06.Gaz

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La desesperación estaba plantada en el pecho del equipo 141

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La desesperación estaba plantada en el pecho del equipo 141.

Podían sentir que cualquiera en cualquier momento moriría tras una bala sin embargo aquellos enemigos parecían tener una mala puntería, mientras Price pensaba en algún plan para salir de aquella ciudad, mientras que Soap y Ghost asesinaban a cualquiera que se plantará frente ellos, en cambio Gaz miraba a la chica frente él tirando C4 en cualquier lado que quisiera, todos corrían porque sabían que cualquiera podría matarlos con una granada, después de todo fue error de ellos juntarse.

—Ganchos.—Habló Price colocando mejor el cinturón de donde saldrían los ganchos de atrape.

—Mierda, mierda.—Gimió la chica tocando sus cintura, no traía ningún gancho, y Gaz lo notó.

—Ventana noroeste.—señaló Ghost una ventana antes de hacerse tirado contra el vidrio.

Cada uno lo siguió, dándose la cuica por vencida, cargó la M4 entre sus manos y empezó a disparar cubriendo a su equipo, habían demasiados soldados que los intentaban matar, con una de sus manos tomó una granada de humo y la tiró, agarro el controlador de las aquellas bombas sintiendo su corazón acelerarse.

¿Así moriría?

—Vete Gaz.—gimió ella viendo al chico que aún esperaba por ella, este se negó de manera inmediata.—Vete, te lo pido, vete, no dejaré que mueras aquí.

—Yo no dejaré que mueras aquí.—repitió antes de tomar a la chica de la cintura acercándola a su pecho.—No cuando finalmente te tengo.

Cuando ambos se habían conocido se habían llevado bastante bien, incluso teniendo una conexión inmediata, la chica había demostrado aprecio ante él, este lo agradecía y al cabo de los días se había enamorado de la chica, tenía una debilidad con ella que sus amigos notaban excepto ella, ella creía que lo que tenía con él era una amistad lo cual le dolía, ya que su corazón solía agitarse cuando él moreno estaba cerca, por lo que escucharlo decir aquello mientras sus manos estaban en su cintura, hizo que su corazón latiera más rápido de lo normal.

Con un impulso Gaz se tiró en aquella ventana tirando el gancho al mismo momento que ella explotaba el lugar, Gaz apretaba con fuerza la cintura de la chica que tenía sus ojos cerrados con lágrimas en los ojos, sintiendo como su corazón se rompía al verla en ese estado, sabía que se sentía mal, habían soldados que eran de nuestro equipo en ese edificio con los que habían perdido conexión de los radios.

Una vez en el suelo, donde el resto del equipo los esperaba, la chica cayó de rodillas frente ellos mirando el edificio soltando un grito de dolor con sus manos temblorosas, Gaz se acercó hasta ella tomando su rostro aún sintiendo el calor en sus espaldas, tomó las mejillas de la chica viéndola soltar lágrimas de aquellos preciosos ojos.

—No es tu culpa, no la es, nos salvaste, salvaste a muchos, no es tu culpa.—susurró para ella.

—Shadows.—susurró ella dejando caer su rostro en el pecho del hombre sintiendo sus brazos rodearla.—Gaz.

Escucharla decir su nombre para Gaz era distinto, sonaba tan dulce, Yam delicioso, que no quería nada más que seguir escuchándola decir su nombre una y otra vez que jamás lo cansaría.

—Iremos a casa muñeca, estaremos bien.—habló agarrando la mano de la chica ayudándola a levantarse caminando hasta el auto donde todos los esperaban dándole un momento a la chica.

—Gracias por salvarnos pequeña.—habló Ghost moviendo ligeramente el cabello de la chica que apoyaba su cabeza en el hombro de Gaz.—Sin ti estuviéramos muertos.

Eso ánimo un poco a la chica, pero no lo suficiente como para hacerla sonreír, había perdido a sus compañeros y eso la hacía sentir mal, pero sentía la caba compañía de su equipo en ella, Ghost miraba la chica de vez en cuando, Soap le sonreía a través del espejo y Price hablaba dándole ánimos, pero Gaz era la que la mantenía viva, se sentía protegida con aquel chico.

(...)

—Bonita.—Gaz se acercó hasta la cama donde la chica estaba acostada, cuando llegaron de la misión lo primero que hizo fue ducharse y acostarse bajo el cuidado del moreno, el cual ahora tocaba su hombro mientras le daba la espalda.—Mírame.

La chica se giró, su nariz estaba ligeramente roja y sus ojos aguados, el chico sonrió de medio lado débil ante verla así, le dolía ver la chica que le gustaba en ese estado a pesar de haberle dicho que no tenía la culpa pero entendía su situación, ella era de corazón noble y leal.

—Me gusta ese apodo.—susurró dejando caer su rostro en el pecho del moreno sentando en el borde de la cama.—me hace sentir que si lo soy.

Gaz arrugó la cara al escucharla decir aquella cosa, ella era bonita, más que eso, era preciosa ante sus ojos y sabía que para los demás, era como si una muñeca tuviera vida.

—Deja de decir eso.—la separo tomando sus mejillas obligando que lo mirará.—Ya te dije todo lo que tenías que saber por él sentirte así, sé que es duro, pero deja de llorar a mis espaldas, estoy contigo, no te dejaré sola, ademas deja de decir que no eres bonita, eres preciosa.

Conforme Gaz decía aquello la chica lo miraba con sus ojos brillantes, para ella no había ningún otro chico que se asemejará a él, tenía su propia aura que la hacía querer estar cada vez más cerca de él, era precioso.

—Lo siento Gaz.—susurró cerrando los ojos.—Por todo lo que no te parecía, simplemente es algo que me sigue doliendo.

Gaz sonrió de medio lado, un impulso fue lo que sintió antes de plantar un pequeño beso en los labios de la chica como si de un niño pequeño sé tratará, ella abrió los ojos y rápidamente se le plantó un color rojo en las mejillas.

—Me gustó eso.

—Qué te gustó?

—Ese piquito, quiero más de eso.

Gaz sonrió para acercarse nuevamente a la chica plantando todos aquellos besos que alguna vez le quiso dar pero por pena no podía.

One shots| Call of DutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora