(...)

Tus gritos de dolor se escuchan en aquel sitio haciendo que las personas a sus alrededores miraran el sitio confundido, König apretaba en forma de apoyo su mano mientras que el médico pasaba las tijeras de un lado hacia el otro en busca de la bala, aquella bala estaba tan incrustada que era imposible localizarla.

—¡Saca eso!—gritaste golpeando tu rostro en el pecho de König sintiendo como este te abrazaba con fuerza, pequeñas lágrimas salían de su rostro mientras gritaba sintiendo aquellos picos.

—¡No la encuentro!—gritó preocupado el doctor.

El sonido de la puerta siendo abierta los hizo mirar, Gaz estaba ahí caminando rápido hasta el doctor tomando rápidos unos guantes.

—Déjame intentar.—pidió.

Un amargo sabor se incrustó en tus paladares, apretaste tus dientes con furia al verlo parecer interesado, cuando sentiste que tomaba tu pierna te apartaste apretando con fuerza tus ojos ante el dolor.

—___.—Habló en un suplico.—Déjame ayudarte.

König que miraba la situación te apretó más al pecho con un sentido de alerta, él sabía porque era que ella estaba así, el odio que sentías en ese instante, aún cuando le decía lo mucho que lo quería y que le diera tiempo para ver si funcionaban juntos, el respeto que le dabas a el tiempo de separación, se sorprendió al verte llena de asco.

—Si me tocas te asesino.

Gaz parpadeó asombrado ante tus palabras, la pierna ya no parecía doler en lo absoluto, ahora sentías dolor y tristeza en tu corazón, pero el cuerpo de König te brindaba seguridad.

—___.

—Crees que no me di cuenta que tu novia me disparo?

Un balde de agua fría, helada, eso era lo que pareció sentir el británico en ese momento al escucharte decir eso, no sabía en lo absoluto lo que había pasado, según lo que su novia le había dicho, ambas quedaron encerradas con enemigos, sin embargo ella jamás salió sin alguna herida.

—Es mejor que te vayas Gaz.

(...)

Los meses pasaban lentos, llenos de felicidad para uno y llenos de depresión para el otro, aquello que alguna vez sentiste le pasaba una gran factura al moreno que yacía sentado en aquel tronco abrazándose a sí mismo, delante de él estabas tú siendo cubierta por el cuerpo de tu novio, el cuál en ningún momento quitaba su vista de ti, ojos brillantes, sonrisas ladeantes y palabras llenas de amor, aquellos recuerdos que ahora solo tenía Gaz, su rato con la cadete había sido borrado cuando aquella misma le dijo que no quería nada más con él, que quería un tiempo, las mismas palabras que te había dicho a ti.

—Entonces?—preguntó König en susurro hacia ti.

—De acuerdo.—sonreíste para besar su frente encima de la máscara haciéndolo sonreír.

Sentiste como te abrazaba con fuerza enrollando sus brazos por tu cintura, giraste tu cabeza al sentir una dura mirada en ti y viste a Gaz, más que nadie habías notado la falta de sueño y el afectamiento que este presentaba.

Una sonrisa salió de tus labios siendo recibida por este llena de emoción, deslizaste tu cabeza hasta el cuello de König cerrando tus ojos, después de todo Gaz había formado un lindo recuerdo de todo lo que se necesitaba para una buena relación, una relación con König que pensabas cuidar.

One shots| Call of DutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora