22. König x Ghost.

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Las ardientes luces del sitio iluminaba con perfección tu figura aún estando sentada en aquella mesa, tus manos se movían con sumo cuidado alrededor de tu cuerpo sintiendo aquella ligera adrenalina que suele adentrarse en tu pecho, flexionaste las...

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Las ardientes luces del sitio iluminaba con perfección tu figura aún estando sentada en aquella mesa, tus manos se movían con sumo cuidado alrededor de tu cuerpo sintiendo aquella ligera adrenalina que suele adentrarse en tu pecho, flexionaste las rodillas con los talones implantados en la mesa abriendo tus ojos al segundo, ya no era un sitio vacío, seis hombres sentados te miraban con interés pero en ningún momento te detuviste, te levantaste con delicadeza tomando con fuerza el tubo frío de metal para empezar a deslizarte en esté provocando movimientos sumamente placenteros para los que te miraban.

Aún para Price fue difícil convencer a sus muchachos salir un rato de la base luego de una larga misión, quedando en aquel paradero de "Sweet Ladies" un sitio lejos de ser un burdel donde únicamente veían chicas bailar pagando por ello, König, Keegan, Soap, Gaz, Ghost y Horangi miraban con sumo interés la chica frente ellos, él como tus manos se deslizaban por tu vientre te hacía sentir nerviosa, aún habiendo más chicas en las salas te miraban a ti.

Tu mirada se enfocaba en el hombre alto con un pasamontañas negro en su boca, estando este más cerca de la barra de la mesa cuando te colocaste de rodillas perfectamente sabias que podía oler tu perfume, abriste ligeramente las piernas en una posición de cuatro puntos y agachaste la parte superior dejando una gran vista de tu trasero ante los que pagaban.

—Esto es como el cielo.—susurró König con cierta timidez hacia sus amigos.

—Oh hermano, créeme que esa chica es el cielo.—murmuró Gaz aún mirándote.

Te volviste a subir de nuevo al tubo frío enrollando tus piernas en este dejando caer tu cuerpo superior hasta abajo viendo como las miradas penetrantes de aquellos hombres no se detenían, sentías la ligera llama de calor en tu abdomen, nunca habías tenido tantos hombres mirándote al mismo tiempo, aún viéndolos de poco notabas sus físicos.

El sentarte en la barra con tus piernas cruzadas captando sus duras miradas les diste una sonrisa ligeramente inclinando tu cabeza, pero aún tu mirada puesta en aquel hombre.

—Maldición.—susurró con rudeza König al ver como te inclinabas hacia él con cierto coqueteó, aún él no entendía que hacía ahí cuando jamás había estado tan cerca de una chica, menos de una vestida de ángel en casi ropa interior.

—Disfrutas lo que ves?—tu voz sonó un tanto angelical para los demás, tu acento se mezclaba embriagando los hombres como si de alcohol de tratará.—Bonito.—dijiste alejándote al verlo nervioso.

Sin embargo tu mirada vagó en el chico alto de la máscara de calavera que te miraba con cierto interés jugando con su encendedor, sonreíste haciéndolo guiñarte un ojo.

Al levantarte por completo encima de la barra König miraba tus glúteos perfectamente marcados en aquel babydoll, aún recordabas con perfección el cuando llegaste a ese lugar en busca de un buen trabajo, pensabas ser asistente, enfermera u otra cosa, pero diste con aquel paradero siendo aceptada de inmediato al ser la única extranjera, tal como había dicho tu jefa.

"Las extranjeras tienen sus encantos y esos encantos atraen hombres"—Siempre fue atenta y buena contigo al ser un poco más joven que las otras más sin embargo no menor, habían pasados meses y únicamente señores iban a ver las demás chicas, pensabas dejar aquello al no tener ningún tipo de vista, pero la suerte había corrido por primera vez finalmente ante aquellos seis hombres, vestida como un bonito ángel pero más ardiente que el mismo infierno.

—Tengo tanto que agradecerle a Price.—susurró Ghost encendiendo un cigarro empezándolo a fumar.

Aún cuando ellos hablaban entre sí no te detenías, las luces te estaban sofocando de una manera caliente, aún con aquellas gotas de sudor cayendo en medio de tus pechos el chico alto no dejaba de mirarte como si de una pintura famosa se tratará, de vez en cuando le dabas pequeñas sonrisas ocasionando que te mirará más atento.

Una gota colmo el vaso de König al sentir tu mano delineando su mandíbula cuando estuviste de cuatro frente él, su mirada era mucho más dura que la de los demás en la tuya, pero aquel ligero brillo no se apartaba de sus ojos y sus compañeros lo notaban.

—A ella le gustó.—susurró Keegan bajo una sonrisa.

—Y a él también le gustó.—apoyó Horangi con una ceja elevada.

Tu mirada era empapada en un tipo de encanto que emanaba el chico frente a ti, aún con tu dedo en la mandíbula bajo la máscara podías sentir el calor mientras que tú pedías a gritos un poco de frío.

—Pon un poco de billetes más y hablamos luego.—Dijiste bajo una sonrisa ladeando tu cabeza y miraste hacia detrás de él el chico que fumaba.—Trae un rato a tu amigo.

Sonreíste tirando un ligero beso antes de desaparecer por una puerta detrás de la barra tal cual un espejo.

König se dejó caer en la silla con su corazón ligeramente palpitando y miró sus amigos, el único que estaba ahí era Ghost fumando.

—Los demás se fueron por otras chicas, me quedé para decirte que vayas con ella.—golpeó la colilla del cigarro levantando su mascarilla.—Es preciosa y delicada.

König vio su amigo alejarse hacia la salida, se notaba que no le agradaba mucho el buscar otra chica, después de todo también había captado su atención en ti.

—Es demasiado dinero.—Murmuró la chica en las puertas de las entradas de las habitaciones viendo doscientos dólares encima de la mesa.

—Olvídate de eso y dame la chica ángel para dos personas.

Eso fue suficiente para la mujer asentir y que König caminará hasta la salida en busca de su amigo el cual estaba apoyando en unos contenedores jugando con el encendedor.

—Andando.—dijo.

Ghost elevó su ceja elevada sin embargo lo siguió en silencio, las habitaciones eran iluminadas por luces moradas con las chicas fuera de estas.

Arrugaste tu rostro limpiando ligeramente la sangre de tu mano apoyándote mejor buscando con tu mirada a los dos hombres que esperabas ver sin embargo aún no los veías.

—Debiste decirle a Madame.—me regañó Alicia en la puerta de frente.

—Son solo vidrios en mi mano Ali, mis clientes se supone que debían de llegar ya.

Tal como si los hubieras llamado los dos hombres estaban frente a ti, abriste la puerta nerviosa obligándolos a entrar.

—Dos bonitos soldados.—susurraste viendo sus placas en el cuello.

Un jadeo salió de tus labios al sentir las duras manos del alto sintiendo el del pasamontañas de la calavera en tu espalda.

—Te dijeron acaso bonito ángel,que jugar con dos soldados es casi que jugar con el diablo?—susurró el de tu espalda haciéndote tomar aire mirando el chico frente a ti a los ojos.

—Que nombres tienes bonita?—se inclinó hacia ti.

—___.—Tu nombre salió de tus labios tal cual un susurro ahogado.

Los dos amigos se miraron antes de deslizar sus manos en tu cuerpo haciéndote jadear y dejar caer tu cabeza hacia el pecho del de atrás.

—No te complaces con solo uno?—preguntó nuevamente el de atrás sintiendo sus manos en tu cuello.—Prefieres dos que sabes que te podrían romperte con facilidad?

—Por suerte no soy una muñeca de cerámica.—sonreíste viendo como se bajaba la máscara, ni tiempo de mirarlo pudiste cuando sus labios estaban en los suyos.

—Juguemos un poco bonito Ángel.—susurró el otro pasando sus labios por tu cuello haciéndote jadear.

One shots| Call of DutyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora